viernes, 26 de octubre de 2012

Sacerdotes del siglo XXI



Han pasado cincuenta años del Vaticano II y la Iglesia progresa en su misión evangelizadora. Ha tenido la valentía de hacer una renovación a fondo de sus estructuras y de su misión en el mundo.

Verdadera renovación
No todas las instituciones han sido capaces de empezar tan temprano,  y ahora podemos ver su desconcierto, desde partidos políticos, hasta la judicatura o la universidad. No hablo de cosmética de reformas accidentales ante la opinión pública sino de ética en cuanto se reavivan los planteamientos básicos, las actitudes esenciales, y la eficacia de sus tareas.

Con el Vaticano II la Iglesia hizo sincero examen de conciencia, abriendo las puertas para renovar la atmósfera. En las cuatro sesiones tenidas en otoño de los años 1962 a 1965, cardenales, obispos, teólogos y representantes de los cinco continentes, debatieron con libertad y sin pelos en la lengua las reformas en la colegialidad, el diálogo con el mundo, la liturgia, la libertad en la Iglesia, o la formación de los sacerdotes, entre otras importantes cuestiones.

Los nuevos curas
Aquí me detengo solamente en la nueva generación de sacerdotes que hoy actúan con un fuerte dinamismo apostólico. Muchos chicos jóvenes colaboran estrechamente con ellos y se admiran de su caridad operativa, de su fe audaz, y de su alegría llena de esperanza. Creen en Dios y creen en los hombres, y están encantados con la época que les ha tocado vivir. Son sacerdotes de Jesucristo que trabajan doce horas al día –y por la noche cuando hace falta-, pero sin descuidar la oración, la liturgia de las horas, la propia confesión sacramental, y buscan dirección espiritual. Todo ello porque están convencidos de que nadie da lo que no tiene, y sobre todo de que ser santos no es un ideal bonito sino la realidad de meterse en el corazón de Jesucristo, y participar de sus sentimientos redentores.

Muchas parroquias nuevas y tantas antiguas, con sacerdotes experimentados, cuentan con esta generación de sacerdotes formados con altura intelectual –algunos hacen una licenciatura o doctorado civil-, con un conocimiento serio de la Escritura, la Dogmática, la Moral y la Catequética. Esos dos o tres sacerdotes de la parroquia sirven de imán para atraer a jóvenes, que dejan prejuicios anticlericales, a chicas que se implican a fondo en ayudar a los necesitados de diversa índole, y atraen también a familias que están encantadas con la liturgia bien celebrada, siguiendo las normas y el ejemplo de la Santa Sede.

Algunos podrían recordar que no todos son  así, que hay escándalos, aunque deberían conocer que no se dan en esta nueva generación evangelizadora, puesto que viven con fidelidad sus compromisos año tras año; que cuidan de los fieles en las parroquias, movimientos, y otras realidades eclesiales. Con la ayuda de Dios no faltarán estos ministros en una Iglesia siempre renovada. Esta es la mejor y casi la única nueva evangelización. 

Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico



http://www.analisisdigital.org/2012/10/25/sacerdotes-del-siglo-xxi/

http://www.parroquiatorrelodones.com/2012/11/04/sacerdotes-del-siglo-xxi/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Parroquiatorrelodones+%28Parroquia+de+Torrelodones%29

Desde otra perspectiva en

http://blogs.aceprensa.com/elsonar/sacerdotes-y-pastores-con-y-sin-celibato/


jueves, 4 de octubre de 2012

Crisis de responsabilidad



Sufrimos estas crisis porque las bases de este Estado de bienestar son frágiles por su dependencia de una antropología deficiente.

            Aquel buen hombre fue embarcado en el autobús con destino a Madrid para participar en alguna de las diez manifestaciones diarias que recorren la capital. Con el ajetreo sufrió un desmayo y fue atendido solícitamente en urgencias. Se le pasó, pero el bus ya había regresado a su pueblo y Abilio exigía cena y una cama para pasar la noche. En el hospital consiguieron por fin que fuera a una casa de acogida y satisfacer así su demanda. Es un signo de que papá Estado nos atenderá siempre, pase lo que pase.
           
            El suceso merece una reflexión acerca de la responsabilidad personal en este tiempo de crisis económica. Se trata de la Prudencia, que algunos tomarán por una señora de pueblo, pero no, es el nombre de una virtud cardinal bastante olvidada. Dispone la razón para discernir, en cada circunstancia, el verdadero bien y a elegir los medios adecuados para hacerlo. De este modo guía a las demás virtudes, indicándoles su regla y medida, dice el actual Compendio del Catecismo católico. Pues bien, la actual crisis económica tiene raíces morales -falta de virtud- , como  afirma Benedicto XVI y dicen algunos entendidos con sentido común.

El Estado de bienestar
            Hace muchos años que los países europeos han desarrollado el Estado de bienestar, que garantiza unos servicios a los ciudadanos, especialmente en sanidad, educación, vivienda y transportes, o manifestaciones, buscando votos por encima de todo. Un buen logro que ha exigido más impuestos y una ingente maquinaria estatal a todos los niveles, como comprobamos en la España de las autonomías.
            Pero las bases de este Estado de bienestar son frágiles por su dependencia de una antropología deficiente. En lugar de avanzar en responsabilidad personal y en virtudes ha crecido en irresponsabilidad, vicios y corrupción. Muestra de ello son  las leyes permisivas que favorecen el divorcio y el aborto como derechos sociales; o la ideología de género como cáncer silencioso que va destruyendo el matrimonio y de la familia.

Aprender a ser responsables
            Por todo ello parece necesario hacer una cura de responsabilidad para que cada uno administre sabiamente su libertad, arrime el hombro y aprenda a ser un ciudadano ejemplar. Es difícil, pero vale la pena intentarlo por el bienestar de todos: la culpa no es de los otros, sobran los victimismos y los indignados. Y cada uno debe trabajar con honrada responsabilidad sin esperar que papá Estado le resuelva la vida.

Jesús Ortiz López


http://www.analisisdigital.org/2012/10/04/crisis-de-responsabilidad/