miércoles, 5 de noviembre de 2014

Desmoralización social

Los variados casos de corrupción están desmoralizando a los españoles. No hace falta hurgar más en la herida de la gente ni dejarse llevar por el alarmismo alimentado por algunos medios de comunicación oral, escrita y televisiva, por no hablar de de la epidemia de pronunciamientos desaforados a cargo de usuarios de la redes sociales.

Reaparece el Guerrero del Antifaz
Hace falta un poco de de moderación para no imponer tantas penas de telediario y de tertulias escandalosas. Hace años que varios jueces están jugando a reinventar al Guerrero del Antifaz para resolver de un plumazo todos los males que nos aquejan, mandando a la Guardia Civil  para esposar a los “presuntos”. No cabe concluir que todos los jueces están politizados, y menos que todos los comunicadores son igualmente frívolos, y menos aún que todos los políticos son iguales.

Por eso da miedo oír a esos fanfarrones de la rectitud que acusan a un partido desde una supuesta altura moral ocultando con hipocresía sus propias corrupciones multimillonarias. Peor aun los populistas que se presentan como nuevos cirujanos que pueden regenerar la vida política, porque el bisturí que esgrimen hoy puede ser mañana el puñal que corte en seco la libertad de quieren no piensen como ellos.

Regeneración moral de la sociedad española
Si bien la mayoría está alarmada con razón no se encuentran sin embargo tantos que acepten la raíz moral de esta profunda crisis social. El teólogo Olegario González de Cardedal se preguntaba “¿qué mutaciones se han dado en las conciencias para llegar a tales acciones y omisiones?” Considera que la real explicación hay que buscarla en la culpa moral de una generación que ha relegado la moral cristiana y no ha cultivado la ética civil. Los jóvenes y sus progenitores se encuentran ahora desnortados y colgados del abismo del nihilismo que todo lo arrasa, principalmente los principios morales y las verdades permanentes, y nada ofrece salvo el salto al vacío. El populismo rampante es una clara muestra de ello.

Por su parte el pensador Javier Gomá propone algo positivo basado en el valor social del ejemplo, “la ejemplaridad pública”, de quien actúa con una conciencia rectamente formada. “No es suficiente cumplir la ley. Hay cosas legales que son un disparate. El ejemplo de uno beneficia o perjudica a su círculo”, afirma. No descubre nada nuevo cuando señala un error fatal del Estado de derecho en su versión clásica que es preciso superar y que se ha resumido en el “cumple la ley y haz lo que quieras”. Esa norma de conducta no se sustenta porque la persona es una unidad real y no es posible compatibilizar una vida privada inmoral y una vida pública honrada. Esto se llama esquizofrenia moral, una enfermedad especialmente moderna que destruye el valor de la conciencia y constituye un cáncer en el tejido social. De ahí proceden las corrupciones varias: las financieras pero también las políticas, las periodísticas y las familiares.

El rey Felipe VI ha reiterado la importancia de un modo de convivencia basada en la honradez y en hacer valer la palabra dada, pidiendo un “impulso moral a la sociedad” española. Sin embargo, a muchos españoles, incluidos políticos, profesores y tertulianos, les parecerán palabra vacías que no dan de comer ni llevan a la fama. Estos seguirán riéndose de quienes basados en la ética civil imperecedera y en las convicciones cristianas, llevan años trabajando por regenerar la sociedad de la profunda crisis moral que padecemos.

Palabras sabias
El libro de la Sabiduría describe a la perfección la persecución ominosa que los poderosos del mundo en cualquier época hacen del hombre sabio y justo. Comienza con estas palabras: “Amad la justicia, los que juzgáis la tierra, pensad rectamente del Señor y con sencillez de corazón buscadle. Porque se deja hallar de los que no le tientan, se manifiesta a los que no desconfían de él. Pues los pensamientos tortuosos apartan de Dios y su poder, puesto a prueba, rechaza a los insensatos.

Y el capítulo segundo retrata el corazón de los cínicos: “Venid, pues, y disfrutemos de los bienes presentes, gocemos de las criaturas con el ardor de la juventud. Hartémonos de vinos exquisitos y de perfumes, no se nos pase ninguna flor primaveral, coronémonos de rosas antes que se marchiten; ningún prado quede libre de nuestra orgía, dejemos por doquier constancia de nuestro regocijo; que nuestra parte es ésta, ésta nuestra herencia. Oprimamos al justo pobre, no perdonemos a la viuda, no respetemos las canas llenas de años del anciano. Sea nuestra fuerza norma de la justicia, que la debilidad, como se ve, de nada sirve. Tendamos lazos al justo, que nos fastidia, se enfrenta a nuestro modo de obrar, nos echa en cara faltas contra la Ley y nos culpa de faltas contra nuestra educación.

“Se gloría de tener el conocimiento de Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor. Es un reproche de nuestros criterios, su sola presencia nos es insufrible, lleva una vida distinta de todas y sus caminos son extraños. Nos tiene por bastardos, se aparta de nuestros caminos como de impurezas; proclama dichosa la suerte final de los justos y se ufana de tener a Dios por padre. Veamos si sus palabras son verdaderas, examinemos lo que pasará en su tránsito. Pues si el justo es hijo de Dios, él le asistirá y le librará de las manos de sus enemigos. Sometámosle al ultraje y al tormento para conocer su temple y probar su entereza. Condenémosle a una muerte afrentosa, pues, según él, Dios le visitará."

Así discurren, pero se equivocan; los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan recompensa por la santidad ni creen en el premio de las almas intachables. Porque Dios creó al hombre para la incorruptibilidad, le hizo imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen”. ¿Son palabras del siglo III antes de Cristo o del siglo XXI?


Jesús Ortiz López

http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Desmoralizacion-social_0_2376362358.html

martes, 21 de octubre de 2014

Qué esperar del Sínodo sobre la familia

El Papa Francisco ha dicho que después del sínodo-real, distinto al sínodo-noticia, hay que huir de algunas tentaciones que van desde el endurecimiento hostil hasta el buenismo destructivo. El sabe por qué lo dice. Y no es difícil advertirlo. Iglesia es experta en humanidad  y sabe las claves para que la familia cumpla  su vocación al servicio de todo hombre.

Todos hablamos de los problemas que afectan a la familia, por ejemplo, el fenómeno de convivir antes del matrimonio; la atención a los hijos de familias desestructuradas; las ayudas a la maternidad y a las madres solteras; el apoyo a los divorciados y separados que permanecen fieles al vínculo matrimonial; el pesar de los divorciados que se vuelven a casar y quieren participar de los sacramentos; los problemas que plantean determinadas culturas sobre la poligamia, los matrimonios forzados, los abusos o el maltrato contra las mujeres.

La Iglesia no olvida tantos proyectos y acciones que promueven la fidelidad de los esposos, el bienestar profundo de los hijos, y la estabilidad de las familias. De modo que esta Asamblea de obispos tiene a la vista tantos problemas humanos, sin duda, pero enmarcados en el proyecto del matrimonio creado por Dios y elevado por Jesucristo como gran sacramento. Sin esta perspectiva como punto de referencia será difícil encontrar respuestas constructivas a los graves problemas en torno a la familia.

Sínodo 14 y Sínodo 15
La Iglesia tiene información sociológica y vital como nadie acerca de las familias en todo el orbe. Dispone de datos que muestran una radiografía de las actitudes entre los fieles respecto al matrimonio y la familia. En este Sínodo extraordinario se están abordando esos problemas con gran libertad a fin de encontrar respuestas pastorales para desarrollar, dentro de lo posible, un plan integral para defensa de la familia.

Después, en otoño del año 2015, tendrá lugar el Sínodo ordinario de obispos para sanear la institución familiar y proponer un desarrollo marcado por la esperanza. De modo que el Sínodo de este año trata esos problemas y deja para el próximo año las orientaciones pastorales que, como es habitual, los obispos y expertos presentarán al Papa Francisco. A partir de entonces el Santo Padre puede proclamar las directrices convenientes, basadas en la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia, expuesta en tantos documentos magisteriales de las últimas décadas.

Un plan  integral para la familia
Estos dos sínodos, extraordinario y ordinario, no tienen como finalidad revisar los planteamientos doctrinales sobre el sacramento del matrimonio y sus fines o sobre la naturaleza de la familia como institución esencial de la sociedad. Porque todo ello ha sido abordado repetidas veces desde el Concilio Vaticano II, en documentos específicos de Pablo VI, san Juan Pablo II, de  Benedicto XVI, otros de la Conferencia Episcopal Española, y naturalmente en el Catecismo de la Iglesia Católica.  

Podemos decir por tanto que la doctrina sobre el matrimonio, sobre la sacramento de la Reconciliación, y sobre la Eucaristía está hoy bien definida y actualizada. Las propuestas pastorales que se estudian en ambos sínodos y se propondrán posteriormente por el Romano Pontífice serán aplicadas según los problemas de cada cultura y en continentes diversos. La Iglesia no quiere poner barreras nadie sino promover el encuentro con el Dios real tal como se manifiesta en Jesucristo y en la Iglesia como camino universal de salvación, porque Dios quiere que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Por eso mismo estos Sínodos quieren dar luz a las conciencias de los fieles acerca del matrimonio, de la fidelidad tan valorada pero tan escasa en la sociedad, y de los problemas actuales de desarraigo para curar tantas heridas, presentando por ello con claridad la antropología que encamina a la felicidad de las personas y al bien común porque responde a la naturaleza del hombre y la mujer como criaturas de Dios.

No hay recetas generales
Si atendemos al problema concreto -uno entre tantos otros y no en todos los continentes- de los divorciados vueltos a casar civilmente, la Iglesia no puede actuar ofreciendo recetas generales, como dispensar la Eucaristía indiscriminadamente, al igual que tampoco lo hace para todos los fieles, sin pedirles las disposiciones necesarias de comunión y gracia de Dios. Los sacerdotes tienen experiencia de que cada caso es distinto y cada persona vive de manera única sus aspiraciones y su fe.

Pienso, por ejemplo, en el caso de un divorciado y casado civilmente que manifestaba su pleno acuerdo con la pastoral de la Iglesia en estos casos. Reconoce que en su situación personal no puede recibir ahora la Eucaristía ni el sacramento de la Reconciliación, pero lo considera como un camino de purificación y una oportunidad para valorar más esos sacramentos siguiendo las normas que traen la paz a la conciencia; por eso dice «no recibir los sacramentos -digamos de manera oficial y visible- no significa ser rechazado, absolutamente no. Por experiencia puedo decir que es siempre posible vivir los sacramentos de manera espiritual. Confesar nuestros pecados es posible, sin problema. Lo único que el sacerdote no nos puede dar es la absolución, pero la bendición sí. Por tanto, no se recibe un sacramento sino un sacramental. Y luego si Dios quiere puede perdonar nuestros pecados».

Comprobamos así que esa actitud responsable lleva a la felicidad en medio de las pruebas, aleja del victimismo de echar las culpas a los demás e incluso a la misma Iglesia, que actúa como experta en humanidad. Ahora se dispone a estudiar  la pastoral del familia frente a los nuevos desafíos y anunciar una nueva primavera para la familia, basada en la madurez humana y la santidad personal. 


Jesús Ortiz López

La familia en la vieja Europa

El Parlamento Europeo volverá su mirada a la familia en el próximo aniversario del Año Internacional de la Familia, y dispone entre otros del informe “Evolución de la familia en Europa 2014” presentado por el Instituto de Política Familiar (IPF).

Invierno demográfico
Los datos precisan el alcance de algunos problemas de las familias europeas que invitan a la reflexión activa y responsable para defender la familia en tiempos de crisis. La vieja Europa no quiere tener hijos, lo cual no es señal de desarrollo sin de invierno demográfico, a diferencia de otras culturas “menos desarrolladas” pero con más esperanza, como ocurre en África y en el ámbito musulmán.
En concreto el índice medio de fecundidad de la UE es 1,58 cuando la forma de garantizar el reemplazo generacional es teniendo 2,3 hijos por mujer. Pero ningún país europeo llega a esa cifra, que en España es de 1,32. Además el número de abortos en Europa asciende a más de un millón anual, siendo España el tercer país después de Francia y el Reino Unido con 112 mil al año. El resultado es que la edad media de la población europea en 2013 es de 41,9 un poco por encima de España. El reemplazo generacional no podrá darse en muchos años, pero ¿qué nos importa con los problemas que ahora tenemos? Una vez más lo urgente no nos permite ver lo importante, y las cabezas pensantes ideologizadas y a lo suyo.

Preparando el futuro
En Roma se desarrolla estos días el Sínodo extraordinario sobre la familia porque la Iglesia sabe unir el pasado, el presente y el futuro. Después, en el año 2015, tendrá lugar el Sínodo ordinario a fin de presentar ideas y comportamientos para la familia como institución necesaria para vivir en sociedad. La opinión pública se centra muchas veces en algunos problemas de las familia con dificultades aunque puede ocurrir que lo árboles no nos dejen ver el bosque

Desde la fe católica y la misma razón la realidad del matrimonio y la familia es anterior a cualquier cultura y sociedad, pues nace en el origen mismo del hombre y la mujer. Además el sacramento del matrimonio enriquece esta institución natural con dones de Dios para ser fuerte y desarrollar su innata unidad e indisolubilidad. Las propuestas pastorales que se estudian en ambos sínodos serán aplicadas según los problemas de cada cultura y en continentes diversos.

Por eso mismo estos Sínodos quieren dar luz a las conciencias acerca del matrimonio, de la fidelidad tan valorada pero tan escasa en la sociedad, y de los problemas actuales de desarraigo para curar tantas heridas, presentando por ello con claridad la antropología que encamina a la felicidad de las personas y al bien común porque responde a la naturaleza. No se agotan las propuestas en problemas parciales como la comunión de católicos divorciados y casados civilmente; las ayudas a la maternidad y a las madres solteras; los problemas que plantean determinadas culturas sobre la poligamia, los matrimonios forzados, los abusos o el maltrato contra las mujeres.

Sin la convicción de fe que descubre la vocación a la santidad en el matrimonio, lo cual supone ejemplaridad, fortaleza y mucha generosidad con la gracia de Dios, no podrán resolverse problemas concretos. Sin referencia a la vocación y misión del matrimonio cristiano faltarían anclajes seguros para la esperanza y se ofrecerían placebos en lugar de tratamientos eficaces para la salud espiritual de los hombres y mujeres.

No hay recetas generales
Si atendemos al problema concreto -uno entre tantos otros y no en todos los continentes- de los divorciados vueltos a casar civilmente, la Iglesia no puede actuar ofreciendo recetas generales, como dispensar la Eucaristía a la ligera, al igual que tampoco lo hace para todos los fieles, sin pedirles las disposiciones necesarias de comunión y gracia de Dios. Los sacerdotes tienen experiencia de que cada caso es distinto y cada persona vive de manera única sus aspiraciones y su fe.

Porque la Iglesia no quiere poner barreras a nadie sino promover el encuentro con el Dios real tal como se manifiesta en Jesucristo y en la Iglesia como camino de salvación, porque Dios quiere que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 

En importante no caer en el victimismo de echar las culpas a los demás e incluso a la misma Iglesia, que actúa como experta en humanidad. Ahora se dispone a estudiar  la pastoral de la familia frente a los nuevos desafíos y anunciar una nueva primavera para la familia, basada en la madurez humana y la santidad personal. 

Jesús Ortiz López


http://www.religionconfidencial.com/tribunas/familia-vieja-Europa_0_2366763320.html#

Animar a casarse

El Sínodo celebrado este mes de octubre invita a los jóvenes a casarse. Menos mal. Porque con tanto hablar de la crisis económica, de la crisis del matrimonio, y de los casos difíciles tenemos el riesgo de olvidar la verdadera naturaleza del matrimonio y de la familia. Las gentes nacen para ser felices en una familia donde campea el cariño, la entrega, el amor fiel en la una palabra. La excepción a esa naturaleza son las familias enfermas aunque afecten a muchos y las tengamos muy cerca.

El Sínodo ha tratado de resolver diversos problemas, como son, el fenómeno de convivir antes del matrimonio; las ayudas a la maternidad y a las madres solteras; el apoyo a los divorciados y separados que permanecen fieles al vínculo matrimonial; el pesar de los divorciados que se vuelven a casar y quieren participar de los sacramentos; los problemas que plantean determinadas culturas sobre la poligamia, los matrimonios forzados, o el maltrato contra las mujeres.

No debería ocurrir que con tantas problemáticas, dolorosas ciertamente, caigamos en aquella falta de perspectiva que denunciaba Confucio diciendo que cuando el sabio señala a las estrellas, el necio se detiene mirando el dedo.

Mal servicio haría el Sínodo a la Iglesia, a los creyentes, y a la sociedad, si no hablara de los matrimonios que funcionan, poniendo los medios para crecer, resolviendo las dificultades ordinarias y extraordinarias, cuidando a los pequeños y a los mayores, acogiendo a otras familias heridas, y dando ejemplo de fortaleza en la fe. La santidad en el matrimonio es rara pero no debería ser así; de hecho se trabaja en muchos procesos de beatificación de matrimonios, marido y/o mujer, porque consta que han vivido heroicamente  las virtudes de fe, esperanza, y caridad; con prudencia, justicia, fortaleza y templanza, por encima de la media y de  las costumbres. Y muchos matrimonios actuales se esfuerzan por vivir el Evangelio, por ser Iglesia doméstica, fuente de vocaciones en servicio de los demás, y por ser testigos de Jesucristo, mostrando que la responsabilidad triunfa sobre el victimismo, la generosidad sobre el egoísmo, y el amor sobre el odio.


Ya sé que el mundo universitario, alumnos y profesores más jóvenes, ven lejano el momento de casarse aunque se sientan enamorados. Pero sería malo que se lanzaran a convivir sin más viendo como imposible casarse algo más tarde como Dios manda; y no sería bueno que vieran el matrimonio cristiano como un ideal prácticamente irrealizable en el siglo XXI. ¿Dónde queda aquella llamada de san Juan Pablo II diciendo que se puede ser moderno y fiel a Jesucristo? ¿Y dónde quedaría el matrimonio cristiano si los obispos, sacerdotes y fieles actuales olvidan el esperanzador magisterio del Vaticano II y el amplísimo de san Juan Pablo II? 

http://www.clubdellector.com/entrada-de-blog/animar-casarse

jueves, 3 de julio de 2014

La familia en portada

Ha sido presentado en el Vaticano el documento de trabajo del próximo Sínodo sobre la familia para otoño de 2014, recogiendo las opiniones de los fieles, y la experiencia de los párrocos y de los obispos sobre la institución familiar en todo el mundo.

Problemas variados
La Iglesia dispone hoy de una radiografía de la familia en el mundo, y puede aportar soluciones para los problemas que hoy tiene planteados. Por ejemplo, el sufrimiento de los divorciados que se vuelven a casar y quieren participar de los sacramentos; la lentitud en algunos procesos de nulidad matrimonial; los problema que plantean determinadas culturas sobre la poligamia, los matrimonios forzados, los abusos o el maltrato contra las mujeres. También la responsabilidad de los legisladores y de los medios de comunicación al acoger y presentar antimodelos de familia; además de la crisis de comunicación y el deterioro creciente de las relaciones familiares en la sociedad actual.
            Este Sínodo extraordinario de 2014 y el posterior Sínodo ordinario en 2015 no tienen como finalidad revisar los planteamientos doctrinales sobre el sacramento del matrimonio y sus fines o sobre la naturaleza de la familia como institución esencial de la sociedad. Porque todo ello ha sido abordado repetidas veces desde el Concilio Vaticano II, en documentos específicos de Pablo VI, san Juan Pablo II, de  Benedicto XV, y ahora del papa Francisco. Podemos decir por tanto que la doctrina sobre el matrimonio, sobre el sacramento de la Reconciliación, y sobre la Eucaristía está hoy bien definida y actualizada.
           
No hay recetas generales
            Si atendemos al problema de los divorciados vueltos a casar civilmente, la Iglesia no puede actuar ofreciendo recetas generales, como dispensar la Eucaristía indiscriminadamente, al igual que tampoco lo hace para todos los fieles, sin pedirles las disposiciones necesarias de comunión y gracia de Dios. Los sacerdotes tienen experiencia de que cada caso es distinto y cada persona vive de manera única sus aspiraciones y su fe. Pienso, por ejemplo, en el caso de un divorciado y casado civilmente que manifestaba su acuerdo con la pastoral de la Iglesia en estos casos. Reconoce que en su situación personal no puede recibir por ahora la Eucaristía ni el sacramento de la Reconciliación, pero lo considera como un camino de purificación y una oportunidad para valorar más esos sacramentos: «no recibir los sacramentos -digamos de manera oficial y visible- no significa ser rechazado; absolutamente no. Por experiencia puedo decir que es siempre posible vivir los sacramentos de manera espiritual».
            Comprobamos así que esa actitud responsable lleva a la serenidad en medio de las pruebas, aleja del victimismo de echar las culpas a los demás e incluso a la misma Iglesia, que actúa como experta en humanidad.


Jesús Ortiz López

Al servicio de la estabilidad

Las palabras del comunicado de los obispos con motivo de la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI se suman los muchos agradecimientos por estos años de servicio al bien común y la unidad de los españoles. Y van más allá de lo protocolario pues son sinceras y verdaderas, al reconocer el servicio impagable de los reyes, el Rey y la Reina y ahora el heredero, en la instauración y consolidación de la vida democrática. La continuidad de la Corona en la persona del futuro rey Felipe VI garantiza también la estabilidad de las instituciones y de la sociedad, tan necesitada de ella en estos momentos.

Sin embargo no todos son capaces de ver esta realidad por ignorancia o ceguera voluntaria. Aunque es verdad que las voces pidiendo una nueva república representan sólo una gota de agua –unas treinta mil personas sumando varias provincias y días que se han manifestado con formas poco democráticas-, pocas decimos en el océano de la adhesión mayoritaria de los cuarenta y siete millones que vienen refrendando a la Monarquía parlamentaria.

A juzgar por sus proclamas esa república ficción sería el paraíso de la libertad y de la democracia popular, de la que los historiadores han estudiado sus hazañas para suprimir a los contrarios. Sin embargo ignoran que las experiencias republicanas en España han generado violencia y guerras sangrientas, manchando las libertades ciudadanas, eso sí, en nombre del pueblo pero sin el pueblo.

Los agitadores que se han envuelto en la bandera tricolor nada dicen de los periodos republicanos reales a partir de 1871 y de 1931, con cinto tipos de república, una constitución fallida, una guerra colonial y dos guerras civiles, como ha destacado el historiador Fernando García de Cortázar en un reciente artículo.

Como dijo Valle-Inclán, no es verdad que España sea republicana y menos que votara a favor de la República. Por tanto, que la izquierda marginal del bracete de sindicalistas trasnochados y amparada por los que pueden desde las redes no nos venga con cuentos para una nueva república. La triste realidad sufrida en nuestra historia invita a liberarse de la Arcadia de una nueva república ficción.


Jesús Ortiz López 

http://www.analisisdigital.org/2014/07/02/hora-de-agradecimientos-reales/

martes, 17 de junio de 2014

Programa incumplido


Los dos partidos mayoritarios han perdido millones de votos en las pasadas Elecciones al Parlamento Europeo. Mientras el PSOE se dispone a cambiar a fondo su política interna y a los dirigentes, el PP, sin embargo, solo  ve un “problema de comunicación” con los ciudadanos. Un problema de “marketing” en suma.

Con independencia de lo que manifiesten en público, deberían reconocer que la causa de esos dos millones de votos perdidos es el incumplimiento de su programa en cuanto al compromiso con los ciudadanos de primar  una sociedad fundamentada sobre sólidos principios morales: cuando promueve la ley frente a la violencia; en su lucha por la libertad frente a los totalitarismos engañosos; en su defensa de la honradez frente a la corrupción. Por ello el Programa popular defiende la estabilidad familiar como entramado necesario del tejido social, la estabilidad del matrimonio como ejercicio de compromiso libre responsable, y escuela de buenos ciudadanos; la libertad de los padres para elegir el colegio para sus hijos de acuerdo con sus convicciones sin sufrir un coste adicional. 

Los votantes del PP suponían que el proyecto político defendía la institución familiar y facilitaba los valores morales más básicos, tolerando naturalmente otras convicciones aunque sin promoverlas. Por tanto si el PP no desmiente que está siguiendo programa de disolución moral de la sociedad española según los dictados de la ideología de género, entonces los militantes, los votantes y los simpatizantes tendrán razones  sobradas para retirarle su apoyo y perdería otros millones de votos.

En efecto, este mes de abril el Parlamento de Galicia, con mayoría absoluta del PP, ha aprobado una “ley de igualdad” calcada de la impuesta por aquel ominoso gobierno de Zapatero. Y no se trata sólo de no discriminar por razón de sexo, puesto que con ella en la mano un juez podría citar a un padre de familia que advierte a su hijo de los peligros de la homosexualidad, o a una profesora por enseñar en clase que el matrimonio sólo es de uno con una para toda la vida. Me temo que esas leyes de igualdad sí discriminarán al sentido común y a la normalidad de vida, y que el PP la promueva o admita también en otras comunidades como Valencia o Extremadura.

De modo que sí a la igualdad sin nada de discriminación, y un sí claro a la familia como base de la sociedad libre, democrática y constructiva. Por ello si el PP piensa que sólo debe comunicar mejor, y trabajar en la cosmética, tendremos que advertirle que seguirá perdiendo millones de votos por abandonar a los ciudadanos y a la ética humana.

Jesús Ortiz López


http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Programa-incumplido_0_2291770801.html

Otros artículos del autor
http://www.religionconfidencial.com/buscador/?authorText=Jes%C3%BAs%20Ortiz

martes, 3 de junio de 2014

¿Qué hay de los derechos sociales?

En la campaña para las Elecciones Europeas se ha hablado mucho de los derechos sociales y especialmente referido a las mujeres, sobre todo en boca de la izquierda. ¿Quién no valorará esos derechos sociales? ¿Quién se atrevería hoy a recortarlos? Todos valoramos y defendemos los derechos sociales, y sin embargo han llegado a ser un reclamo publicitario populista lleno de engaños.

Todo derecho es social porque determina las interrelaciones entre personas e instituciones: se refieren a la justicia conmutativa, distributiva o social. Sin embargo la izquierda reduce radicalmente los derechos sociales cuando presenta el aborto como un derecho de la mujer para eliminar al hijo concebido, o también un derecho del hombre a practicar abortos impunemente, o a promoverlo presionando a las mujeres para que aborten como salida rápida e irresponsable cuando aparece un hijo no deseado.

Mientras el socialismo y las ideologías radicales no abandonen su lucha a favor del aborto carecerán de legitimidad para defender otros derechos sociales puesto que el primero es el derecho a la vida. Muestra además una incoherencia radical por sus anteojeras para mirar solo en la dirección más cómoda y rentable en votos, aunque sin atreverse a afrontar el grave problema de las mujeres empujadas al aborto, así como las políticas necesarias para apoyar la maternidad en sí misma y ante el suicidio demográfico. Por ahí va el auténtico progresismo. Y en suma, el derecho a la vida es el primer derecho social, y todos tienen derecho a la vida desde la concepción en el vientre materno hasta la muerte natural; por ello es rechazable manipular con palabrejas como el derecho al aborto, el derecho a elegir, o la interrupción voluntaria del embarazo. Vaya engaño.

Hace falta recordar que entre los derechos sociales el derecho a la vida es pilar básico de la sociedad, algo de antropología elemental, antes que un asunto religioso, aunque es muy de agradecer la defensa cristiana de la vida. Bastará recordar aquellas palabras de san Juan Pablo II: «Es social todo pecado cometido contra la justicia en las relaciones tanto interpersonales como en las de la persona con la sociedad, y aun de la comunidad con la persona. Es social todo pecado cometido contra los derechos de la persona humana, comenzando por el derecho a la vida, sin excluir la del que está por nacer, o contra la integridad física de algunos; todo pecado contra la libertad ajena, especialmente contra la suprema libertad de creer en Dios y de adorarlo; todo pecado contra la dignidad y el honor del prójimo».


Jesús Ortiz López 

http://www.religionconfidencial.com/tribunas/derechos-sociales_0_2283371649.html

lunes, 26 de mayo de 2014

Juan Pablo II Papa de la familia

En la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, el Papa Francisco señaló a este último santo como «el Papa de la familia». Se unía así a la convicción popular que reconoce la continua atención de Juan Pablo II a la familia durante toda su vida. Primero como sacerdote cuando fue preparando a muchos jóvenes hablándoles del amor humano limpio que desemboca en una familia cristiana.

Después en sus numerosos escritos enraizados en una concepción personalista y principalmente sobrenatural empapados en el Evangelio de Jesucristo, tratando con profundidad y extensión del amor humano en la unidad de la persona que valora al otro por «quien es» -es bueno que tú existas y qué angustia si no fuese así- más que por «lo que tiene». Luego lo repetirá tantas veces en su magisterio episcopal y después con su magisterio pontificio. Será suficiente recordar la Exhortación Familiaris Consortio, la Carta a las familias, Mulieris dignitatem, etc. Singular trascendencias tienen además sus enseñanzas sobre el amor humano en sus audiencias semanales para desarrollar la teología del cuerpo.

La entrega de san Juan Pablo II a las familias constituye un freno a las corrientes hedonistas y a las ideologías de género que descomponen a las personas y amenazan la integridad de la sociedad. Sin embargo, las enseñanzas del «pontífice de la familia» no tienen carácter reactivo frente a esas tendencias de una época, porque son la aplicación del Evangelio al matrimonio y a la familia en el nuevo milenio. El camino de la Iglesia pasa por el hombre tal como Jesucristo se lo ha confiado siendo instrumento de salvación para todos en cualquier época de la historia.

Mientras la Iglesia prepara el Sínodo sobre la familia para octubre afloran pareceres y opiniones acerca de la acción pastoral acerca del amor humano: desde la preparación de los jóvenes al matrimonio  hasta el trato con cuantos sufren las consecuencias de un matrimonio roto, pasando por la asistencia habitual a los matrimonio en su camino de santidad. Muchas ideas y propuestas afloran ahora como la espuma pero tiempo habrá de reposarlas dejando que el Sínodo, con Romano Pontífice a la cabeza, aplique la alegría del Evangelio al matrimonio  y  la familia.


De momento bastará recodar aquéllas palabras proféticas de Juan Pablo II en la Eucaristía de Canonización en la madrileña plaza de Colón durante su último viaje a España: «Surgirán muchos frutos de santidad si la familia sabe permanecer unida, como auténtico santuario del amor y de la vida».  

Jesús Ortiz

http://www.analisisdigital.org/2014/05/26/juan-pablo-ii-papa-de-la-familia/

miércoles, 23 de abril de 2014

ÚLTIMO MENSAJE DE JUAN PABLO II A ESPAÑA


Juan Pablo II no ha perdido actualidad durante estos años desde su muerte, que conmovió al mundo entero, a su beatificación y ahora por su canonización, junto con Juan XXIII.

Juan Pablo II se despidió de España en mayo del 2003 un año antes de morir y nos dejó un legado de fe y de humanidad imborrable. Casi dos millones de personas acudieron  a los dos actos centrales del quinto viaje apostólico de Juan Pablo II a España, desarrollados en Madrid. El Papa mantuvo un encuentro con los jóvenes el sábado en el aeródromo de Cuatro Vientos y celebró el domingo la Eucaristía de Canonización de cinco nuevos santos españoles en la madrileña plaza de Colón. Eran las doce de la mañana del sábado 3 de mayo y Juan Pablo II, entre aplausos y lágrimas, canciones de tunos, niños vestidos de guardias suizos y banderas de España y del Vaticano, volvía a España.

«La paz esté contigo, España», dijo el Santo Padre al iniciar su quinta visita pastoral a nuestro país. Aquel sábado el Papa estaba feliz y cariñoso pero, al despedirse a media tarde del domingo, estaba aún más conmovido: «Os llevo a todos en el corazón». Cerca de treinta horas muy intensas separaban esos momentos. Juan Pablo II renovó el llamamiento a Europa para vivir de acuerdo con sus raíces cristianas: «Estoy seguro de que España aportará el rico legado cultural e histórico de sus raíces católicas y los propios valores para la integración de una Europa que, desde la pluralidad de sus culturas y respetando la identidad de sus Estados miembros, busca una unidad basada en unos criterios y principios en los que prevalezca el bien integral de sus ciudadanos».

Por la tarde el Papa llegaba al aeródromo de Cuatro Vientos, donde un millón de jóvenes le recibió con cantos y guitarras, con entusiasmo y gritos de: «Esta es la juventud del Papa» o «Juan Pablo II te quiere todo el mundo». El mensaje del Papa a los jóvenes fue una invitación a seguir a Cristo, a responder a la vocación y a convivir en paz con todos, alejándose de toda forma de nacionalismo exasperado y de violencia ciega, mostrándoles el poder del amor y la fuerza del perdón. ¿Nos suena esto hoy?, porque parece que algunos no se han enterado todavía.

En este encuentro había jóvenes muy distintos por sus ideas, cultura y procedencia pues, entre otras, se veían banderas de México, Argentina o Polonia. Se hacía patente que su común denominador era la fe en Jesucristo, el amor a la Virgen María y la esperanza de un mundo mejor. En particular tenían la profunda convicción de que Juan Pablo II era un líder espiritual auténtico, un ejemplo de fidelidad de Jesucristo y de coherencia para hacer un mundo más humano.

El domingo siguiente un millón de fieles siguió con solemnidad la ceremonia de Canonización de los cinco nuevos santos españoles. Desde el amanecer las cuatro arterias que confluyen en la plaza de Colón estaban abarrotadas de personas formando como una gran Cruz humana cuyo centro es Cristo en el altar de la Eucaristía celebrada por el Santo Padre, el centenar largo de los obispos,  y cerca de tres mil sacerdotes. Juan Pablo II propuso seguir el ejemplo de los santos canonizados y aseguró a los españoles que: «Surgirán nuevos frutos de santidad si la familia sabe permanecer unida, como auténtico santuario del amor y de la vida», y recordó a todos, en particular a los más jóvenes que: «Se puede ser moderno y profundamente fiel a Jesucristo». Al final de la Misa Juan Pablo II se despidió con emotivas palabas y exhortó a ser testigos fieles de Jesucristo: «Con mis brazos abiertos os llevo a todos en mis corazón (...) ¡Hasta siempre, España! ¡Hasta siempre, tierra de María!», mientras quedaban en el aire las notas de una Salve rociera.

Jesús Ortiz López

Doctor en Derecho Canónico

http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Ultimo-Juan-Pablo-II-Espana_0_2258774101.html

http://www.analisisdigital.org/2014/04/28/juan-pablo-ii-una-gran-misericordia-de-dios/

lunes, 21 de abril de 2014

Confesión mejor que pastillas


Cada vez estamos más pendientes de la salud anímica y acudimos a especialistas en medicina sicosomática, sicólogos y siquiatras. El supermercado de métodos de relajación y de autoayuda es muy amplio y atractivo. 

Las nuevas religiones ofrecen también ámbitos de convivencia solidaria y la ayuda de especialistas o gurús para recuperar el centro de la propia vida. Son signos de la necesidad de alimentar el espíritu en tiempos de materialismo y de estrés. Pero llega un momento en que el alma reclama alimento más nutritivo, es decir, religión de verdad como encuentro real con Dios. Y no sirven entonces las espiritualidades genéricas sin compromiso que sustituyen a Dios por la divinidad, la religión por la autoayuda.

Los católicos sabemos quién es Dios y cómo podemos encontrarle. Es Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra; ha enviado a su Hijo Jesucristo para redimir a toda la humanidad; y ha fundado la Iglesia como instrumento de salvación con la misión de proclamar la buena nueva del Evangelio a todos sin distinción de razas o culturas. De hecho ha arraigado en todo el orbe no por la fuerza sino por el testimonio, incluidos los mártires de ayer y de hoy.

La fotografía del Papa Francisco confesándose vale más que mil palabras. Otro gesto fácil de entender para cualquiera que mire y se pregunte qué le dice personalmente esa noticia. Después de recibir la absolución sacramental, el Papa ha utilizado otro confesonario para oír a unos cuantos penitentes, como antes hicieron Benedicto XVI y Juan Pablo II en estas fechas de Cuaresma. Es un modo bien concreto de hablar de la Confesión como sacramento instituido por Jesucristo para perdonar a los pecadores arrepentidos.

No es una simple bendición y mucho menos un rito mágico sino el coloquio del penitente con el mismo Jesucristo por medio de su ministro, tal como se percibe en el nuevo ritual estructurado en forma de diálogo sincero del pecador con el sacerdote. Hay por tanto examen de conciencia, dolor por unos pecados concretos, con propósito de luchar para no caer de nuevo. Hay sinceridad al manifestar en particular esos pecados cometidos, con la conciencia de volver al Padre como el hijo de la parábola. Y después el fiel acepta la penitencia impuesta incluida la reparación si se trata de pecados contra la justicia, de maledicencia o de escándalo.

Aun con poca formación cualquiera advierte que no hay automatismo en la Confesión, ni sirve un acto comunitario, ni se dan las condiciones de conciencia ante Dios en quien vive en una situación irregular; aunque es verdad que el trato pastoral lleno de atención, la participación en la vida de la Iglesia o en obras de misericordia, y la oración insistente pueden hacer milagros en esos casos, que los hacen.

Recientemente el Papa Francisco ha hecho otro gesto bien significativo a favor de la Confesión sacramental, al señalar una jornada de «24 horas para el Señor», para que se abrieran templos en cada diócesis, día y noche de ese día, con sacerdotes disponibles para administrar este sacramento y para dedicar tiempo a la adoración eucarística. No hace falta acudir a estadísticas para saber que han sido muchos miles de jóvenes y mayores que han aprovechado la ocasión para confesar después de dos años, veinte o más como decía el Papa Francisco a los reunidos en la Plaza de San Pedro. Porque es bien conocido que muchos chicos abandonan la Confesión después de la Confirmación –los que la hacen- e incluso después de su Primera Comunión. Aunque también es preciso reconocer que gracias a la insistencia de los Papas el sacramento de la Reconciliación está hoy más solicitado por los fieles que hace años, porque en verdad todos preferimos las cosas auténticas a los sucedáneos.

A las puertas de la Semana Santa por excelencia cada uno puede considerar que si el Papa Francisco se considera pecador necesitado de la Confesión –ha dicho que se confiesa cada quince días- yo no voy a ser un santito que se entiende directamente con Dios, como el que ha sustituido los sacramentos por las pastillas relajantes, la religión por el yoga, y a Dios por la autoconciencia.

http://www.analisisdigital.org/2014/04/16/confesion-mejor-que-pastillas/

http://www.clubdellector.com/entrada-de-blog/la-confesion-del-papa

http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Papa-confiesa-vista-mundo_0_2250374941.html

lunes, 31 de marzo de 2014

Mujeres con casco

Ahora el uso del casco en una moto es completamente normal, pero al principio no fue así. Había gentes, sobre todo jóvenes muy seguros de sí mismos, que rechazaban el casco como una imposición; restaba emoción a la conducción y sobre todo limitaba su libertad: «si me mato es un asunto mío», decía alguno. Las campañas de concienciación durante años han logrado sensibilizar a los conductores para que utilicen el casco no tanto para evitar multas sino por la propia seguridad.

Me parece que la defensa de la vida del no nacido, de la mujer, y de la maternidad tiene algo que ver con todo eso. Porque de continuo escuchamos proclamas de mujeres que exigen el derecho a decidir sobre su cuerpo. Alguien dirá que no es lo mismo ¿verdad? Sin embargo no hay tanta diferencia entre el progreso que supone la utilización del casco y la protección de la maternidad, porque hace ver el sofisma de ese «en mi cuerpo mando yo», «tengo derecho a decidir», o «el aborto es sagrado». Excluir en ambos casos a los demás supone un ejercicio de subjetivismo o incluso de egoísmo. No, las normas morales y, en cierta medida las leyes civiles, son cauces de libertad en beneficio de todas y cada una de las personas. Y no digamos cuando peligra la vida del que conduce o de una criatura concebida pero no nacida.

Nadie sensato admite exigencias de libertad sin la correspondiente responsabilidad, porque en realidad nos afecta a demás, y el hombre no es lobo para el hombre sino más bien «homo homini sacra res»: cada uno es para los demás alguien sagrado. Pensemos en el nasciturus, en la mujer tantas veces víctima de la ideología o del entorno, y en la maternidad como verdadera realización de la mujer.

Conocí a una ginecóloga que también practicaba abortos «por humanidad», aunque parezca paradójico. Conocía bien los desastres que producen  los abortos provocados por manos inexpertas o personas sin escrúpulos. Y estaba decidida a luchar para que cualquier mujer pudiera abortar sin riesgos en la sanidad pública. Buenos sentimientos no le faltaban pero sí formación antropológica y principios éticos. Los árboles de los casos penosos no le dejaban ver el bosque; no se había parado a considerar con objetividad que un mal no puede remediarse con otro peor. Una vez más un fin bueno no puede justificar el empleo de medios inmorales. Si no ¿dónde quedaría la solidaridad? En suma, ahora tienen que utilizar el casco las mujeres y los hombres que rechazan el aborto porque siguen el principio ético fundamental de no matar.

Jesús Ortiz López

Doctor en Derecho Canónico 


http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Mujeres-casco_0_2242575756.html#

miércoles, 5 de marzo de 2014

Oscar a favor de la vida


La película «12 años de esclavitud» ha triunfado en la gala de los Oscar 2014. Un drama formidable sobre la esclavitud en Estados Unidos durante el siglo XIX. Vemos la realidad de las penalidades del protagonista, Solomon Northop, la vida real de un hombre negro libre y culto reducido al estado de esclavitud  sin poder hacer nada por impedirlo. Sin embargo no perderá la esperanza de recobrar la libertad a pesar de los malos tratos y las tremendas injusticias sufridas. Una época en que la sociedad biempensante admitía la esclavitud sin intentar cambiar las cosas, bajo el fuerte influjo de los poderosos que usan del engaño para servir a sus propios fines.

En el madrileño Parque del Oeste encontramos un monumento al sacerdote Miguel Hidalgo que contribuyó al incremento del nivel de vida su feligresía, poniendo las  bases del independentismo frente a la Corona de España, que supieron aprovechar  las oligarquías criollas para beneficiarse del independentismo, dejando a  las minorías étnicas desprotegidas hasta la actualidad. Como siempre. En el monumento madrileño, Miguel Hidalgo recibe el homenaje de dos alegorías, la Historia y la Gloria, por su lucha a favor de la libertad.

Quizá nuestra sociedad envejecida no tarde muchos años en levantar monumentos a quienes el siglo XXI están defendiendo la vida contra viento y marea. Es decir, frente a la sociedad biempensante que admite el aborto como un derecho de la mujer; admite el eufemismo de «la interrupción voluntaria del embarazo»; admite que la criatura concebida «es un ser vivo pero no un ser humano»; que admite a políticos que denuncian «el recorte de los derechos de la mujer»; que admite el acoso  a quienes intentar frenar la sangría de 115 mil abortos anuales modificando la actual ley del aborto a plazos.

Hoy día quienes defienden la vida frente al aborto y la eutanasia son tachados como retrógrados y poco democráticos, y los que impulsan el aborto como si fuera un derecho parecen héroes en una supuesta sociedad de libertades. El mundo al revés: nada nuevo bajo el sol. Algo que ha ocurrido muchas veces aunque la historia acaba por poner a cada uno en su sitio: los defensores de la vida y la libertad en los monumentos y las páginas negras para los destructores del tejido social. Ni la Historia ni la Gloria podrán decir nada bueno de ellos.

Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico



http://www.analisisdigital.org/2014/03/05/oscar-a-favor-de-la-vida/

lunes, 10 de febrero de 2014

Aborto en la tercera fase

Primero fue la despenalización del aborto en 1985. La segunda fase ha sido su transformación en una ley de plazos que lo hace prácticamente libre, impuesta sin consenso por el gobierno socialista de Zapatero. Y estamos ahora en la tercera fase pues el gobierno de Rajoy intenta reconducirla dando un paso a favor de la vida de las criaturas concebidas no nacidas aún, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional. Pero esta fase está amenazada.

El partido socialista orquesta una campaña mediática, nacional e internacional desde Bruselas, para estigmatizar una ley que precisamente defiende la vida. Continuos venablos salen de la boca de las dirigentes socialistas, y compañeros de la izquierda, para afirmar rotundamente que se limita la libertad de las mujeres para abortar, que nadie puede obligar a una mujer a ser madre, que se recortará un derecho de la mujer. Parte de su estrategia es mezclar la defensa de la vida con la fe católica, y el aborto con la Jerarquía eclesiástica, como si no fuera un asunto de razón natural y de ética civil. Pero en realidad su discurso queda en cueros porque  la ciencia médica, la embriología, y los ginecólogos sostienen hoy que el concebido es un ser humano sin solución de continuidad. Por ello el 93 por ciento de los abortos practicados en España en 2012 se hace en clínicas privadas, pues sólo unos pocos ginecólogos se prestan a ello, obteniendo así unas prósperas ganancias. Además de la ambición y de la falta de ética, sólo la cerrazón mental puede decir a la ligera que el concebido es un ser vivo pero no es un ser humano. Y naturalmente el agradecimiento al pesebre de las prebendas políticas.

Nada dice esa izquierda acientífica e insensible de la atención a las mujeres en situación de riesgo de abortar o después de haberlo sufrido, pues la mayoría de ellas se da cuenta de que han sido engañadas y manipuladas. Son las instituciones de voluntariado, muchas nacidas desde la sensibilidad de mujeres y hombres hacia esta lacra que ha destrozado el futuro de esas mujeres. Los testimonios de muchas son incontestables pero los enclaves mediáticos se encargan de silenciarlas. En cambio no se sabe qué hace el partido socialista para atender a las mujeres que han abortado.

Aquella película trataba de los encuentros en la tercera fase de humanos con otras  formas de vida extraterrestre que llegan a conocerse mejor y no verse como enemigos. Podría servir ahora para ponerse de acuerdo para la defensa de la vida humana sobre los principios racionales de quienes tienen una mente libre de prejuicios y abierta a la realidad.

Jesús Ortiz López

Doctor en Derecho Canónico

http://www.almudi.org/Noticias/ID/8662/Aborto-en-la-tercera-fase

http://www.analisisdigital.org/2014/02/09/aborto-en-la-tercera-fase/

jueves, 30 de enero de 2014

Los niños de las aguas


Mucho se habla del derecho de la mujer al aborto y poco de los dramas de las mujeres que abortaron. En Kioto hay un templo budista donde se venera a una diosa rodeada de cientos de imágenes pequeñitas. Estas estatuillas representan a los niños de las aguas, los niños que fueron abortados[1]. Según las creencias budistas, estos niños vagan desorientados junto a las orillas del río que separa a los vivos de los muertos, esperando a que alguien les ayude a atravesarlo. Puede apreciarse así que la defensa de la vida no es una creencia de los católicos sino la base de cualquier ética o de una religiosidad natural.

Perece que la reforma de la actual ley de aborto limita un derecho de la mujer. Sin embargo ninguna legislación internacional reconoce hoy el aborto como underecho pues se limita a despenalizarlo en algunos supuestos. El nivel moral de una civilización se mide no tanto por la lista de derechos subjetivos que reconoce sino por la protección del derecho de los más débiles. En cambio parece signo de regreso tachar esta reforma de cruel, de horror y de vergüenza como hacen desde las filas socialistas. Basta considerar esos calificativos desde el punto de vista del no nacido para darse cuenta de la aberración que suponen semejantesafirmaciones, válidas sólo para progresistas incoherentes y de salón.

Dicen que la reforma de la actual ley de aborto limita un derecho de la mujer, ¿pero es así? Ninguna legislación internacional reconoce formalmente hoy el derecho al aborto y sí garantiza el derecho a la vida como pilar básico del derecho. De ahí que entre los derechos subjetivos no figure el del homicidio voluntario, en este caso llamado engañosamente como "interrupción voluntaria del embarazo", pues ¿cuándo se puede reanudar esa vida interrumpida?, ¿cuándo la decisión de abortar de una mujer es libre? Resulta además poco científico y anacrónico sostener que "mi cuerpo es mi derecho y competencia privada mía", como dicen algunos detractores[2].

La cortina de humo de los socialistas y aliados varios que van de progres oculta todo esto con el fácil recurso a una ley de plazos en contra de los Derechos Humanos reconocidos por Naciones Unidas. Y es que esos socialistas no quieren saber nada de los dramas reales sufridos por los miles de mujeres que ha abortado. El anteproyecto de esta reforma supone un paso adelante en el difícil camino de la civilización y del progreso, y pone a cada ciudadano ante la ciencia, la justicia y la consistencia de sus principios morales.


Jesús Ortiz



[1] Cf J.M. Cejas. Los cerezos en florRialp, 2013.
[2] Cf J.OrtizVolver a la fe. Parangona, 2013. p. 115 ss.

http://www.clubdellector.com/articulos.php?id_articulos=839

lunes, 13 de enero de 2014

La Unión Europea con la vida


El Parlamento Europeo ha aprobado la resolución del grupo Popular sobre la política en materia de salud sexual, así como de educación sexual en las escuelas. No es una noticia más puesto que está en juego la defensa de la vida desde la concepción, la dignidad de las personas especialmente de los más jóvenes, y la libertad de los padres para educar a sus hijos sin intromisiones ajenas en el campo moral y religioso. Algo de sentido común, diríamos, pero lamentablemente oscurecido por la manipulación que envuelve la destrucción del hombre con el celofán de los derechos humanos.

            Esta propuesta ha superado a otra de la socialista portuguesa Estrela presentaba por segunda vez al Parlamento. Entre otras cosas sostenía el aborto como un derecho humano a financiar por la sanidad pública. También proponía fomentar la educación sexual desde la guardería, al margen de los padres, promoviendo la elección activa de género.

            Muchos propagadores van ocupando cargos importantes en los parlamentos, en los gobiernos, y en la diplomacia internacional. Cada vez se ven mejor las orejas al lobo, e incluso algunos pensadores lúcidos afirman que esta ideología representa la última rebelión del ser humano ante su naturaleza creada por Dios, metiendo el bisturí para un cambio de sexo que es realmente imposible.        No conviene pues olvidar que la propuesta del grupo Popular Europeo ha sido aprobada por 334 votos a favor frente a 327 en contra. Este margen resulta mínimo e indica que es preciso seguir trabajando a favor de la dignidad de las personas, de los verdaderos derechos humanos, y de la familia, que todos dicen valorar mucho aunque a continuación actúen como apisonadoras para destruirla. No es oro todo lo que reluce.


Jesús Ortiz López 

http://www.analisisdigital.org/2014/01/13/la-union-europea-a-favor-de-la-vida/