miércoles, 23 de abril de 2014

ÚLTIMO MENSAJE DE JUAN PABLO II A ESPAÑA


Juan Pablo II no ha perdido actualidad durante estos años desde su muerte, que conmovió al mundo entero, a su beatificación y ahora por su canonización, junto con Juan XXIII.

Juan Pablo II se despidió de España en mayo del 2003 un año antes de morir y nos dejó un legado de fe y de humanidad imborrable. Casi dos millones de personas acudieron  a los dos actos centrales del quinto viaje apostólico de Juan Pablo II a España, desarrollados en Madrid. El Papa mantuvo un encuentro con los jóvenes el sábado en el aeródromo de Cuatro Vientos y celebró el domingo la Eucaristía de Canonización de cinco nuevos santos españoles en la madrileña plaza de Colón. Eran las doce de la mañana del sábado 3 de mayo y Juan Pablo II, entre aplausos y lágrimas, canciones de tunos, niños vestidos de guardias suizos y banderas de España y del Vaticano, volvía a España.

«La paz esté contigo, España», dijo el Santo Padre al iniciar su quinta visita pastoral a nuestro país. Aquel sábado el Papa estaba feliz y cariñoso pero, al despedirse a media tarde del domingo, estaba aún más conmovido: «Os llevo a todos en el corazón». Cerca de treinta horas muy intensas separaban esos momentos. Juan Pablo II renovó el llamamiento a Europa para vivir de acuerdo con sus raíces cristianas: «Estoy seguro de que España aportará el rico legado cultural e histórico de sus raíces católicas y los propios valores para la integración de una Europa que, desde la pluralidad de sus culturas y respetando la identidad de sus Estados miembros, busca una unidad basada en unos criterios y principios en los que prevalezca el bien integral de sus ciudadanos».

Por la tarde el Papa llegaba al aeródromo de Cuatro Vientos, donde un millón de jóvenes le recibió con cantos y guitarras, con entusiasmo y gritos de: «Esta es la juventud del Papa» o «Juan Pablo II te quiere todo el mundo». El mensaje del Papa a los jóvenes fue una invitación a seguir a Cristo, a responder a la vocación y a convivir en paz con todos, alejándose de toda forma de nacionalismo exasperado y de violencia ciega, mostrándoles el poder del amor y la fuerza del perdón. ¿Nos suena esto hoy?, porque parece que algunos no se han enterado todavía.

En este encuentro había jóvenes muy distintos por sus ideas, cultura y procedencia pues, entre otras, se veían banderas de México, Argentina o Polonia. Se hacía patente que su común denominador era la fe en Jesucristo, el amor a la Virgen María y la esperanza de un mundo mejor. En particular tenían la profunda convicción de que Juan Pablo II era un líder espiritual auténtico, un ejemplo de fidelidad de Jesucristo y de coherencia para hacer un mundo más humano.

El domingo siguiente un millón de fieles siguió con solemnidad la ceremonia de Canonización de los cinco nuevos santos españoles. Desde el amanecer las cuatro arterias que confluyen en la plaza de Colón estaban abarrotadas de personas formando como una gran Cruz humana cuyo centro es Cristo en el altar de la Eucaristía celebrada por el Santo Padre, el centenar largo de los obispos,  y cerca de tres mil sacerdotes. Juan Pablo II propuso seguir el ejemplo de los santos canonizados y aseguró a los españoles que: «Surgirán nuevos frutos de santidad si la familia sabe permanecer unida, como auténtico santuario del amor y de la vida», y recordó a todos, en particular a los más jóvenes que: «Se puede ser moderno y profundamente fiel a Jesucristo». Al final de la Misa Juan Pablo II se despidió con emotivas palabas y exhortó a ser testigos fieles de Jesucristo: «Con mis brazos abiertos os llevo a todos en mis corazón (...) ¡Hasta siempre, España! ¡Hasta siempre, tierra de María!», mientras quedaban en el aire las notas de una Salve rociera.

Jesús Ortiz López

Doctor en Derecho Canónico

http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Ultimo-Juan-Pablo-II-Espana_0_2258774101.html

http://www.analisisdigital.org/2014/04/28/juan-pablo-ii-una-gran-misericordia-de-dios/

lunes, 21 de abril de 2014

Confesión mejor que pastillas


Cada vez estamos más pendientes de la salud anímica y acudimos a especialistas en medicina sicosomática, sicólogos y siquiatras. El supermercado de métodos de relajación y de autoayuda es muy amplio y atractivo. 

Las nuevas religiones ofrecen también ámbitos de convivencia solidaria y la ayuda de especialistas o gurús para recuperar el centro de la propia vida. Son signos de la necesidad de alimentar el espíritu en tiempos de materialismo y de estrés. Pero llega un momento en que el alma reclama alimento más nutritivo, es decir, religión de verdad como encuentro real con Dios. Y no sirven entonces las espiritualidades genéricas sin compromiso que sustituyen a Dios por la divinidad, la religión por la autoayuda.

Los católicos sabemos quién es Dios y cómo podemos encontrarle. Es Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra; ha enviado a su Hijo Jesucristo para redimir a toda la humanidad; y ha fundado la Iglesia como instrumento de salvación con la misión de proclamar la buena nueva del Evangelio a todos sin distinción de razas o culturas. De hecho ha arraigado en todo el orbe no por la fuerza sino por el testimonio, incluidos los mártires de ayer y de hoy.

La fotografía del Papa Francisco confesándose vale más que mil palabras. Otro gesto fácil de entender para cualquiera que mire y se pregunte qué le dice personalmente esa noticia. Después de recibir la absolución sacramental, el Papa ha utilizado otro confesonario para oír a unos cuantos penitentes, como antes hicieron Benedicto XVI y Juan Pablo II en estas fechas de Cuaresma. Es un modo bien concreto de hablar de la Confesión como sacramento instituido por Jesucristo para perdonar a los pecadores arrepentidos.

No es una simple bendición y mucho menos un rito mágico sino el coloquio del penitente con el mismo Jesucristo por medio de su ministro, tal como se percibe en el nuevo ritual estructurado en forma de diálogo sincero del pecador con el sacerdote. Hay por tanto examen de conciencia, dolor por unos pecados concretos, con propósito de luchar para no caer de nuevo. Hay sinceridad al manifestar en particular esos pecados cometidos, con la conciencia de volver al Padre como el hijo de la parábola. Y después el fiel acepta la penitencia impuesta incluida la reparación si se trata de pecados contra la justicia, de maledicencia o de escándalo.

Aun con poca formación cualquiera advierte que no hay automatismo en la Confesión, ni sirve un acto comunitario, ni se dan las condiciones de conciencia ante Dios en quien vive en una situación irregular; aunque es verdad que el trato pastoral lleno de atención, la participación en la vida de la Iglesia o en obras de misericordia, y la oración insistente pueden hacer milagros en esos casos, que los hacen.

Recientemente el Papa Francisco ha hecho otro gesto bien significativo a favor de la Confesión sacramental, al señalar una jornada de «24 horas para el Señor», para que se abrieran templos en cada diócesis, día y noche de ese día, con sacerdotes disponibles para administrar este sacramento y para dedicar tiempo a la adoración eucarística. No hace falta acudir a estadísticas para saber que han sido muchos miles de jóvenes y mayores que han aprovechado la ocasión para confesar después de dos años, veinte o más como decía el Papa Francisco a los reunidos en la Plaza de San Pedro. Porque es bien conocido que muchos chicos abandonan la Confesión después de la Confirmación –los que la hacen- e incluso después de su Primera Comunión. Aunque también es preciso reconocer que gracias a la insistencia de los Papas el sacramento de la Reconciliación está hoy más solicitado por los fieles que hace años, porque en verdad todos preferimos las cosas auténticas a los sucedáneos.

A las puertas de la Semana Santa por excelencia cada uno puede considerar que si el Papa Francisco se considera pecador necesitado de la Confesión –ha dicho que se confiesa cada quince días- yo no voy a ser un santito que se entiende directamente con Dios, como el que ha sustituido los sacramentos por las pastillas relajantes, la religión por el yoga, y a Dios por la autoconciencia.

http://www.analisisdigital.org/2014/04/16/confesion-mejor-que-pastillas/

http://www.clubdellector.com/entrada-de-blog/la-confesion-del-papa

http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Papa-confiesa-vista-mundo_0_2250374941.html