martes, 17 de junio de 2014

Programa incumplido


Los dos partidos mayoritarios han perdido millones de votos en las pasadas Elecciones al Parlamento Europeo. Mientras el PSOE se dispone a cambiar a fondo su política interna y a los dirigentes, el PP, sin embargo, solo  ve un “problema de comunicación” con los ciudadanos. Un problema de “marketing” en suma.

Con independencia de lo que manifiesten en público, deberían reconocer que la causa de esos dos millones de votos perdidos es el incumplimiento de su programa en cuanto al compromiso con los ciudadanos de primar  una sociedad fundamentada sobre sólidos principios morales: cuando promueve la ley frente a la violencia; en su lucha por la libertad frente a los totalitarismos engañosos; en su defensa de la honradez frente a la corrupción. Por ello el Programa popular defiende la estabilidad familiar como entramado necesario del tejido social, la estabilidad del matrimonio como ejercicio de compromiso libre responsable, y escuela de buenos ciudadanos; la libertad de los padres para elegir el colegio para sus hijos de acuerdo con sus convicciones sin sufrir un coste adicional. 

Los votantes del PP suponían que el proyecto político defendía la institución familiar y facilitaba los valores morales más básicos, tolerando naturalmente otras convicciones aunque sin promoverlas. Por tanto si el PP no desmiente que está siguiendo programa de disolución moral de la sociedad española según los dictados de la ideología de género, entonces los militantes, los votantes y los simpatizantes tendrán razones  sobradas para retirarle su apoyo y perdería otros millones de votos.

En efecto, este mes de abril el Parlamento de Galicia, con mayoría absoluta del PP, ha aprobado una “ley de igualdad” calcada de la impuesta por aquel ominoso gobierno de Zapatero. Y no se trata sólo de no discriminar por razón de sexo, puesto que con ella en la mano un juez podría citar a un padre de familia que advierte a su hijo de los peligros de la homosexualidad, o a una profesora por enseñar en clase que el matrimonio sólo es de uno con una para toda la vida. Me temo que esas leyes de igualdad sí discriminarán al sentido común y a la normalidad de vida, y que el PP la promueva o admita también en otras comunidades como Valencia o Extremadura.

De modo que sí a la igualdad sin nada de discriminación, y un sí claro a la familia como base de la sociedad libre, democrática y constructiva. Por ello si el PP piensa que sólo debe comunicar mejor, y trabajar en la cosmética, tendremos que advertirle que seguirá perdiendo millones de votos por abandonar a los ciudadanos y a la ética humana.

Jesús Ortiz López


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martes, 3 de junio de 2014

¿Qué hay de los derechos sociales?

En la campaña para las Elecciones Europeas se ha hablado mucho de los derechos sociales y especialmente referido a las mujeres, sobre todo en boca de la izquierda. ¿Quién no valorará esos derechos sociales? ¿Quién se atrevería hoy a recortarlos? Todos valoramos y defendemos los derechos sociales, y sin embargo han llegado a ser un reclamo publicitario populista lleno de engaños.

Todo derecho es social porque determina las interrelaciones entre personas e instituciones: se refieren a la justicia conmutativa, distributiva o social. Sin embargo la izquierda reduce radicalmente los derechos sociales cuando presenta el aborto como un derecho de la mujer para eliminar al hijo concebido, o también un derecho del hombre a practicar abortos impunemente, o a promoverlo presionando a las mujeres para que aborten como salida rápida e irresponsable cuando aparece un hijo no deseado.

Mientras el socialismo y las ideologías radicales no abandonen su lucha a favor del aborto carecerán de legitimidad para defender otros derechos sociales puesto que el primero es el derecho a la vida. Muestra además una incoherencia radical por sus anteojeras para mirar solo en la dirección más cómoda y rentable en votos, aunque sin atreverse a afrontar el grave problema de las mujeres empujadas al aborto, así como las políticas necesarias para apoyar la maternidad en sí misma y ante el suicidio demográfico. Por ahí va el auténtico progresismo. Y en suma, el derecho a la vida es el primer derecho social, y todos tienen derecho a la vida desde la concepción en el vientre materno hasta la muerte natural; por ello es rechazable manipular con palabrejas como el derecho al aborto, el derecho a elegir, o la interrupción voluntaria del embarazo. Vaya engaño.

Hace falta recordar que entre los derechos sociales el derecho a la vida es pilar básico de la sociedad, algo de antropología elemental, antes que un asunto religioso, aunque es muy de agradecer la defensa cristiana de la vida. Bastará recordar aquellas palabras de san Juan Pablo II: «Es social todo pecado cometido contra la justicia en las relaciones tanto interpersonales como en las de la persona con la sociedad, y aun de la comunidad con la persona. Es social todo pecado cometido contra los derechos de la persona humana, comenzando por el derecho a la vida, sin excluir la del que está por nacer, o contra la integridad física de algunos; todo pecado contra la libertad ajena, especialmente contra la suprema libertad de creer en Dios y de adorarlo; todo pecado contra la dignidad y el honor del prójimo».


Jesús Ortiz López 

http://www.religionconfidencial.com/tribunas/derechos-sociales_0_2283371649.html