Teresa de Jesús ha
sido una mujer sabia y esto no se logra sin muchas pruebas y gracias especiales
de Dios. El V Centenario de su nacimiento en Ávila atrae el interés de muchos
por esta Santa tan venerada aunque menos conocida en su intimidad. Siguen
siendo minoría quienes han leído sus escritos y los han meditado.
“Las edades del hombre” ahora en Ávila
Una nueva edición de “Las Edades del hombres” por tierras
castellanas acerca la figura de Teresa de Cepeda y Ahumada a millares de personas
que pueden avanzar de la curiosidad inicial a una valoración más profunda de
esta gran santa. El itinerario a seguir tiene su importancia, empezando por el
Convento agustino de Santa María de Gracia donde su padre la ingresó en 1531
para formarse en la piedad y prepararse para ser una joven honesta aspirante a
un buen matrimonio. No pensaba entonces ser religiosa. Aquí el visitante puede
ver una proyección que interpreta con acierto sus pensamientos y luchas, que solamente más tarde plasmará en el “Libro
de la Vida”, en obediencia a su confesor.
A continuación el itinerario lleva a la Capilla de Mosén
Rubí, un ámbito bien distinto al pequeño convento para exponer valiosas obras
de arte relacionadas con la Santa, personajes que la trataron o influyeron en
ella, y prendas personales. El visitante tendrá ocasión de contemplar otro audiovisual
muy logrado, aunque no tan bien situado para su aprovechamiento, que representa
a la Santa en su época y su proceso de acercamiento a Jesucristo. Este segundo
capítulo se titula “La España de la contrarreforma” para analizar el contexto
cultural, social y religioso en el que vivió Teresa. Aquí vemos el inicio de la
Reforma del Carmelo, la gran empresa de Teresa como fundadora en la Iglesia.
Dos teologías se enfrentan entones, la de los luteranos y la
de los místicos católicos. Lutero y Calvino radicalizarán la trascendencia de
Dios, el “Dios solo”, mientras que la mística española no teme partir del
hombre en su anhelo de Dios, descubierto tanto en la maravillosa obra de la
creación como en la intimidad de la inhabitación por la gracia. La Humanidad de
Jesucristo es camino habitual para encontrarle y tratarle de verdad.
De allí la visita encamina a la iglesia de San Juan Bautista
donde fue bautizada –se conserva la excelente pila bautismal- pues era la
parroquia frecuentada por su familia llevada por su padre Alonso de Cepeda. Este
tercer ámbito sobresale por las obras de arte expuestas para ilustrar el
proceso interior de Teresa que acentúa el valor del trato con la Humanidad de
Jesucristo, no siempre bien entendido entonces por algunos confesores y
teólogos un tanto espiritualistas y temerosos ante los círculos de iluminados. La
Santa sabe que también “entre los pucheros anda Dios”. Destaca naturalmente el
valor supremo de la redención por la Cruz, en una sala con varios crucifijos de
talla de gran valor, destacando uno de Juan de Juni, otro de Gregorio
Fernández, y otro de Pereira: un regalo para la vista y para la devoción.
En esa misma actitud de valorar todo lo humano vemos buenas imágenes de la Virgen María, especialmente la de la
Caridad de la catedral de Ávila ante la que acudió la Santa a la muerte de su
madre para pedirle que ejerciera ahora con ella toda su ternura materna. Y
también vemos imágenes preciosas de San José, cuya devoción extendió tanto
Santa Teresa, con un magnífico lienzo de Zurbarán de Cristo coronando al gran Patriarca,
y tallas de Pedro de Mena y de Salvador Carmona. Un capítulo sobre la
Transverberación –un ángel con dardo de oro y fuego traspasa a Teresa dejándola
abrasada de amor a Dios, como representa la talla de Pereda- permite captar
algo del camino de oración y fenómenos místicos de un alma elegida para esa
gran reforma que influirá decisivamente en toda la Iglesia.
“La mujer de lo
imposible”
Junto a esta valiosa exposición sobre Santa Teresa las
editoriales han reeditado las obras principales de la santa doctora y nuevos
estudios para acercarla al gran público. Entre otras la editorial “Stella Maris”
ha editado una nueva biografía titulada “La mujer de lo imposible”. Responde a
la clásica pregunta ¿cómo pudo una mujer del siglo XVI, enferma y perseguida,
fundar una nueva orden religiosa, escribir obras cimeras de la literatura castellana
y convertirse en la primera Doctora de la Iglesia? Así el lector recorre los
pasos seguidos por Teresa de Jesús desde sus primeros años felices en la casa
paterna, huérfana de madre en la adolescencia, su tránsito de niña a mujer, su
vocación y tantas dudas; también la introducción en una vida nueva como Fundadora
con la extensión de la reforma y los muchos y graves problemas que encontrará;
así como su faceta de escritora inseparable de su vida que merece ser nombrada
Doctora de la Iglesia.
La sabiduría que destilan sus escritos hace gala de un
extraordinario sentido común, una gran experiencia interior, pero sobre todo
una participación regalada en la sabiduría divina que ilumina su alma. Una
introducción histórica y frecuentes referencias sitúan al lector en la época,
así como la sencilla cronología final que permite abarcar el curso de su vida.
Pensando en otra edición habría que revisar algunas erratas frecuentes y fácilmente
detectables que perjudican la calidad de esta obra.
Ante los fenómenos extraordinarios que recibe Teresa de
Jesús sus confesores y allegados quedan tantas veces perplejos sin poder distinguir
entre dones místicos o fenómenos patológicos. Se trata de una perplejidad que
continuará siempre como algo providencial y que está pidiendo una definición
personal bien sobre la naturaleza subjetiva de esos fenómenos o bien como
realidad plenamente sobrenatural, que se escapa al resto de los mortales pero
que señala al Dios más real que la vida misma.
Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico
http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Teresa-puerta-Dios-real_0_2490350949.html