Las actuaciones
políticas tienen una dimensión moral, como todo trabajo humano, aunque en este
caso son más trascendencia pues afecta directamente al bien común para bien o
para mal. No extraña que desde hace meses diversos intelectuales y agentes de
opinión pública realicen un análisis más
profundo del fenómeno populista y concretamente de la formación “Podemos”.
Muchas
críticas solventes coinciden en señalar la deriva totalitaria de estos grupos
que no solo distorsionan ya la democracia española sino que amenazan con
instaurar un régimen totalitario, si llegan al poder, al estilo de Hitler o
Stalin, aunque adopten una cosmética más actual pues son expertos en seducir a
la opinión pública más inexperta y en agitación social. En concreto la
aparición estelar de su líder Pablo Iglesias el viernes 22 de enero ha
clarificado sus propósitos totalitarios de acabar con las libertades y la
intimidad de los ciudadanos, y ha encendido las alarmas, incluida la Comunidad
Europea. Exigía a un débil Partido Socialista la vicepresidencia, es decir, el
CNI y otros resortes sensibles del Estado, así como los ministerios de Interior
y Exteriores, entre otros. Y parece que se le escapó el de Educación.
Vemos así de una parte que transparentan sus intenciones
totalitarias, mientras que por otra ocultan sus negocios con absoluta falta de
transparencia.
Podemos, ¿cómo es
posible?
Resulta sorprendente que Pablo Iglesias, y con él la cúpula
de Podemos, vayan dando lecciones de honradez cuando llevan el enorme peso de
tantas prácticas corruptas durante varios años, que ahora se van conociendo.
Primero los dineros de Errejón y ahora los de Iglesias. ¿Cómo es posible que
sus votantes -tantos parados que malviven con 600 euros, y tantos indignados
con la corrupción de la casta, según dicen ellos-, cómo no se les echan encima
para exigir total transparencia, honradez y democracia interna?
¿Cómo es posible que televisiones como La Sexta o Atresmedia
no tiren de la manta, o que su prensa cómplice no esté exigiendo día tras día
más información veraz hasta que todo se aclare? Y pasan los días sin
transparencia.
¿Cómo es posible que la sociedad española, empezando por los
jóvenes que le han votado por primera vez, pasen de puntillas por el incremento
de 43 mil euros en sus cuentas bancarias personales más de lo declarado, y que
se deduzca el 83 por ciento de lo que ganó como autónomo? Y pasan los días sin
transparencia.
¿Cómo es posible que los jóvenes demócratas asimilen las
declaraciones de Iglesias de amor emocionado por Chaves, o su admiración por la
actual Venezuela como un gran país, o declare su envidia por los españoles que
viven en Venezuela como país democrático? ¿Cómo es posible que ignoren los
millones de euros recibidos por aconsejar mentiras sobre la salud de Chavez?
¿Cómo es posible que algunos periodistas no adviertan las intenciones
totalitarias de Podemos y su fundación CEPS cuando escribe al querido presidente
Chaves “desde los senderos de la España
Republicana “para expresarle, hoy más que nunca, nuestro
profundo sentido de solidaridad”?
Algo huele a podrido no solo en la Dinamarca hamletiana sino
en ese Podemos plurinacional, y por ende en quienes aún sostienen su entramado
totalitario. Y no entramos en los millones de euros recibidos de la tiranía
islamista de Irán. Es decir, la transparencia y la moral tienen algso que decir
sobre “Podemos”.
Jesús Ortiz
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