Mucho se ha difundido el Padrenuestro rezado desde el tendido en
la plaza de Sanlúcar de Barrameda. Todo empezó con un minuto de silencio
al acabar el paseíllo cuando dio paso al rezo del Padrenuestro por un
aficionado espontáneo.
Un espontáneo
Me
parece que este hombre demostró más valentía que si hubiera saltado al
ruedo en medio de la lidia, porque hay protagonismos solidarios como el
suyo, y protagonismos narcisistas capaces de estropear una corrida con
su egoísmo desesperado. Este aficionado podría haber sido abucheado por
unos o ninguneado por otros con el silencio cobarde de los espectadores.
Pero afortunadamente no ha ocurrido así pues todo el tendido respondió a
ese Padrenuestro y concluyó con un sonoro aplauso.
Todo demuestra
que el pueblo no secuestrado por los voceros del laicismo –ciertos
intelectuales, artistas mediáticos y políticos con cristianofobia-, ese
pueblo es más cristiano de lo que se atreve a manifestar de ordinario. Y
necesita una chispa al menos para que aflore la luz de la fe popular,
que sirva como válvula de escape frente a tantas ofensas blasfemas
contra Jesucristo, contra la Eucaristía y contra la Virgen María. Por
todo ello el pueblo, nosotros, puede congratularse de momentos
singulares de fe valiente.
Fe con oportunidad
Lo
que hace falta es que vayan avanzando las manifestaciones normales de
la fe católica que sustenta nuestra sociedad, y genera una moral de alto
nivel –que hoy se echa en falta- aunque nos cueste mucho ser
consecuentes. Cuando una persona tiene fe se nota entre los vecinos,
amigos, y familiares, y naturalmente por su honradez en el trabajo y el
trato con los compañeros. No se trata entonces de hacer ostentación de
fe pero sí de ser naturales y coherentes. A veces un adiós en lugar del rutinario vale ya indica algo distinto, así como bendecir la mesa en un restaurante o tener un pequeño crucifijo en la mesa.
El
Compendio del Catecismo habla con amplitud de la oración del cristiano
como un diálogo con Dios desde el corazón, manifestado oportunamente
también con las oraciones vocales; lo facilón es reducirlas a costumbres
rutinarias en vez de valiosas joyas de una tradición multisecular, que
han sido rezadas por millones de personas en momentos de alegría, de
preocupación, o de dolor a la hora de la muerte, la hora de la verdad.
Considera
que el Padrenuestro es el compendio del Evangelio según las palabras de
Tertuliano o la más perfecta de todas las oraciones según Tomás de
Aquino. El Evangelio está centrado en Jesucristo, la Palabra de Dios
encarnada, que es Cabeza de la Iglesia y de la creación entera, que ora
en nuestro nombre al Padre, mientras los creyentes le rezamos a Él como
Salvador de toda la humanidad, incluidos los que todavía no le conocen
ni le tratan como el Dios con nosotros.
Qué dice el Padrenuestro
El
Compendio recuerda que la oración de Padrenuestro comienza dirigiéndose
a Dios como «Padre, nuestro, que estás en el cielo». Algo inusitado en
cualquier otra religión que ve a Dios muchas veces con temor. En esta
oración en cambio tratamos con familiaridad a un Padre, reconocemos la
igualdad de los hombres, y su gloria en el Cielo. Nos pone así en la
órbita de Dios, algo completamente necesario hoy día cuando los hombres
centran su vida, sus trabajos y sus proyectos en este mundo sin mirar
hacia el cielo, y se ocultan a sí mismos las preguntas esenciales del
hombre esencial.
Siguen las siete peticiones, las tres primeras
referidas a Dios mismo: «santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». Y las cuatro
restantes son peticiones que presentan al Padre de misericordia nuestras
miserias y nuestras esperanzas: le piden que nos alimente, que nos
perdone, que nos defienda ante la tentación y nos libre del Maligno.
Todas las necesidades profundas del ser humano encuentran el cauce
seguro en estas cuatro últimas peticiones, pues cuando uno reflexiona
con algo de fe va encontrar respuestas a sus necesidades e inquietudes.
De
este modo el Padrenuestro pone al hombre en sintonía con Dios Padre, en
armonía con Jesucristo y con los demás hombres, empezando a verlos como
humanos en vez de cómo objetos despersonalizados. Una gran diferencia
respecto a las ideologías modernas de la despersonalización, como son el
comunismo y el nazismo todavía activos, y en realidad de los
totalitarismos. Con el Padrenuestro cada uno puede ver a los demás como
hijos del Padre y hermanos en Jesucristo.
Es una experiencia que
han tenido algunos conversos de manera extraordinaria por gracia de
Dios, como Tatiana Goricheva, la atea comunista rusa, que descubrió el
Padrenuestro y comenzó a ver a las viejecillas que rezaban en la iglesia
como futuras habitantes del Cielo que ella buscaba sin saberlo, tenía
envidia de su paz, y comenzó a amarlas sin conocerlas. Son milagros del
Espíritu cuando uno se quita la venda del antropocentrismo, reconoce su
falta de fundamento, y se decide a rezar a Dios. Cualquier lugar
resulta adecuado para hacerlo: los toros, el paseo, el trabajo, y
naturalmente el templo.
http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Padrenuestro-tendido_0_2997300261.html