La película «12 años de esclavitud» ha triunfado en la gala
de los Oscar 2014. Un drama formidable sobre la esclavitud en Estados Unidos
durante el siglo XIX. Vemos la realidad de las penalidades del protagonista,
Solomon Northop, la vida real de un hombre negro libre y culto reducido al
estado de esclavitud sin poder hacer
nada por impedirlo. Sin embargo no perderá la esperanza de recobrar la libertad
a pesar de los malos tratos y las tremendas injusticias sufridas. Una época en que
la sociedad biempensante admitía la esclavitud sin intentar cambiar las cosas,
bajo el fuerte influjo de los poderosos que usan del engaño para servir a sus propios
fines.
En el madrileño Parque del Oeste encontramos un monumento al
sacerdote Miguel Hidalgo que contribuyó al incremento del nivel de vida su
feligresía, poniendo las bases del
independentismo frente a la Corona de España, que supieron aprovechar las oligarquías criollas para beneficiarse
del independentismo, dejando a las
minorías étnicas desprotegidas hasta la actualidad. Como siempre. En el
monumento madrileño, Miguel Hidalgo recibe el homenaje de dos alegorías, la
Historia y la Gloria, por su lucha a favor de la libertad.
Quizá nuestra sociedad envejecida no tarde muchos años en
levantar monumentos a quienes el siglo XXI están defendiendo la vida contra
viento y marea. Es decir, frente a la sociedad biempensante que admite el
aborto como un derecho de la mujer; admite el eufemismo de «la interrupción
voluntaria del embarazo»; admite que la criatura concebida «es un ser vivo pero
no un ser humano»; que admite a políticos que denuncian «el recorte de los
derechos de la mujer»; que admite el acoso
a quienes intentar frenar la sangría de 115 mil abortos anuales
modificando la actual ley del aborto a plazos.
Hoy día quienes defienden la vida frente al aborto y la
eutanasia son tachados como retrógrados y poco democráticos, y los que impulsan
el aborto como si fuera un derecho parecen héroes en una supuesta sociedad de
libertades. El mundo al revés: nada nuevo bajo el sol. Algo que ha ocurrido
muchas veces aunque la historia acaba por poner a cada uno en su sitio: los
defensores de la vida y la libertad en los monumentos y las páginas negras para
los destructores del tejido social. Ni la Historia ni la Gloria podrán decir
nada bueno de ellos.
Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico
http://www.analisisdigital.org/2014/03/05/oscar-a-favor-de-la-vida/
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