En
la muerte del físico teórico Hawking hablamos de sus interesantes planteamientos
y además otros rezamos por él en esta hora del encuentro con el Dios vivo y
verdadero, que podrá satisfacer su humana ilimitada curiosidad.
En
sus publicaciones el famoso astrofísico ha considerado que el universo pudo
crearse espontáneamente de la nada. Pensaba que el universo se explica suficientemente
por las fuerzas gravitacionales, y por tanto Dios no hace falta como causa del
mismo. Me padece que es tanto como explicar la no existencia de Velázquez a
partir de Las Meninas.
Buscando la causa
La noción de causa es elemental pero
verdaderamente difícil. Hay una primera idea de causa, que utiliza de modo espontáneo
la inteligencia, aliada con el sentido común, cuando busca el origen de un
efecto, de un fenómeno, y sobre todo de los entes o realidades, que sólo se
explican parcialmente a sí mismos. Sin embargo, sospechamos con razón que a
menudo concurren más causas de las que vemos o suponemos. Por eso nos
equivocamos y tenemos que rectificar, los simples humanos y los científicos.
En segundo lugar, hay otra noción de
causa eficiente que utiliza la filosofía con más precisión, a partir de esa
experiencia elemental humana de la razón que se pregunta por el origen de los
efectos. Intenta remontarse a las causas
propias y proporcionadas, porque
no hay nada sin razón suficiente. Afirmar desde la física, la biología o la
astrofísica que las leyes de la naturaleza, la vida o el universo se explican
por sí mismos es dar un salto mortal en el vacío y sin red, pero sobre todo es
un atentado a la lógica apoyada en el inevitable principio de no contradicción.
También afecta al principio empírico
según el cual todo efecto tiene una causa
proporcionada, aquella que influye en el ser mismo del efecto y no solo en
los accidentes y los fenómenos. Y en ese término "proporcionada" está
el meollo, porque la física puede experimentar efectos existentes y provocar
otros, siempre de modo empírico y sometidos al principio de falsación que
equivale, para entendernos, a ir avanzando aprendiendo de los errores
(K.Popper).
Pues bien, la búsqueda de las causas
propias y proporcionadas no se puede hacer de modo indefinido, porque una sucesión indefinida o incluso
infinita sólo dilata la cuestión pero no la resuelve. Por eso se puede concluir
que tiene que haber una causa primera
incausada de toda la realidad, y que por ello su naturaleza sea sólo ser,
identificándose como ejemplar único. Mientras el efecto dice dependencia de la
causa, la inversa no es necesaria: no existen efectos absolutos, pero sí puede
haber una causa absoluta.
También hay que advertir que la
noción de Causa incausada no equivale a "causa sui" como han dicho algunos a lo largo de la historia del
pensamiento. Es contradictorio que algo o alguien sea causa de sí mismo, puesto
que tendría que existir antes de existir, o mejor ser antes de ser. Lo intentó
explicar B.Spinoza a su modo, pero no ha convencido porque va contra el sentido
común que no está reñido con la filosofía.
La causa última incausada marca la
inabarcable e inexperimentable diferencia entre todos los entes o realidades
que tienen ser, como participado, y el Ser que es su ser, Ipsum ipse subsistens, dice Tomás de Aquino, después de razonar
sesudamente a partir de la experiencia de los entes contingentes, y puliendo los
mejores logros de los pensadores anteriores, como Aristóteles o Boecio.
Del fenómeno al fundamento
Todo esto es parte de la ciencia
filosófica, del discurrir de la razón desde los efectos a las causas,
comprobando que el azar no explica nada, sino que elude las preguntas fundamentales,
y se plantea como un axioma casi de fe. Se queda, en palabras del filósofo
X.Zubiri, en la penultimidad de la vida. Me parece que es lo que pasa a algunos
filósofos, muchos pensadores, y cantidad de científicos, incapaces de remontarse
por encima de los fenómenos para buscar sus fundamentos. Y principalmente el
fundamento último de todo, visto como causa incausada, ser subsistente que no
debe nada a nadie: plenitud absoluta no vinculada a nada, a diferencia de los
seres contingentes que no tienen en sí la razón de su ser, siendo por ello
relativos a sus orígenes, como los hombres a sus progenitores y en última
instancia a Dios. Ese Dios que es vida y da la vida, que es inteligente como lo
muestra la maravilla del universo, del macrocosmos y del microcosmos. Como es
sabido, decía con razón de E. Kant que hay dos cosas que le admiran en extremo:
el cielo estrellado en la noche y la conciencia moral del hombre que le impera
ser quien es. Aquí está el sentido común, el sentido filosófico, y hasta un
poco del sentido religioso. Y hablamos del Kant hipercrítico.
Sin embargo, esa percepción de Dios
como causa primera y más universal se queda pequeño ante el conocimiento real
de Dios por la fe. Ya no hablamos de un ser impersonal, una fuerza aplastante,
o una idea necesaria para dar sentido a la realidad. No aparece como el gran relojero
sino de un Dios que ama y crea por amor, que es familia primigenia tripersonal, el Padre, el Hijo, y el Espíritu.
Que ama tanto a los hombres que envió al Hijo para salvarlos del mal, que todos
reconocemos en mayor o menor medida, pero sin poder explicarlo bien y menos
desarraigarlo. La Encarnación del Logos y la Redención por amor desde la Cruz
logran adentrarnos en ese misterio del amor de Dios, el de la libertad humana,
el de la esperanza sólida, y el de la fraternidad humana. Así podemos ver que
el hombre es para el hombre algo sagrado, y estamos en las antípodas de aquel
hombre que es lobo para el hombre, salido de la mente perdida del pragmático
Hobbes. Vemos por ello que buscar a Dios y encontrarlo no es simple tarea
especulativa de astrofísicos o de filósofos sino algo plenamente humano que repercute
en la dignidad de las personas y en la convivencia social.
Los límites de Hawking
El astrofísico tendría una postura
razonable si reconociera que la ciencia empírica no responde a las preguntas
últimas, que corresponden a la filosofía -que también es ciencia- y, en otro
plano, a la religión. Pero si, como parece, Hawking afirmaba que el universo se
ha creado a sí mismo, entonces yerra por salirse de los límites de su ciencia. En
realidad, me parece que hay un cierto embrollo en todo esto empleando unas
palabras clave de modo impropio. Por ejemplo, la noción de causa tiene su
acepción en la ciencia empírica que no coincide con la del uso corriente y
menos con la de la metafísica, como ya hemos dicho.
Otro problema reside en decir que la
existencia de Dios es una cuestión religiosa, de creencias porque, siendo esto
verdad, no es toda la verdad. La metafísica, y más en concreto la teodicea sí
prueba la existencia de Dios y algunos aspectos de su naturaleza, y eso no es
fe. Los argumentos de Boecio, Anselmo, Pedro Lombardo o Tomás de Aquino son
bien sólidos, pero hay que enterarse bien y pensarlo, cosa que no todos hacen.
Y tiran por la calle de en medio. En suma, saber de una ciencia empírica no da
sabiduría sobre las cuestiones fundamentales de la existencia. Pero sigue
siendo verdad que Dios es el concepto más difícilmente inalcanzable, pero al
mismo tiempo el más inevitable de la razón especulativa humana, como dijo E.
Kant.
La impresionante biografía de
Hawking, con esa supervivencia heroica, explica muchas cosas, sobre todo que ni
él ni ninguno somos sólo sustancia pensante, sino que hay emociones,
sentimientos favorables o desfavorables, e incluso buena dosis de prejuicios
poco racionales. Una vez el superateo R.Dawkings se animó a confirmar Hawking, diciendo
que Darwin expulsó a Dios de la biología y después Hawking le ha asestado el
golpe de gracia. Pero yo deseo que éste en su gran salto a la hora suprema vea
se haya encontrado en la paz del Dios personal que ha creado el universo y se
revelado en Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
Jesús Ortiz
https://www.religionconfidencial.com/tribunas/Stephen-Hawking-llegado-final_0_3119088068.html?utm_term=Stephen%20Hawking%20ha%20llegado%20al%20final&utm_campaign=Jes%FAs%20buenas%20tardes%20tu%20bolet%EDn%20diario%20de%20noticias%20m%E1s%20le%EDdas%20de%20Religi%F3n%20Confidencial&utm_content=email&utm_source=Act-On+Software&utm_medium=email