miércoles, 19 de diciembre de 2018

Jesús en el tiempo

La Navidad es el mayor acontecimiento de la historia: un punto singular en el tiempo que se conmemora cada año y todos los días: Dios está con nosotros. Es la asombrosa Encarnación de Dios en el sentido fuerte y real de la palabra, que hasta entonces nunca pudo significar nada semejante. Porque Jesucristo no es un ser mítico celestial, un gran profeta, o un enviado de Dios sino que es sencillamente Dios, o con más propiedad, el Hijo de Dios encarnado en una mujer, la Virgen Madre, que lo ha llevado en sus entrañas durante nueve meses y lo ha dado a luz en Belén. En Navidad celebramos pues que la eternidad personal entra en el tiempo. Y el cristianismo no es un consuelo para los sencillos.

Se publica ahora una obra póstuma de Stephen Hawking titulada «Breves respuestas a las grandes preguntas». Es un texto divulgativo, como otros suyos que llegan al gran público, y que recoge sus reflexiones sobre el futuro de la ciencia y de la humanidad. Sin duda interesante e instructivo aunque con un «pero» de fondo.

Pienso que Hawking no es coherente con su propio método científico cuando da saltos de naturaleza filosófica para los que no está suficientemente preparado. Parece fuerte decirlo, pero es que nadie está obligado a saberlo todo ni a dominar el método filosófico ajeno a sus investigaciones. Hawking es deudor del método empírico moderno, que prescinde de cuanto no es experimentable considerándolo no científico. Se trata de una limitación cuando alguien salta al campo filosófico y teológico, ciencias que siguen otro método tan legítimo como el experimental.

Además los hombres, también los genios, están más influidos de lo que piensan por sus prejuicios vitales. En este caso, Hawking ha considerado siempre que la fe y la religión se han extendido porque proporcionan consuelo a quienes no entienden la ciencia. Y más aún sostiene, sin demostrarlo, que las potencias intelectuales son pura evolución de la materia.

En suma, según estos científicos, la mayoría de la humanidad sería religiosa por falta de conocimiento y de confianza en la ciencia. Esto lo piensan también algunos compañeros y colegas nuestros. Augusto Comte, autor del catecismo positivista de la nueva religión universal, ya pensaba así en el siglo XIX y se consideraba como el sumo sacerdote de la nueva religión científica, y no en sentido alegórico. Pero pasó el pensador francés y los hombres siguen creyendo en Dios, y desde Jesucristo la historia se divide entre antes de Cristo y después de Cristo.

Por lo demás, los creyentes que hemos recibido el don de la fe cristiana, no nos consideramos superiores sino que sentimos la responsabilidad de rezar al Dios real por todos los que no tienen fe, siendo conscientes de que el Amor de Dios en Cristo también les llega a todos ellos. No sé cómo pero Hawking ya tendrá noticia de ello.

Jesús Ortiz

https://religion.elconfidencialdigital.com/opinion/jesus-ortiz-lopez/jesus-en-el-tiempo/20181219012942026747.html

lunes, 19 de noviembre de 2018

El cielo del transhumanismo


En octubre ha tenido lugar en Madrid el congreso Humanity+ Transvisión 2018. La estrella ha sido Sophia, el robot femenino al que se le ha entregado sorprendentemente la ciudadanía de Arabia Saudí. Han intervenido los famosos en esta cuestión del transhumanismo: Grey, Pearce, Diamandis, colegas de Ruzwel, Bostrom, y otros. Vaticinan que el proceso evolutivo dirigido por la bioingeniería cibernética acabará por construir un ser humano perfecto, sin enfermedades, sin la muerte como la conocemos actualmente, inmortal y feliz. Es decir, el Cielo en la tierra alcanzado gracias a los nanorrobots. Porque no es sólo cuestión de técnica sino de ideología, con una pobre concepción materialista del ser humano, de su dignidad y de la procreación.

            Avanza el mes de noviembre y el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, puede sorprender con su teología de la historia: una la visión panorámica y penetrante como la de un águila con un mensaje para alimentar nuestra esperanza. Porque al final de tantas luchas en la historia, este libro sagrado vislumbra los nuevos cielos y la nueva tierra, algo misterioso para la imaginación pero alimento cierto para la fe: «Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Vi también la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, ataviada como una novia que se engalana para su esposo» (Apocalipsis 21, 1-2).

            La Escritura llama cielos nuevos y tierra nueva a esta renovación del cosmos que vendrá precedida de la transformación del mundo actual. Para el hombre, esta consumación será la realización final de la unidad del género humano querida por Dios al crear al hombre, y para el mundo será la recapitulación de todas las cosas en Jesucristo. Y el cosmos participará también de la glorificación de Cristo resucitado con una profunda transformación que pondrá de manifiesto la providencia sabia Dios mediante sus leyes físicas y morales.

            Por la fe sabemos que esos nuevos cielos y la nueva tierra vendrán de Dios y no como resultado del progreso humano, como sueña hoy el transhumanismo. Puestos a soñar, la convicción cristiana, llega más arriba pues sabe que la creación entera será perfectamente renovada en Cristo, después de la resurrección y del Juicio final: los cielos nuevos y la nueva tierra pregonarán la creación tal como la quiere Dios, aunque en la historia no la reconocemos bien a causa de los daños del pecado. Esa visión apocalíptica destaca que esos nuevos cielos y la nueva tierra no serán el término de un proceso evolutivo; porque los hombres no podemos conquistar el cielo que prometen las ideologías totalitarias, ni fabricar una inmortalidad cibernética.


            Cuentan con poderosos medios para aturdir al común de la sociedad evitando que piense y reaccione frente a sus enemigos. No es alarmismo señalar instancias internacionales como algunas secciones de la ONU, lobbies como el elitista Club Bilderberg o poderes económicos mundiales, que organizan congresos como el arriba mencionado, y quieren construir un nuevo orden-desorden social al margen de la condición humana, del sentido de la vida, y de toda trascendencia. 

https://www.religionenlibertad.com/blog/365909495/Transhumanismo-ideologico.html

domingo, 4 de noviembre de 2018

Los cementerios cristianos


En noviembre los cementerios se llenan con los familiares de los fallecidos que aguardan la resurrección, según enseña la fe católica. Para muchos es una visita nostálgica y como obligada, más familiar y social que religiosa. Sin embargo, algo queda, aunque no sea perceptible, pues es difícil ignorar allí la muerte y qué pasa en el más allá. Pienso que la mayoría aún mantiene el rescoldo de la fe.

El Dormitorio
En la sociedad quedan muchos signos cristianos, por mucho que se empeñen algunos en suprimirlos. Es un vano intento testimonial de laicismo político-cultural, porque los personajes y las ideologías tienen fecha de caducidad, y no les daría tiempo a eliminar tantos signos, imágenes y edificios cristianos, con más de quince siglos en España.

El término cementerio deriva, según dicen, de koimeterion, dormitorio, pues desde el Evangelio de Jesucristo la muerte ha sido vista como un sueño del que todos despertarán. Jesucristo comparó la muerte al sueño en la hija de Jairo o de su amigo Lázaro, si bien les hizo volver milagrosamente a esta vida terrena. Sin embargo, también dijo a las hermanas Marta y María aquello de «Yo soy la Resurrección y la Vida; el que cree en mí, aunque hubiera muerto, vivirá, y todo el que vive y cree en mi no morirá para siempre» (Juan 11,25).

Resurrección
Ciertamente la razón natural y la imaginación no aciertan a explicarse cómo será esa resurrección de la carne que profesamos en el último artículo del Credo. Sin embargo, se nos han revelado algunos aspectos sobre los cuales hay cereza de fe. El Compendio del Catecismo enseña: «La expresión "resurrección de la carne" significa que el estado definitivo del hombre no será solamente el alma espiritual separada del cuerpo, sino que también nuestros cuerpos mortales un día volverán a tener vida» (n.203). Y añade: «Así como Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos y vive para siempre, así también Él resucitará a todos en el último día, con un cuerpo incorruptible: "los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación" (Juan 5, 29)» (n.204).

Algunos piensan en la reencarnación, siguiendo una mentalidad panteísta, animista, holística o de alguna variedad oriental. Pero eso viene a ser un mal sucedáneo y más difícil de creer que el Purgatorio, que es el estado de purificación en el que ahora se encuentran las almas de quienes han muerto en la gracia de Dios, aunque tienen que purificarse y esperar, como si fueran criaturas prematuras que necesitan la incubadora, valga la comparación. Los Obispos españoles han rechazado hace tiempo semejantes ideas en el documento titulado «Esperamos la resurrección de la carne y la vida eterna». Además, la idea de la reencarnación contradice el ser personal de cada hombre o mujer en su unidad sustancial de alma y cuerpo como entiende la filosofía desde Aristóteles.

Cuidar los cementerios
Volviendo a los cementerios-dormitorios llama la atención el poco cuidado que ponen algunos Ayuntamientos en mantenerlos y vigilarlos, sobre todo en grandes ciudades como Madrid. Da pena comprobar el descuido y la suciedad, por ejemplo, en la necrópolis de La Almudena, en el Cementerio Sur y de Carabanchel. Por no hablar de los robos de Crucifijos y otros elementos de muchas tumbas, sin que los vigilantes se hagan responsables ante los perjudicados.

También dan pena algunos cementerios más modernos, como el de La Paz, en Tres Cantos (Madrid), donde los signos cristianos son mínimos. A diferencia de los antiguos en este y en otros no hay ninguna Cruz grande o imagen de la Virgen en las plazoletas o cruces, que podrían aportar una referencia cristiana, deseada por la mayoría de las familias. Además de que contribuyen a orientarse, ya que es difícil encontrar información. En cambio, no ocurre así en los cementerios-sacramentales, como el San Justo en Madrid, que son propiedad o están al cuidado de la diócesis.


Jesús Ortiz López 


https://religion.elconfidencialdigital.com/opinion/jesus-ortiz-lopez/cementerios-cristianos/20181102002639026446.html

martes, 9 de octubre de 2018

Más sobre el celibato sacerdotal



Con motivo de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en Estados Unidos, Australia, Irlanda, Alemania y otros países, algunos sacan a relucir el celibato sacerdotal como una condición que predispone porque «hay una naturaleza humana, los sacerdotes son humanos y que la castidad es superior a las fuerzas de la mayoría de ellos» (Guy Sorman). Curiosa suposición.

Hace años que Philip Jenkins, profesor de Historia y Estudios Religiosos en la Universidad Estatal de Pensilvania, publicó el libro «Pedophiles and Priest». Concluía que en torno al 1,8% del total eran probablemente culpables de mala conducta con menores. Esto supone que más del 90% del clero parroquial no ha tenido ningún problema. Añadía que no es algo específico de la Iglesia católica, aunque ésta ha acaparado toda la atención de los medios. También se han dado en Iglesias protestantes, en los voluntarios, y entre los mismos menores que abusan de otros. Jenkis explicaba que las investigaciones durante veinte años indican que no hay ninguna prueba de que los sacerdotes católicos u otros clérigos célibes estén más inclinados a incurrir en mala conducta o abusos. Y añadía: «Aunque determinados medios de prensa vean este asunto como una crisis del celibato, no hay nada que pruebe tal cosa».

Se trata sólo de un estudio entre otros muchos que concluyen lo mismo. También se conoce que la mayoría de los abusos, el 95% se cometen en el ámbito familiar, y el 5% restante en otros ámbitos, como educadores, deportistas, voluntarios, y también sacerdotes. Sin embargo, la continua dosificación de noticias sobre sacerdotes católicos puede dar la impresión de que sólo ellos son culpables. Y que el celibato puede influir en el desorden sexual[1].

El sacerdocio es una vocación a seguir a Jesucristo con toda el alma y vivir como Él ha vivido en la tierra. Los Evangelios muestran ese «tú sígueme» de Jesús a Leví, a Juan, o Natanael, entre otros. Ese don sigue dándose desde el principio hasta hoy día. Desde un punto de vista teológico, el celibato es un compromiso desde la raíz de la vida sacerdotal, que potencia la capacidad para el ejercicio de ministerio, y un signo de la dimensión esponsal del sacerdocio.

La respuesta al don sobrenatural del celibato es el compromiso sacerdotal para vivir con madurez la castidad que libremente asume durante su larga formación y especialmente en su Ordenación sacerdotal. La inmensa mayoría de los sacerdotes, asume ese compromiso de seguimiento pleno de Jesucristo célibe, y de servicio de caridad dedicando sus energías y corazón al servicio de todos.  El celibato ha sido valorado y vivido desde el principio, porque es posible con la gracia de Dios, y poniendo los medios para no confundirse con un asistente social o un psicólogo[2].  Y finalmente, el mismo escritor Guy Sorman reconocía que «yo no estoy en condiciones de juzgar lo que es bueno para la Iglesia: el Papa es él y no los analistas, los sociólogos o los sexólogos». 

Jesús Ortiz López


[1] Cfr. James Cobble, director ejecutivo de Christian Ministry Resource (CMR). John Jay College of Criminal Justice (City University of New York). Cfr. George Jonas en el diario canadiense National Post (24-IV-2002).
[2] Cfr. A. Stickler. Orígenes históricos del celibato sacerdotal, Aceprensa, 25.SEP.1996.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Gobierno y educación (y II)


La escuela concertada no va a desaparecer

Unos pocos datos muestran la envergadura y arraigo que tienen las escuelas concertadas, que representan el 25 por ciento del total, y el 13,7 de alumnos en ellas son extranjeros, el verdadero camino de integración social a corto y a largo plazo. El total de alumnos matriculados en la enseñanza secundaria son 8 millones, de los cuales 2,8 millones van en su mayoría a escuelas concertadas o no concertadas. Por tanto, por mucho que la izquierda política y cultural vayan contra las escuelas concertadas no van a ganar la batalla.

En último apunte me refiero a no perder la batalla semántica cuando se acepta la distinción entre «educación pública» y «educación privada», sea concertada o no concertada. Porque entonces ya concedemos a los enemigos de la libertad que la educación concertada es elitista y sólo para familias pudientes. No es así, y la sociología de las escuelas concertadas lo muestra; lo que sí es cierto es el sacrificio de los padres porque conceden pleno valor a la educación de sus hijos de acuerdo con sus propias convicciones. En realidad toda escuela no estatal es «social» porque sirve a la sociedad y no entra en el dirigismo propio de todo lo estatal; por otra parte, el Estado no puede equiparse a los social, porque la sociedad es más amplia y menos encorsetada que el Estado, con riesgo de llegar a ser el Leviatán acaparador. Por tanto, toda escuela es social le guste o no al Ministerio de Educación. Y en definitiva, escuela estatal o pública y escuela concertada o privada no se excluyen porque ambas sirven a los padres de  acuerdo con la Constitución aunque sea por caminos distintos.

Este nuevo Gobierno amigo del decretazo sabe que las escuelas concertadas no van a desaparecer; lo que pretende es ir minando esta opción para asfixiar a las órdenes religiosas que sostienen muchos colegios, y para reducir al máximo la enseñanza de la religión católica. 

Jesús Ortiz



https://religion.elconfidencialdigital.com/opinion/jesus-ortiz-lopez/gobierno-educacion-ii/20180731215913025937.html

miércoles, 25 de julio de 2018

Gobierno y Educación (I)


Gobierno contra la igualdad de centros educativos (I)

El Tribunal Constitucional ha sentenciado a favor del recurso de los padres del colegio Torrevelo de Cantabria contra la retirada del concierto, por tratarse de un colegio con educación diferenciada. Una batalla de la APA que dura desde el 2009. El alto Tribunal concluye que los centros privados de educación diferenciada pueden acceder «al sistema de financiación pública en condiciones de igualdad con el resto de centros educativos», al considerar que este modelo educativo no causa discriminación y «es respetuoso con la Constitución».

Es la segunda vez que el TC sentencia en este sentido y admite la libertad de los padres para elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos. En el mismo sentido se han pronunciado otros tribunales autonómicos, como el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. En estos casos ha sido el PSOE con sus aliados quienes han suprimido esa opción de los padres y de los colegios. El contencioso ha durado años y se supone que ahora la Administración pública –quizá con otro Gobierno autonómico- tendrá que restituir el grave perjuicio a causado a las familias.

Fobia ideológica
Pero no se trata sólo de una cuestión económica sino ideológica porque el PSOE y la izquierda política y cultural son alérgicos a la libertad de enseñanza, a la escuela concertada, a la educación diferenciada, a la enseñanza de la religión, etc. Porque sencillamente no creen en la libertad, aunque la proclamen con gran énfasis y oculten sus fobias bajo el paraguas bonito de la igualdad.

Cada vez que los socialistas se hacen con el poder peligra la liberad educación. Y ahora con el Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a las andadas, sostenido por los populistas de Podemos y los independentistas. Todos ellos son enemigos de la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos con igualdad para todos. Los socialistas no creen en la libertad por su estatalismo, y los independentistas tampoco porque buscan adoctrinar a los jóvenes con una ideología y una historia falseadas, como hacen los separatistas catalanes y los vascos desde hace años.

Patinazo de la Ministra de Educación

Las declaraciones recientes de la Ministra de Educación, Isabel Oráa, han levantado  a los colectivos de la enseñanza, empezando por las asociaciones de padres, los sindicatos libres, las patronales como la CECE, la Concapa, o las Escuelas Católicas. Y lo hace ahora cuando muchos tienen la guardia bajada por el descanso veraniego. Dijo que la concertada «puede estar o no estar» en el sistema educativo. Más claro, el agua, pues si lo dijo voluntariamente manifiesta querer acabar con la escuela concertada; pero si se le escapó casi es peor porque su subconsciente la traicionó desvelando sus propósitos maquillados con bonitas palabras. 

Sólo logrará engañar a los incautos, pero las familias implicadas no lo son porque saben lo mucho que les cuesta defender su libertad teórica y práctica de elegir escuela, sin que suponga un recargo desproporcionado. Todos conocemos los esfuerzos de miles de familias para llevar a sus hijos a escuelas concertadas, privándose de bienestar, de coche nuevo, de vacaciones costosas, o de mayor nivel de vida, como el que gastan los políticos en cuanto conquistan el poder. Basta ver cómo visten, qué restaurantes frecuentan, y qué chalets se gastan.


https://religion.elconfidencialdigital.com/opinion/jesus-ortiz-lopez/gobierno-y-educacion/20180724193722025884.html?utm_medium=email&utm_source=Newsletter&utm_campaign=180725

miércoles, 11 de julio de 2018

De nuevo la eutanasia

Avanza ya la ley de la eutanasia impulsada por el Partido Socialista y gestionada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Un proyecto lleno de ambigüedades. Habla de la libertad del enfermo o mayor, de la libertad de los médicos, sin aclarar el contenido de tal libertad o del papel de las clínicas. No habla del ahorro que esperan en las cuentas de la Seguridad Social cuando deje de gastar en pacientes durante varios años. Y abre la puerta a que los familiares de los ancianos vean una salida, por la puerta de atrás, a sus gastos y cansancios.

Nadie desea su muerte
Mienten los tozudos promotores de esta ley cuando esgrimen estadísticas prefabricadas sobre la aceptación social de la eutanasia. Hay muchos jóvenes que ven la muerte muy lejos y se muestran partidarios. Muchos jóvenes y mayores están impactados, y machacados, por la propaganda de casos extremos presentados como sufrimientos indecibles. Sin embargo, no se dice nada de los cuidados paliativos, de la eliminación práctica del dolor, o de la profesionalidad del personal sanitario, que califican la eutanasia como la «legalización del asesinato». Uno de ellos ha manifestado que de más de mil pacientes atendidos en el último año ninguno había pedido la eutanasia

La Proposición de ley de la eutanasia universal y gratuita habla de administración directa de una sustancia a una persona que lo haya requerido, y que cause su muerte, o dársela para que se autoadministre su propia muerte.

Como dicen los expertos para los cuidados paliativos, la ley de la eutanasia es la peor solución pues elimina personas que no la desean, y es una amenaza para los más enfermos mayores o jóvenes. El caso reciente de una doctora del Gosport War Memorial del sur de Inglaterra que aplicó la eutanasia a más de cuatrocientos pacientes, directamente o dando instrucciones para que «se sientan cómodos», más otras doscientas muertes todavía no aclaradas. Y casos semejantes se han dado en Bélgica y Holanda durante años, en una atmósfera de solución terminal aplicada al amparo de una ley de eutanasia.

Cuidados paliativos y otros remedios
En un Estado aconfesional y con planteamientos laicistas se dice a veces que el rechazo de la eutanasia es debido a las creencias religiosas, de los católicos en particular. Y como es sabido nada más lejos de la realidad, pues se trata de una cuestión de principios éticos naturales que defienden la vida, en particular de los más débiles.

De todos modos, no va mal que los católicos tengamos la orientación de la doctrina moral católica para reforzar nuestros principios y transmitir ese principio elemental de defender la vida. Hace poco los obispos han rechazado con oportunidad la ley de eutanasia porque es «un corredor de la muerte». El camino es el cuidado sanitario de los enfermos terminales, los cuidados paliativos que ya se realizan tantas veces, y además la atención psicológica y espiritual, la más necesaria a poca fe que se tenga. Incluso señalan los obispos que habrá que liberar a los familiares con medidas parecidas a los permisos de paternidad que se acaba de aprobar en el caso de los nacimientos.


Además de todo lo dicho, la ley de la eutanasia lleva a una muerte infeliz y destroza la conciencia de la sociedad. Como bien se ha dicho, cuando el poder político no respeta la vida de los mayores tampoco respetará la vida de los jóvenes. Bien lo ha experimentado el pueblo judío en el siglo XX. Eutanasia y aborto van de la mano en la cultura de muerte.

https://www.religionconfidencial.com/tribunas/nuevo-eutanasia_0_3182081785.html

martes, 26 de junio de 2018

Se puede volver


Leo «Imperiofobia y leyenda negra» de María Elvira Roca Varea que está llegando a mucha gente interesada en conocer esa faceta de nuestra historia, gentes hartas de mentiras, o fake news como se dice ahora. Y me gusta, aunque lo principal es que investiga con rigor ese aspecto de nuestra historia tergiversada, para desmontar las mentiras y conveniencias del poder extranjero, durante siglos, así como el complejo cainita de muchos españoles -hoy día exacerbado en el mundillo cultureta- que ha generado y transmitido esa leyenda negra. Una parte de su investigación coincide con la famosa obra de Julián Juderías publicada en 1914, «La leyenda negra», un verdadero fenómeno polifacético, políglota y diplomático que luchó para lavar la cara de España ya en el siglo XX y antes. Precisamente se cumplen ahora los cien años de su muerte: una vida plena en sí misma, y de servicio a su patria.  

La profesora Roca Varea manifiesta en su obra y en entrevistas posteriores su despego respecto a la Iglesia católica, que servirá a algunos para reconocer su imparcialidad. Desde su postura agnóstica dice que no le gustan algunas cosas de los Evangelios, de la moral católica, o de la Jerarquía incluido el Papa. Comprensible y razonable.

Aunque es una mujer culta reconoce que no ha recibido educación religiosa, en la tradición de su familia agnóstica. De todos modos, me parece que tiene un conocimiento práctico y ambiental suficiente del mundo católico con el que coincide en bastantes cosas, como le pasa a tanta gente entre nosotros, muchos no bautizados que después se bautizan cada año, especialmente en Pascua. Son varios cientos en España, varios miles en Francia y otros países europeos, o más de veinte mil en Estados Unidos. También son muchos los bautizados que vuelven a la comunión de fe y de vida en la Iglesia, porque han encontrado ayudas y testimonios que les han ayudado a superar prejuicios. Y pasividades.

Regreso a Ítaca
Estos días circula un reportaje multimedia «Regreso a Ítaca», con el testimonio de seis historias de mujeres y hombres que han vuelto a la fe católica después de años duros sin práctica religiosa, y han encontrado a la Madre Iglesia. También la película documental «Converso» asombra a miles de personas y curiosos que asisten al testimonio de una familia que ha transitado el camino de la mayoría de los agnósticos y no practicantes españoles. Primero creyeron, después se fueron, y después vuelven a la Iglesia real, no a las caricaturas que se habían hecho o les habían hecho, y que se pueden llamar eclesiofobia y cristianofobia. Roca Varea puede conocer con mentalidad abierta estos valiosos testimonios y esperar a ver qué ocurre.

Algo parecido declaraba el actor malagueño Antonio Banderas, que creció en una familia católica con educación cristiana, y después se alejó como otros, aunque volvió a rezar a Dios para que un hermano saliera de una grave intervención quirúrgica; recuperó también la tradición de Semana Santa como costalero en un paso -como es sabido-; y se dio cuenta de que no tenía que buscar demasiado ni recurrir a Buda o figuras de otras tradiciones orientales, porque había tenido siempre «delante de mis narices y en mi barrio» la fe cristiana vivida en su infancia.

Porque, en efecto, en cada barrio, pueblo o ciudad española encontramos una iglesia, unos párrocos, unos sacerdotes, unos fieles, unas Cáritas, que viven de verdad el evangelio. Es aquello de la sal de preserva de la corrupción y la luz del mundo: que ilumina y da calor.


Jesús Ortiz López

https://www.religionconfidencial.com/tribunas/puede-volver_0_3172482731.html

miércoles, 13 de junio de 2018

El Gobierno ante las familias

Por lo visto el ministro Ábalos tiene cinco hijos, la ministra Calviño tiene cuatro, y Teresa Rivera, la de Transición Ecológica, tiene tres. Todos ellos estarán encantados con su familia numerosa que, además del sacrificio personal, supone un regalo de Dios. Y seguro que conocen las dificultades para llegar a final de mes, pagar colegios y universidades, (aunque a ellos ahora les cambia la vida a mucho mejor). 

No me extraña que la Federación de Familias Numerosas -que representan a seiscientas mil familias, nada menos- los vean como referentes para defender la familia y la vida en este Gobierno socialista. De hecho, ya les piden actualizar las prestaciones; ayudas para paliar la pobreza infantil, que afecta especialmente a estas familias -algo ya manifestado por Sánchez-; acceso a empleo de calidad o sueldo familiar; y bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social, entre otras cosas necesarias.

Supongo que estos ministros y ministras tendrán voz y voto en el Gabinete para defender algo tan importante para la sociedad. Van a tener trabajo, y sobre todo buenos argumentos razonables con suficiente experiencia, así como capacidad de persuasión en las futuras deliberaciones de un Gobierno que va muy deprisa. Sin embargo, el pasado del presidente Sánchez y su ideología fuertemente socialista aventura que va a promover leyes contra la vida, como la ya anunciada eutanasia a cargo de la Sanidad pública; probablemente nada hará para corregir el suicidio demográfico, con una tasa de 1,3 hijos y en la cola de Europa; Sánchez hará una fuerte promoción de la ideología de género, que choca frontalmente con la natalidad, el matrimonio y la familia, y por ello contra el bien común, por cierto, una expresión barrida del lenguaje socialista (y también del resto de los partidos); y Sánchez va a asfixiar a las escuelas concertadas y a las de educación diferenciada, añadiendo más vueltas de tuerca contra la libertad de los padres para elegir la educación moral y religiosa que desean para sus hijos. Y un largo etcétera.


Por eso muchas familias solicitarán el apoyo de estos ministros y ministras en la espera razonable de que Ábalos, Calviño, y Rivero sean mínimamente coherentes con su vida y sus familias. El pluralismo es estupendo también en el Consejo de Ministros, mientras que el sectarismo es funesto para la conciencia y para la sociedad.

https://www.religionconfidencial.com/tribunas/Gobierno-familias_0_3165283470.html

jueves, 24 de mayo de 2018

Con flores a porfía


«Con flores a María, con flores a porfía»: muchos hemos cantado de pequeños esas estrofas para honrar a la Virgen María, especialmente en el mes de mayo. Y sin saber qué eso de «con flores a porfía», que el Diccionario define como actuar «con emulación  y competencia», es decir, a ver quién lo hace mejor. Una ilusión de amor.
 
Ahora, en el mes de mayo el mundo católico mira a la Virgen María, la misma en cualquier advocación, en quien vemos ensalzada la condición humana sin pecado y la belleza de la virtud, algo que no todos llegan a comprender ahora por tener los sentidos estragados. Y en cada pueblo se venera alguna imagen de la Virgen con una advocación local, algo que habla de las raíces y frutos cristianos de Europa y del mundo al que llevó la fe.
 
Sin embargo todos, hombres y mujeres, sentimos el anhelo de belleza, de bondad, de verdad, porque es lo mismo, como intuye el corazón y vislumbra la filosofía. De ahí que recrearnos con las imágenes de la Virgen viene a ser como un colirio para nuestras enfermedades visuales y de pensamiento. Y se entiende perfectamente que desde el principio los artistas hayan plasmado la belleza ideal de María en cuadros de Guirlandaio, Fray Angélico, o Velázquez, sin olvidar las imágenes románicas llenas de expresividad, las Vírgenes blancas del gótico, o las maravillosas obras de Cano o Salvador Carmona. Este año de aniversario del gran Murillo recreamos en particular las «inmaculadas» tan famosas como piadosas, con una Virgen María muy joven y de gran belleza. Todas ellas son como un antídoto contra el feísmo que querría instalarse como algo normal.

Pascal afirmaba que el corazón tiene sus razones que la inteligencia no entiende, dado que el ser humano es un misterio abierto al infinito, capaz de grandezas y miserias en un mismo corazón. Pablo de Tarso invitaba a los creyentes a meterse en el corazón de Cristo para conocer el amor de Dios y reconocerse como hijos de Dios: «Que Cristo habite en vuestros corazones por la fe -escribe-, enraizados y fundamentados en la caridad, para que podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo que supera todo conocimiento, para que seáis colmados de toda plenitud de Dios». El Vaticano II viene a decir lo mismo: «el misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del Verbo encarnado». Y por la connaturalidad de la Virgen con Jesús entendemos la misión de la mujer como una barrera protectora contra el mal, como ha dicho el Papa Francisco. Si Eva desvió el camino del amor María deshizo el nudo y nos lleva a Jesús.  

El arte es un gran regalo de Dios a los hombres y los artistas son geniales constructores de belleza, que dijo san Juan Pablo II, y que nos ayudan a superar la vulgaridad y abismarnos en el misterio del ser. Es un hecho que el cristianismo se ha aliado con el arte durante siglos, y también ahora. Desde los primeros tiempos la Iglesia ha necesitado de los artistas para anunciar el Evangelio, y nunca ha menospreciado la palabra y la imagen, la música y la materia para difundir su mensaje. Lo contrario supondría incluso retornar a la herejía de los iconoclastas.

Si Dios es la belleza y el artista la busca incansablemente, el arte ha de encontrarse con Dios. La belleza, la verdad y el bien, se unen de modo sublime en la persona de Jesucristo. El mundo necesita la belleza y el arte debe contribuir a la Redención, sobre todo los artistas que de verdad creen en Dios, en Jesucristo y en la Iglesia. De ahí que Juan Pablo II les escribió en aquella Carta los artistas: «Os toca a vosotros, hombres y mujeres que habéis dedicado vuestra vida al arte, decir con la riqueza de vuestra genialidad que, en Cristo, el mundo ha sido redimido, redimido el cuerpo humano, redimida la creación entera». A los demás mortales se nos pide sólo una mayor capacidad de contemplación y más sentido crítico respecto al arte y al religioso en particular.

La sociedad tiene necesidad de grandes artistas y la comunidad cristiana necesita que tengan una buena doctrina y una vida coherente con la fe. Y probablemente todos necesitamos mucha magnanimidad para superar la vulgaridad en el arte sacro y en la liturgia. Mirar las imágenes de la Virgen María es la puerta para ver lo sublime y encontrar a Dios en Jesucristo.


https://www.religionenlibertad.com/con-flores-porfia-64540.htm

La levadura de los Jóvenes

El misionero Juan Pablo López Mendía, con veintiún años en Benín, consideraba que la huida de los jóvenes de la Iglesia en España contrasta con los africanos que llenan las iglesias: «Las Iglesias en África están llenas de jóvenes, pero aquí no hay nadie. Existe una generación que, junto a sus hijos, se ha ido de la Iglesia. Mientras España es una sociedad vieja, allí el 60% de la población tiene menos de 21 años. Ésa es la fuerza de un país». Aporta un dato pero no indaga en las causas pues es un asunto complejo.

La historiadora Roca Varea opinaba que «Lo de la Iglesia es imposible de explicar. La Iglesia -se lo dice una agnóstica respetuosa- es lo mejor y lo peor de este país. Tradicionalmente ha sido así y no la puedes quitar del medio porque es uno de sus pilares». Para añadir después que «La religión ofrece un sistema moral que cohesiona poblaciones. En el momento en que la religión deja de ofrecer ese sistema moral que cohesiona poblaciones, algún órgano social lo ofrece». Y pone como ejemplo el nacionalismo o el feminismo, que actúan como religiones políticas, que aparecen en el horizonte social diciendo lo que es bueno y lo que es malo.

Más que una moral
No le falta razón al decir que España -y añadimos que Europa y Occidente-, tienen pilares y raíces cristianas. Aunque no se trata sólo de una cuestión moral sino sustancialmente religiosa; es decir, el cristianismo es Jesucristo y no sólo una moral o unas Escrituras sagradas, algo puede costar de entender al agnosticismo. Eso ha querido subrayar la Iglesia desde Roma, con el documento «Placuit Deo» afirmando que la salvación obrada por Jesucristo -para todos los hombres- es mucho más que el buen ejemplo o una rectitud moral. Y anteriormente también la Conferencia Episcopal de España, publicaba el documento «Jesucristo, Salvador del hombre y esperanza de la sociedad», frente a cualquier relativismo religioso, propio del gnosticismo y agnosticismo.  

Ahora bien, desde esas posturas agnósticas se puede intuir el mundo trascendente de la religión, y específicamente en el cristianismo como algo sobrenatural al ser la manifestación histórica de Dios en Jesucristo, que ha fundado la Iglesia como comunión de lo divino y lo humano, ofrecida como camino de salvación; es más que esas utopías implícitas en las religiones humanas o en sus imitaciones como el nacionalismo, el feminismo, o el marxismo.

Y ciertamente cuando el cristianismo decae en algún lugar o cultura es sustituido por esos sucedáneos que ofrecen una cierta esperanza, aunque no logren llenar el corazón humano ni fundamentar la dignidad de todos los hombres y mujeres.

Jóvenes en la Iglesia
Volviendo al principio, me parece ese misionero señalaba que el buen futuro reside en los jóvenes. Y cuando una sociedad como Europa camina hacia el suicidio demográfico generando una sociedad de ancianos -imposible de sostener incluso económicamente en la sociedad del bienestar-, entonces esa sociedad tendría que apoyar con más fuerza a la familia y al matrimonio, primero con políticas favorecedoras de la natalidad y siempre con leyes que distingan el matrimonio de otro tipo de uniones.

Aunque muchos jóvenes se están alejando de la Iglesia -o quizá nunca han estado en ella al no ser bautizados por sus padres-, también es verdad que cada año se bautizan en España y en Europa miles de jóvenes que han encontrado a Jesucristo en la Iglesia. Y cada semana se reúnen millones de jóvenes y familias en torno a la Eucaristía y la caridad, que soluciona una buena parte de las bolsas de soledad y descarte. Y finalmente, las Jornadas Mundiales de la Juventud -como la siguiente en Panamá, con el Papa Francisco- reúnen a miles y miles de jóvenes, suficientemente preparados e ilusionados para celebrar la fe y transmitirla; con vocación de ser levadura que fermenta a la masa.

Siempre la esperanza sobrenatural y humana tiene la última palabra, y Dios sabe lo que se hace, incluso cuando los hombres no corresponden a los dones recibidos. Hay pues, continentes de la esperanza, como África, y esperanza también para el viejo continente.


https://www.religionconfidencial.com/tribunas/levadura-Jovenes_0_3152684728.html

jueves, 26 de abril de 2018

Los santos de la puerta de al lado

Con la Exhortación Gaudete et exsultate, el Papa Francisco recuerda la vocación de todo cristiano a la santidad, con una mirada optimista porque la fe tiene capacidad para transformar el mundo. Un mundo desconcertado que busca pero no encuentra, porque hay ideologías que mutilan el corazón humano. Y los fieles laicos tienen la misión de elevar las estructuras terreras según el plan de Dios, que cuenta con nuestra libertad responsable.

Precisamente la vocación de los fieles del Opus Dei es poner a Cristo en la cima de las actividades humanas; pero esto no significa superioridad ni exclusividad, sino rectitud de intención en la entraña de la vida personal y comunitaria

Cuando el Papa Francisco invita a descubrir «al santo de la puerta de al lado» me viene a la mente Chema Postigo, fallecido a los cincuenta y seis años, un cristiano corriente con algo especial pues a sus funerales, uno en Barcelona y otro en Madrid, acudieron seis mil personas. Además, entre el velatorio y el funeral, se repartieron miles de rosarios a modo de recordatorio. Su hermano Miguel ha escrito un libro movido por el asombro al contemplar la trayectoria de Chema, con su esposa Rosa y sus muchos hijos: una vida colmada haciendo el bien a manos llenas en la familia, con los amigos, en el trabajo, y su apostolado diario, así como las obras de caridad y misericordia. Todo normal pero lleno de amor de Dios. Y como él varios cientos de fieles del Opus Dei han concluido su misión en la tierra; algunos están en proceso de beatificación, por no hablar del Beato Álvaro del Portillo.

Alguien puede pensar que el Papa Francisco está abaratando la santidad por aquello de que todos pueden ser santos, como el vecino de la puerta de al lado. Sería un error el pensar que la santidad en la vida corriente -con algunos ejemplos que señala el Papa- equivale a una santidad mediocre, sin relieve, y sin destacar; pero no es así porque luchar por ser santos requiere virtudes heroicas y poner los medios para corresponder a la gracia de Dios. Hasta los apóstoles se veían incapaces pero Jesús les dijo: «Para los hombres es imposible, pero para Dios no; porque para Dios todo es posible».

El entonces Cardenal J.Ratzinger escribía que las virtudes heroicas que destacan en los santos no se deben sólo a sus fuerzas naturales sino a los dones de Dios, como se aprecia en la persona de san Josemaría: «Virtud heroica no significa exactamente que uno hace cosa grandes por sí mismo, sino que en su vida aparecen realidades que no ha hecho él, porque él solo ha estado disponible para dejar que Dios actuara».


San Josemaría se esforzó siempre por ocultarse y desaparecer para que sólo Jesús se luzca en la vida de miles de cristianos, que viven el espíritu específico del Opus Dei. Consideraba que nuestra vida debe ser como en un bello tapiz, para la gloria de Dios y bien de las almas, en el que lucen figuras variadas en medio de la creación buena de Dios; pero el reverso está lleno de nudos sin apariencia, hombres y mujeres pecadores que rectifican y se levantan muchas veces porque cuentan con la gracia de Dios y la sanación de la Iglesia santa, que es la comunidad de los perdonados.

https://www.religionconfidencial.com/tribunas/santos-puerta-lado_0_3136486344.html

jueves, 29 de marzo de 2018

Stephen Hawking ha llegado al final

En la muerte del físico teórico Hawking hablamos de sus interesantes planteamientos y además otros rezamos por él en esta hora del encuentro con el Dios vivo y verdadero, que podrá satisfacer su humana ilimitada curiosidad.
En sus publicaciones el famoso astrofísico ha considerado que el universo pudo crearse espontáneamente de la nada. Pensaba que el universo se explica suficientemente por las fuerzas gravitacionales, y por tanto Dios no hace falta como causa del mismo. Me padece que es tanto como explicar la no existencia de Velázquez a partir de Las Meninas.

Buscando la causa
            La noción de causa es elemental pero verdaderamente difícil. Hay una primera idea de causa, que utiliza de modo espontáneo la inteligencia, aliada con el sentido común, cuando busca el origen de un efecto, de un fenómeno, y sobre todo de los entes o realidades, que sólo se explican parcialmente a sí mismos. Sin embargo, sospechamos con razón que a menudo concurren más causas de las que vemos o suponemos. Por eso nos equivocamos y tenemos que rectificar, los simples humanos y los científicos.

            En segundo lugar, hay otra noción de causa eficiente que utiliza la filosofía con más precisión, a partir de esa experiencia elemental humana de la razón que se pregunta por el origen de los efectos. Intenta remontarse a las causas propias y proporcionadas, porque no hay nada sin razón suficiente.  Afirmar desde la física, la biología o la astrofísica que las leyes de la naturaleza, la vida o el universo se explican por sí mismos es dar un salto mortal en el vacío y sin red, pero sobre todo es un atentado a la lógica apoyada en el inevitable principio de no contradicción.

            También afecta al principio empírico según el cual todo efecto tiene una causa proporcionada, aquella que influye en el ser mismo del efecto y no solo en los accidentes y los fenómenos. Y en ese término "proporcionada" está el meollo, porque la física puede experimentar efectos existentes y provocar otros, siempre de modo empírico y sometidos al principio de falsación que equivale, para entendernos, a ir avanzando aprendiendo de los errores (K.Popper).

            Pues bien, la búsqueda de las causas propias y proporcionadas no se puede hacer de modo indefinido, porque una sucesión indefinida o incluso infinita sólo dilata la cuestión pero no la resuelve. Por eso se puede concluir que tiene que haber una causa primera incausada de toda la realidad, y que por ello su naturaleza sea sólo ser, identificándose como ejemplar único. Mientras el efecto dice dependencia de la causa, la inversa no es necesaria: no existen efectos absolutos, pero sí puede haber una causa absoluta.

            También hay que advertir que la noción de Causa incausada no equivale a "causa sui" como han dicho algunos a lo largo de la historia del pensamiento. Es contradictorio que algo o alguien sea causa de sí mismo, puesto que tendría que existir antes de existir, o mejor ser antes de ser. Lo intentó explicar B.Spinoza a su modo, pero no ha convencido porque va contra el sentido común que no está reñido con la filosofía.

            La causa última incausada marca la inabarcable e inexperimentable diferencia entre todos los entes o realidades que tienen ser, como participado, y el Ser que es su ser, Ipsum ipse subsistens, dice Tomás de Aquino, después de razonar sesudamente a partir de la experiencia de los entes contingentes, y puliendo los mejores logros de los pensadores anteriores, como Aristóteles o Boecio.

Del fenómeno al fundamento
           Todo esto es parte de la ciencia filosófica, del discurrir de la razón desde los efectos a las causas, comprobando que el azar no explica nada, sino que elude las preguntas fundamentales, y se plantea como un axioma casi de fe. Se queda, en palabras del filósofo X.Zubiri, en la penultimidad de la vida. Me parece que es lo que pasa a algunos filósofos, muchos pensadores, y cantidad de científicos, incapaces de remontarse por encima de los fenómenos para buscar sus fundamentos. Y principalmente el fundamento último de todo, visto como causa incausada, ser subsistente que no debe nada a nadie: plenitud absoluta no vinculada a nada, a diferencia de los seres contingentes que no tienen en sí la razón de su ser, siendo por ello relativos a sus orígenes, como los hombres a sus progenitores y en última instancia a Dios. Ese Dios que es vida y da la vida, que es inteligente como lo muestra la maravilla del universo, del macrocosmos y del microcosmos. Como es sabido, decía con razón de E. Kant que hay dos cosas que le admiran en extremo: el cielo estrellado en la noche y la conciencia moral del hombre que le impera ser quien es. Aquí está el sentido común, el sentido filosófico, y hasta un poco del sentido religioso. Y hablamos del Kant hipercrítico.  

            Sin embargo, esa percepción de Dios como causa primera y más universal se queda pequeño ante el conocimiento real de Dios por la fe. Ya no hablamos de un ser impersonal, una fuerza aplastante, o una idea necesaria para dar sentido a la realidad. No aparece como el gran relojero sino de un Dios que ama y crea por amor, que es familia primigenia tripersonal, el Padre, el Hijo, y el Espíritu. Que ama tanto a los hombres que envió al Hijo para salvarlos del mal, que todos reconocemos en mayor o menor medida, pero sin poder explicarlo bien y menos desarraigarlo. La Encarnación del Logos y la Redención por amor desde la Cruz logran adentrarnos en ese misterio del amor de Dios, el de la libertad humana, el de la esperanza sólida, y el de la fraternidad humana. Así podemos ver que el hombre es para el hombre algo sagrado, y estamos en las antípodas de aquel hombre que es lobo para el hombre, salido de la mente perdida del pragmático Hobbes. Vemos por ello que buscar a Dios y encontrarlo no es simple tarea especulativa de astrofísicos o de filósofos sino algo plenamente humano que repercute en la dignidad de las personas y en la convivencia social.  

Los límites de Hawking
            El astrofísico tendría una postura razonable si reconociera que la ciencia empírica no responde a las preguntas últimas, que corresponden a la filosofía -que también es ciencia- y, en otro plano, a la religión. Pero si, como parece, Hawking afirmaba que el universo se ha creado a sí mismo, entonces yerra por salirse de los límites de su ciencia. En realidad, me parece que hay un cierto embrollo en todo esto empleando unas palabras clave de modo impropio. Por ejemplo, la noción de causa tiene su acepción en la ciencia empírica que no coincide con la del uso corriente y menos con la de la metafísica, como ya hemos dicho.
            Otro problema reside en decir que la existencia de Dios es una cuestión religiosa, de creencias porque, siendo esto verdad, no es toda la verdad. La metafísica, y más en concreto la teodicea sí prueba la existencia de Dios y algunos aspectos de su naturaleza, y eso no es fe. Los argumentos de Boecio, Anselmo, Pedro Lombardo o Tomás de Aquino son bien sólidos, pero hay que enterarse bien y pensarlo, cosa que no todos hacen. Y tiran por la calle de en medio. En suma, saber de una ciencia empírica no da sabiduría sobre las cuestiones fundamentales de la existencia. Pero sigue siendo verdad que Dios es el concepto más difícilmente inalcanzable, pero al mismo tiempo el más inevitable de la razón especulativa humana, como dijo E. Kant.
            La impresionante biografía de Hawking, con esa supervivencia heroica, explica muchas cosas, sobre todo que ni él ni ninguno somos sólo sustancia pensante, sino que hay emociones, sentimientos favorables o desfavorables, e incluso buena dosis de prejuicios poco racionales. Una vez el superateo R.Dawkings se animó a confirmar Hawking, diciendo que Darwin expulsó a Dios de la biología y después Hawking le ha asestado el golpe de gracia. Pero yo deseo que éste en su gran salto a la hora suprema vea se haya encontrado en la paz del Dios personal que ha creado el universo y se revelado en Jesucristo, Dios y hombre verdadero.


Jesús Ortiz


https://www.religionconfidencial.com/tribunas/Stephen-Hawking-llegado-final_0_3119088068.html?utm_term=Stephen%20Hawking%20ha%20llegado%20al%20final&utm_campaign=Jes%FAs%20buenas%20tardes%20tu%20bolet%EDn%20diario%20de%20noticias%20m%E1s%20le%EDdas%20de%20Religi%F3n%20Confidencial&utm_content=email&utm_source=Act-On+Software&utm_medium=email

martes, 6 de marzo de 2018

Polémica en ARCO

La polémica por las fotografías pixeladas de Santiago Sierra ha impedido hablar de las buenas obras expuestas en ARCO. Y así nos ocurre una vez más que enredados en anécdotas ridículas dejamos de pensar en lo importante, en muchos campos como el arte, la política, o la ética.
Hay quienes subrayan el carácter transgresor del arte que rompe con unos moldes establecidos, pero hay que añadir que sin ofender a nadie ni exaltar a quienes van contra las leyes que nos permiten vivir en sociedad. Pues calificar de «presos políticos» a delincuentes condenados y otros imputados en espera de juicio es una burla a la sociedad democrática.
La libertad de expresión en un derecho admitido aunque no es el principal como el derecho a la vida, al trabajo digno, y a formar una familia, o el derecho a la propia dignidad, que está protegida también por las leyes (en este caso las víctimas de los terroristas condenados o los catalanes no independentistas y en realidad todos los españoles). Y situándonos en un sustrato más básico sabemos que cualquier persona con sentido común se da cuenta de cuándo la libertad de expresión es utilizada torticeramente para atacar las convicciones de una persona o las creencias de un colectivo. La grandeza de la democracia reside en que también acoge a quienes van contra ella, aunque deben ser responsables de sus actos y ataques a la pacífica convivencia. Decimos que todas las opiniones son respetables aunque hay que añadir que el respeto se debe a las personas que sostienen una opinión, porque resulta que unas opiniones están bien fundadas y contribuyen a la convivencia y otras no se sostienen razonablemente y tienden además a destruir las relaciones entre las personas.
A diferencia de estos artistas episódicos hay otros que procuran construir algo positivo y contribuyen al bien común  social, además de honrar a las bellas artes. Por ejemplo, son pocos los que saben que ha fallecido el escultor castellano Venancio Blanco, que fue miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma. Un escultor adelantado a su tiempo, moderno y clásico a la vez, que combinaba los planos y las rectas en sus figuras, incluidas las de carácter religioso porque era un hombre de fe. Ahí quedan sus imágenes de san Juan de la Cruz o de santa Teresa, y otras muchas expuestas varias veces en las sucesivas ediciones de «Las edades del hombre», posiblemente uno de los mayores proyectos culturales desde hace treinta años.  Y todo eso no se lo perdonan algunos.
Quizá tenía razón el músico compositor Pierre Boulez cuando dijo que el secreto de la creación es la generosidad, porque algunos pseudoartistas  ególatras sólo saben escandalizar vomitando sus propias fobias. Acertaba Boulez cuando decía estas cosas porque la obra creadora de Dios sólo se explica desde su libérrima generosidad, dado que el Dios verdadero no tenía ni tiene ninguna necesidad de crear nada ni nadie.

lunes, 5 de marzo de 2018

¿Por qué la Carta Placuit Deo?


Se publica una nueva Carta titulada Placuit Deo desde la Congregación de la fe y con aprobación del Papa Francisco en la fiesta de la Cátedra de san Pedro. ¿Por qué esta Carta? Y ¿por qué en este momento?

El título traducido es «Dispuso Dios [en su sabiduría revelarse a Sí mismo]». Parece que algunos cristianos interpretan a Jesucristo desde categorías culturales del momento ancladas en el subjetivismo como si los hombres fueran individuos aislados, capaces de encontrar por sí mismos la salvación de los males que indudablemente nos afectan.

El gran pensador J.W.Goethe escribió a un amigo suyo manifestando que estaba contento con su vida: que sí admitía al buen Dios pero que no se veía necesitado de salvación; porque no se sentía pecador, gozaba de fama y la admiración de la sociedad, y tenía también bienestar y paz en su conciencia.
Puede señalarse como exponente de esa mentalidad del hombre que apenas tiene necesidad de Dios y no necesita mediación para entenderse con Él; de ahí que no entienda la necesidad de la Iglesia ni de las normas morales concretas, y que considere los sacramentos como ritos exteriores interesantes pero fácilmente prescindibles.

Sin embargo, este planteamiento subjetivo vacía la realidad de la fe cristina como encuentro real con Jesucristo, Dios y hombre verdadero que ha asumido nuestra condición humana menos el pecado, con alma y cuerpo en su Persona divina y mediador universal, que ha fundado la Iglesia como camino de salvación ofrecida a todos los hombres.

El documento califica la mentalidad subjetivista como neo-pelagianismo y neo-gnosticismo, antiguos errores cristianos que reducen la salvación al buen ejemplo de Cristo, a quien no consideran como el Hijo de Dios encarnado que lleva a plenitud la historia de la salvación, obra de la gracia de Dios Trino y de la libre correspondencia de los hombres. Y por ello quitan importancia a los pecados y a la sanación que llega por medio de los sacramentos de la gracia ofrecidos por la Iglesia de Jesucristo. La Palabra de Dios y el Pan de Cristo pierden importancia y quedan como elementos interesantes de la religión cristiana, a semejanza de los ritos que tienen otras religiones humanas. Y lo mismo ocurre con el Bautismo y el resto de los sacramentos.

Se entiende que la Iglesia quiera recordar ahora la genuina fe en Jesucristo con todas sus consecuencias como Salvador del mundo y esperanza de la humanidad, a fin de no desvirtuar el fondo sobrenatural del mensaje cristiano y católico en particular.

Sirva como resumen este párrafo del número seis de la Carta: «La salvación completa de la persona no consiste en las cosas que el hombre podría obtener por sí mismo, como la posesión o el bienestar material, la ciencia o la técnica, el poder o la influencia sobre los demás, la buena reputación o la autocomplacencia. Nada creado puede satisfacer al hombre por completo, porque Dios nos ha destinado a la comunión con Él y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Él».

Esta Carta va dirigida a los obispos y fieles para iluminar la fe y provecho de las almas a fin de que evitar el relativismo religioso. También escribe a los creyentes de otras religiones para presentar con sinceridad puntos esenciales de la fe católica, sin lo cual se haría imposible un verdadero diálogo. Sabemos además que Dios sigue actuando en la historia y quiere llegar a todos incluso por caminos desconocidos para nosotros, que finalmente convergen en la Persona divina de Jesucristo. 


Jesús Ortiz López


https://www.religionconfidencial.com/tribunas/Carta-Placuit-Deo_0_3105289446.html

Se dan varias coincidencias positivas de esta Carta con el Documentos de la CEE titulado Jesucristo, salvador del hombre y esperanza del mundo. 21 abril de 2016.

Ver enlace: http://www.religionconfidencial.com/tribunas/creer-hoy-Jesucristo_0_2745925406.html
https://mail.google.com/mail/ca/u/0/#inbox/1620fe00b93d6091?projector=1&messagePartId=0.1

Resumía en mi artículo una idea de fondo. La Iglesia no puede dejar de anunciar a Jesucristo como único Salvador de todos los hombres, incluidos los quienes todavía no le conocen y siguen alguna religión o viven según su conciencia. Por eso esta Iglesia fundada por Jesucristo es camino universal de salvación, pues la ha dotado con la verdad plena y los medios de santificación, especialmente los sacramentos de la gracia. Y esto no va contra el diálogo interreligioso ni contra el ecumenismo, que solo se pueden dar desde la sinceridad de mostrar la propia identidad. Por todo eso la Iglesia de Jesucristo es misionera, a pesar de las incomprensiones y persecuciones actuales y a lo largo de la historia.

viernes, 2 de marzo de 2018

El selfie de unos parlamentarios


Algunos miembros del Congreso han presentado una proposición no de ley (PNL) instando al Gobierno para que denuncie los acuerdos con la Santa Sede, como si la inmensa mayoría de los Estados, incluidos muchos comunistas, no tuvieran o aspiraran a semejantes acuerdos.
Su insistencia pilla cansada a la mayoría de los ciudadanos, de izquierdas, de derechas y de centro, porque hacen como el pájaro carpintero que golpea con insistencia el árbol centenario con la ilusión de perforarlo para derribarlo.

La mayoría de los españoles se considera católica hasta un 78 por ciento, y más del 50 por ciento de los alumnos piden cada año tener clase de religión católica, ellos mismos o sus padres. No sé qué pasaría si los afiliados a cada uno de los partidos tuviera que renovar cada año su adhesión a la formación.

Tendremos que recordar por enésima vez el artículo 27,3 de la Constitución: «Los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con su propias convicciones». Y el artículo 16,3 afirma que «Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones».

Parece que algunos no entienden la diferencia esencial entre «aconfesionalidad» y «laicismo», cuando interpretan éste en su versión negativa como laicismo que rechaza derechos básicos y desea recluir la religión al ámbito subjetivo y oculto pero sin aparecer en la sociedad. Porque para convivir en sociedad es preciso respetar a los demás y sus creencias; en cambio, sí pueden propagarse con orgullo otras opciones amparadas en la libertad de expresión.

Desde tiempo inmemorial la izquierda más o menos radical sostiene una antropología trasnochada que concibe al ser humano como bípedo implume sin trascendencia. Se trata de una mutilación de la persona y un empobrecimiento de las instituciones creadas y promovidas por hombres y mujeres que piensan en mucho más que comer, acostarse con alguien, manifestarse y alcanzar el cielo en el Congreso.


Esos parlamentarios se retratan por tanto a sí mismos porque están alejados de la gente común, y harían mejor en trabajar más horas dentro del hemiciclo para alcanzar un pacto duradero que mejore la educación, admitiendo al menos que la trascendencia es una dimensión esencial de la persona, que suele desarrollarse en forma de religión cristiana, judía, musulmana o animista.

https://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=62794&cod_aut=a12dcw21ag6ffd

lunes, 5 de febrero de 2018

Mejor preparación para el matrimonio


Como cada año el Papa Francisco se ha dirigido a los miembros del Tribunal de la Rota Romana y ha destacado la urgente y preciosa tarea de recuperar, salvaguardar y custodiar la conciencia cristiana iluminada por los valores evangélicos. Un discurso muy pensado para orientar el trabajo de esos expertos en el contexto actual de una desestructuración del matrimonio.

No se trata de una tarea simplemente jurídica y menos burocrática, aunque algunos fieles así lo consideran para aspirar a una nueva vida con el aval de la Iglesia, y el reconocimiento de los amigos. De ahí que recuerde a esos miembros del Tribunal que es una tarea pastoral en bien de las almas -algo que bien saben- por lo que deben invocar incesantemente la asistencia divina para realizar con humildad la tara confiada por la Iglesia. Es tanto como decir que tienen que ser hombres y mujeres de oración con vida interior y perspectiva sobrenatural.

El núcleo de la cuestión está en la estrecha relación entre la certeza moral que el juez debe alcanzar acerca de los hechos probados, y el ámbito de la conciencia moral de quienes acuden al Tribunal romano o diocesano.

La Iglesia reconoce con el Vaticano II que la conciencia es el núcleo íntimo donde cada uno se encuentra a solas con Dios, y llega a compararla con el Sagrario limpio y visible en los templos donde se custodia la Eucaristía para iluminar la fe y potenciar el camino personal de la santidad: la perfección de la vida cristiana como llamada para todos, casados y célibes, jóvenes y mayores, fieles y sacerdotes, porque consiste en la plenitud de la caridad. Implica por tanto buscar amar a Dios sobre todas las cosas, y también la lealtad a los compromisos bautismales con una vida de servicio en las tareas familiares, profesionales y sociales. 

Todos valoramos mucho la propia conciencia y defendemos el derecho de actuar de acuerdo con las propias convicciones; sin embargo, dejamos de investigar si esa conciencia personal es espejo limpio que refleja los mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia. Porque a experiencia enseña que algunos actos nuestros no responden a la voz de Dios pues se trata de verdaderos pecados que reconocemos con dificultad. Y si no, que se digan al rey David.

Francisco habla de la conciencia cristiana iluminada por los valores evangélicos, no la conciencia de quien hace lo que le viene en gana, y por ello cada uno debe preguntarse habitualmente si procura encarnarlos en una fe que se muestra en las obras rectas, conformes a la voluntad de Dios. Por ello, a la vez que subraya el respeto debido a la conciencia de los fieles también habla de la necesaria relación entre la fidelidad al Magisterio intocable sobre el matrimonio, así como sobre la Eucaristía recibida en gracia de Dios.

Y ha explicado que la intención de los esposos para la unión conyugal debe estar orientada a lo que quiere Jesucristo y enseña la Iglesia. Este año se cumplen cincuenta de la encíclica Humane Vitae del beato Pablo VI. Por ello ha recomendado la institución de un catecumenado matrimonial entendido como un itinerario indispensable para que las parejas puedan construir sobre la gracia y la fuerza de los sacramentos. Como es sabido, la mayor parte de las causas incoadas para una posible declaración de nulidad se refieren a la falta de madurez humana y cristiana para asumir los compromisos del sacramento del matrimonio. Estamos por tanto en un proceso de maduración de cada uno en la pareja mediante cursos para el conocimiento personal y de preparación para este importante sacramento, que difícilmente se puede despachar en dos tardes. Afirma el Papa que ellos necesitan una continua experiencia de fe, esperanza y caridad para que los jóvenes decidan en conciencia segura y serena, que la unión conyugal abierta a los hijos es un gozo para Dios, para la Iglesia y para la sociedad.


Jesús Ortiz López 


https://www.religionconfidencial.com/tribunas/Mejor-preparacion-matrimonio_0_3088491121.html

jueves, 25 de enero de 2018

Legisladores sin ley natural


             La joven alemana Sophie Scholl contribuyó con su sacrificio a la caída del nazismo, actuando como una nueva Antígona que se opone a las leyes injustas con la ley más antigua del mundo, la ley natural. En febrero de 1943 Sophie y su hermano Hans fueron detenidos por lanzar hojas de propaganda antinazi en la universidad. Después de tres días de interrogatorio fueron juzgados, junto un amigo suyo, y condenados los tres a muerte en la guillotina. La sentencia se ejecutó al día siguiente. Este suceso real ha sido llevado recientemente a la pantalla cosechando importantes premios. En el interrogatorio ella pregunta: «¿Por qué me castigan?» Y a la respuesta: «¡Es la ley!» ella replica:  «La ley se puede cambiar, la conciencia no». Mientras el interrogador la tacha de ser poco realista, ella responde: «Lo que digo tiene que ver con la realidad y la costumbre, con la moral y con Dios», pero sólo recibe la tajante respuesta: «Dios no existe». Y así vemos que, por encima de las apariencias, queda una vencedora y un vencido, a la vez que advertimos que la violencia procede de la falta de religión.

             Si miramos al siglo V antes de Cristo encontramos al personaje de Antígona, tantas veces citado, que se enfrenta al tirano Creonte porque reconoce el valor trascendente de las leyes de naturaleza que sostienen el desarrollo histórico. Entre el tirano y la valerosa joven se produce un diálogo que hace chocar la ley natural con la voluntad arbitraria del poder: «No creía yo que tus decretos tuvieran tanta fuerza como para saltar por encima de las leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su vigencia no es de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe cuándo fue que aparecieron». Esa actuación de Antígona muestra que las normas éticas no son creación de los hombres ni dependen esencialmente de una época determinada de la historia, puesto que aparecen como una realidad anterior objetiva fundada en la ordenación de la naturaleza y de la condición humana, que remiten a los dioses.

 Ética común y creencias religiosas
            El pensamiento moderno ha cuestionado la ley natural como algo heterónomo cuando piensa que impediría la realización del hombre, como afirmaba el filósofo Sartre: «No existe naturaleza humana, porque no hay Dios que la pueda haber pensado» (L’existencislisme est un humanisme). Otros pensadores han planteado la necesidad de una ética común por consenso, pero ajena a las creencias religiosas, para orientar nuestro mundo globalizado, aunque paradójicamente está más fragmentado en los bienes y valores básicos. Sostienen que nninguna verdad privada puede aducirse para criticar una verdad pública, con la intención de lograr la convivencia entre distintas religiones, y naturalmente también para poner orden en el comportamiento humano. Algunos consideran que deberíamos evolucionar hacia una nueva generación de religiones sin pretensiones de verdad, quedando sometidas al principio ético de verdad; sin embargo, pienso que los presupuestos ideológicos que los sustentan tienen un concepto reductivo de la religión como un hecho cultural sin trascendencia alguna.

             El entendimiento entre religiones y culturas me parece más bien una cuestión de diálogo sincero sobre la base de la identidad y del sentido. Se parece a lo que ocurre con las vidrieras de las catedrales vistas desde fuera o desde dentro, y por tanto de modo distinto, de lo cual no se puede deducir que todas las perspectivas y opiniones serían equivalentes porque cada uno vería una parte de la verdad. Ahora bien, para no hacer del diálogo un engañoso relativismo sobre la verdad es preciso añadir que las dos posturas no son equivalentes, porque las vidrieras son una realidad con un sentido determinado por su finalidad en el ámbito religioso de la catedral. No están para ser vistas por fuera, ni siquiera por dentro como en un museo, porque son sencillamente un elemento más de un conjunto de significado religioso para contribuir a las celebraciones litúrgicas de esa comunidad cristiana en la catedral. Si se prescinde de su naturaleza, de su finalidad, y de su función, pierden su sentido y se convierten en una pieza de museo. En definitiva, hay que reconocer que no todo es relativo y por eso el creyente puede razonar a cualquiera que su «verdad privada» puede ser verdad universal, a condición de razonar con seriedad y buscar sinceramente la visión de conjunto, como ha hecho Ratzinger con Habermas, D’Arcais o M.Pera, entre otros muchos, incluidos judíos y musulmanes durante su primer año de pontificado.

 El código más antiguo del mundo
             En realidad, las mal llamadas «guerras de religión» han sido guerras del poder humano que utiliza la religión y la ley positiva ignorando la ley natural y la naturaleza misma de la religión. Por ejemplo, hablando de las guerras europeas en el siglo XVI, el historiador L.Suárez reconoce que: «Los príncipes mostraron interés en sostener a los grupos diferentes porque en ellos veían la posibilidad de aumentar su propio poder. Frente a Carlos V los luteranos esgrimieron el principio de “cuius regio eius religio” que autorizaba a los poderes temporales a asumir la dirección y gobierno en las cuestiones espirituales. Esta tendencia no se dio únicamente en las Iglesias reformadas; también los monarcas católicos aspiraban a que se les sometieran las estructuras eclesiásticas» (Cristianismo y europeidad).

             No se trata entonces de inventar una ética común a todas las religiones y civlizaciones porque ya está inventada y se conoce como ley natural. Como hemso visto, es el código más antiguo del mundo, anterior a cualquier ley positiva porque está inserta en la realidad de las personas; y por ello esa ley natural es ordenación de la razón y no puro biologismo, que debe ser entendida desde una antropología trascendental. Cicerón, en el siglo I antes de Cristo, consideraba la ley natural como ley suprema que fundamenta el derecho «que es común a todos los tiempos y ha nacido antes de haberse escrito ninguna ley ni constituido ninguna ciudadanía». Por ello esta ley conocida por los hombres es la medida para valorar las leyes humanas, y así unas serán justas y otras sólo serán utilitarias: «De manera que no hay en absoluto justicia si no hay naturaleza y la que se establece por razón de una utilidad, se anula por otra utilidad» (De legibus). Vemos, en definitiva, que en toda época el derecho se apoya en la naturaleza humana y sólo por excepción intenta contradecirla, con grave riesgo para la sociedad y para la libertad de las personas, como ocurre en nuestra época al intentar aislar el derecho positivo de la ley natural.

Jesús Ortiz López


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