Presión
sobre los pacientes
En un contexto eutanásico los
ancianos y enfermos soportan una coacción psicológica y social, pues llegan a
creerse unos egoístas insolidarios que dificultan la vida de los demás. Aceptar
la eutanasia o el suicidio asistido puede parecer entonces la mejor solución.
Además, en nombre de «mi autonomía» (dañada en esa etapa) queda limitada la
autonomía del médico, que deberá acogerse a la objeción de conciencia, con los
inconvenientes que acarrea.
Leon Kass destaca la esquizofrenia
de la autonomía absoluta pues ¿cómo puedo honrarme a mí mismo suprimiendo mi
propio ser? Resulta un contrasentido solicitar la muerte cuando es la misma
muerte la que borra la propia autonomía y libertad como valor central de la
existencia personal. Señala además que elegir la muerte no es una opción entre
varias sino el modo de suprimir todas las opciones (Death with dignity).
Los estudiantes actuales de
medicina y ciencias de la salud empezarán a ejercer cuando esté implantada le
ley de la eutanasia, así como su posterior desarrollo y aceptación social. La
Seguridad Social necesita ahorrar como sea y no podrá soportar a pacientes
terminales por mucho tiempo. Así los futuros médicos perderán anclajes y
valores para defender la vida, de modo que el juramento hipocrático parecerá
una reliquia poética del pasado, que no implica ningún compromiso. Sería una
utopía imposible de vivir en la sociedad actual tan pragmática. Entonces, el
espíritu no cuenta y viene a ser un cuento bonito para los que pisan los
templos.
Eutanasia en Holanda
La experiencia de Holanda con
leyes de eutanasia desde hace décadas muestra que una vez que el genio está
fuera de la botella no es posible meterlo de nuevo. Los casos registrados,
supuestamente autónomos, aumentan año tras año, y difícilmente se llega a saber
si otros han precipitado la muerte del anciano o del enfermo grave. Entre otras
razones porque no somos ángeles y a veces los actos están contaminados por
intereses inconfesables. Y también es conocida la huida de su país a Alemania
para no ser sometidos a esa «muerte tan digna».
En definitiva, el empeño por
implantar la ley de eutanasia supone una manipulación de la opinión pública, y
frenar los el desarrollo de los cuidados paliativos tanto en la sanidad pública
como en la privada, que tan eficaces se demuestran. Y entre ellos está la
atención familiar, médica y de voluntarios que acompañan a personas sin rebajar
su dignidad, favorecen un mejor sentido de humanidad, y tantas veces ofrecen una
atención espiritual, que facilita encontrar el sentido pleno de una etapa terminal
de la vida.
https://religion.elconfidencialdigital.com/opinion/jesus-ortiz-lopez/atencion-eutanasia-viene-ii/20190731001621028404.html