sábado, 22 de julio de 2017

G. Sartori: No jugar con las palabras

Una imagen vale más que mil palabras, suele decirse, pero no es así según el pensador Giovanni Sartori, recientemente fallecido. Considera que leer lleva a pensar mientas que ver imágenes no lo facilita.

Una de sus obras más difundida se titula Homo videns, contrapuesto a Homo sapiens[1]. Con un estilo personal brioso expone sus razones contrastadas con otros autores e ilustradas con investigaciones solventes.

La tesis de Sartori es que el hombre que abandona el ejercicio de la abstracción (pensar y razonar conceptos desde la información) pierde racionalidad y se convierte en el animal simbólico (homo videns) incapaz de transitar por el mundo del homo sapiens: una persona que piensa, reflexiona con lógica, no se conforma con lo inmediato, y se esfuerza por tener una visión más universal. 

Palabra y realidad
Precisamente el homo sapiens se desarrolla también en la esfera del mundo no sensible: conceptos y concepciones mentales, que siguen una lógica y excluyen errores o apariencias. Y si destruimos los conceptos abandonamos la lógica y todo se hace inestable y relativo ¿No nos suena? Si llamamos matrimonio a cualquier unión afectiva, o muerte digna al suicidio, orgullo a la exposición descarada de una opción sexual, o escrache al acoso, entonces no hay modo de entenderse y desaparece la frontera entre lo beneficioso o lo perjudicial para la persona, lo que contribuye al bien común o sólo a unos pocos, lo que es justo y conforme a normas de convivencia pacífica o lo que es injusto. 

De suyo y en principio la palabra y la imagen no se contraponen pero cuando esta se impone sobre la palabra sufre el pensamiento, la cultura y el progreso cualitativo. En los países de nuestro entorno está comprobado estadísticamente que mientras los jóvenes ven varias horas de televisión y dedican horas a las nuevas tecnologías, decae la lectura (más del 30% no lee un libro al año), entre otras causas porque no tiene tiempo para ello.

El avance tecnológico es inevitable y contribuye a la civilización pero no debe aceptarse a ciegas, como hacemos por ejemplo con la contaminación que es inevitable pero la combatimos razonablemente, o la energía nuclear que puede ser beneficiosa o tremendamente perjudicial. Por eso ante el progreso tecnológico inevitable debemos tomar medidas.

Sartori considera que se está dando un nuevo modo de situarse ante la vida que consiste en levantar los muros antes que los cimientos, colocar los ladrillos antes que la argamasa, y empezar la casa por el tejado. No le falta razón en su crítica cuando vemos que una pareja primero convive, luego tiene hijos, y más tarde se casan con los hijos de la mano.

Para pensar
Algunas afirmaciones suyas pueden hacernos pensar aun discrepando de ellas, por ejemplo:
- Es falso que la imagen no miente aunque sí hace la mentira más eficaz
- La televisión ha homogeneizado los modelos de vida restando libertad
- Los telediarios agitan al público para aumentar la audiencia
- El mundo dominado por la imagen está generando el pospensamiento y la posverdad
- El conocimiento mediante imágenes no es un saber en sentido cognoscitivo
- Tenemos un gran proletariado del pensamiento
- Los niños son absorbidos por la navegación pero no por los contenidos
- El lenguaje joven es hoy por aproximación
- Los sondeos se basan en opiniones desinformadas de gente no experta en problemas complejos
- El testimonio de los famosos no es una fuente autorizada de verdad
- La tecnopolítica digital será utilizada por una raza patrona de pequeñas elites que puede llegar al totalitarismo.
- Se está dando una erosión del capital social y axiológico, sobre los valores de la persona
- El homo sapiens está desplazado por el homo sentiens obnubilado por los medios como homo videns

 Jesús Ortiz


[1] Homo Videns. La sociedad teledirigida. Taurus. Bardelona 2016, 20ª.205 págs


http://www.religionconfidencial.com/tribunas/Sartori-jugar-palabras_0_2969103085.html

miércoles, 5 de julio de 2017

Dudas sobre el Premio a Karen Armstrong

Todo paso hacia la trascendencia me parece positivo porque camina de acuerdo con nuestra naturaleza espiritual. No somos pura materia sino espíritu encarnado que apunta siempre al más allá de la inmortalidad personal.

Las religiones del mundo van en esa dirección que permite a los hombres superar la tentación tan frecuente del materialismo en cualquiera de sus formas: desde el grosero hedonismo hasta el consumismo actual, pasando por el materialismo dialéctico que sigue presente en la mente y en los hechos de algunos aunque se disfrace de otras maneras populistas.

Defensa de la religión
La pensadora británica Karen Armstrong recibirá este año el premio Príncipe de Asturias por sus estudios sobre el papel positivo de las religiones en la sociedad. En un tiempo de laicismo extendido en la sociedad española por una mala educación en todos los sentidos, aunque también por mala explicación de los cristianos, sus trabajos merecen un reconocimiento por defender la religión como instrumento de paz y de convivencia.

Con este premio se ofrece una oportunidad para poner en valor el hecho religioso, desentrañar el sentido de la religión y defender a Dios, sobre todo del Dios cristiano que ha sido puesto en el banquillo con falta de respeto, como señalaba el escritor también británico C.S. Lewis. Porque no debemos acostumbrarnos a presenciar como mudos espectadores los ataques a nuestro Dios, a Jesucristo y a la Iglesia, cuando pretender expulsarlo de la sociedad y en concreto del espacio público, como busca la extrema izquierda y no tan extrema, que no pierde ocasión de proponer medidas como quitar las capillas de las universidades públicas, de los hospitales, de los tanatorios, acabar con la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas, o impedir la enseñanza de la religión en los institutos. Toda una cruzada laicista sustentada por algunos partidos que todavía no han asimilado el derecho fundamental a la libertad religiosa.

Algunas dudas
El pensamiento de la señora Armstrong parece contrario a ese laicismo aunque me  permito señalar un inconveniente suyo para concederle ese merecer es Príncipe de Asturias. Se trata de las veces que ha expuesto la idea de que Occidente ha contribuido en cierta medida al desarrollo del terrorismo islámico, lo cual me perece injusto con el cristianismo que configura nuestra historia milenaria hacia la civilización moderna. Escribe: « Cuando miramos con horror la farsa del Estado Islámico sería sabio reconocer que la violencia bárbara puede ser, al menos en parte, el producto de las políticas guiadas por nuestro desdén».

El terrorismo no tienen ninguna justificación y los cristianos no podemos callar ni dejar de actuar ante la violencia asesina de los fanáticos. Los atentados recientes y sucesivos en el Reino Unido no invitan a ninguna Alianza de Civilizaciones, tan querida por aquel Rodríguez Zapatero que practicaba el buenismo con todo lo ajeno a nuestra civilización, que intentó descomponer nuestra historia, y cambiar la democracia alcanzada desde la Transición. Porque las ideas expuestas como las de Armstrong tienen un largo recorrido aunque sean dichas con buena voluntad, y por eso los pensadores deben ser más responsables en lo que difunden. No estará de más recordar que el filósofo Heidegger fue complaciente con el nazismo.

No podemos ser meros espectadores asustados y semiadmirados de una supuesta fe en un Dios guerrero del islam fanático. Que se lo digan a los ciudadanos ingleses heridos en los atentados en pasadas semanas por el zarpazo terrorista que se envuelve en la negra bandera del Daesh. Por eso sigo teniendo dudas acerca de la oportunidad del Príncipe de Asturias par esta pensadora británica.



Jesús Ortiz López 


http://www.religionenlibertad.com/dudas-sobre-premio-karen-armstrong-57848.htm