martes, 29 de marzo de 2022

Cultura de la vida

La Fiesta de la Anunciación y Encarnación invita a seguir impulsando la cultura de la vida, opuesta a la cultura de la muerte, porque ésta supone un descenso en humanidad, introducir en la sociedad problemas cada vez más graves, y una merma de la libertad camuflada bajo los llamados nuevos derechos.

Esta fiesta que introduce a la joven María en el plan salvífico de Dios para los hombres muestra que el cristianismo y la Iglesia es la instancia que mejor garantiza el respeto a la vida y la dignidad de las personas.

Estos días se convocan muchas movilizaciones para defender la vida humana, el bien más básico para la existencia de la persona desde la cuna a la tumba, como suele decirse. Un don de Dios y de los padres conjuntamente. La cultura de la vida es lo más natural y debe ser acogida, protegida, y desarrollada con más atención que otros tipos como la animal y la vegetal. ¿Hace falta insistir en algo tan elemental? Pues parece que sí, cuando hace décadas que la ideología de la muerte se extiende, de manera acrítica en algunos sectores, porque el debate se plantea sobre emociones en vez de sobre razones. Queda en la penumbra la luz de la razón, la realidad de nuestra naturaleza, y el mismo sentido común.

La reforma de la ley del Aborto avanza para facilitarlo de manera inmediata aun para las muy jóvenes significa una caída mortal del nivel humano de la sociedad, que lleva el peso de casi cien mil anuales. Y por ello un descenso moral que desestructura la conciencia pues deja de distinguir entonces entre el bien y el mal, entre dar la vida y administrar la muerte. ¿Cómo podrán vivir tranquilos ahora y en el futuro quienes son responsables de la muerte de inocentes?

Se trata de una irresponsabilidad compartida pues a una parte limitada de la sociedad le parece progresista y conquista de nuevos derechos. La ignorancia en estos temas capitales no excusa de la responsabilidad grave a los ojos de Dios. Es importante que los ciudadanos recordemos que lo legal no significa moral, porque llevamos décadas admitiendo consciente e inconscientemente que todo lo legal es moral, algo realmente falso, como se muestra en estas leyes inmorales e inhumanas que se han establecido.

Pues bien, cuando una sociedad va aceptando el aborto y la eutanasia, sin reaccionar ha iniciado su declive y puede perder un par de generaciones hasta que surjan líderes con principios, que han nacido y crecido en la resistencia moral y religiosa. De momento ya se ven núcleos fuertes de resistencia moral por personalidades e instituciones a modo de levadura que pueden transformar a la masa anónima en ciudadanos comprometidos con el bien común y con los principios morales universales

En la reciente Audiencia General de febrero el Papa Francisco ha terminado las catequesis sobre la figura de San José, recodando las actitudes que debe custodiar un cristiano, que resume con estas palabras: «Custodiar la vida, custodiar el desarrollo humano, custodiar la mente humana, custodiar el corazón humano, custodiar el trabajo humano. El cristiano es —podemos decir— como san José: debe custodiar. Ser cristiano no es solo recibir la fe, confesar la fe, sino custodiar la vida, la propia vida, la vida de los otros, la vida de la Iglesia».

Toda Jornada a favor de la vida es un freno a la mal llamada cultura de la muerte porque lo que cultivan las ideologías y leyes a favor del aborto y de la eutanasia es favorecer un desierto sin vida y sin sentido que aboca al nihilismo.

Jesús Ortiz López

 

https://religion.elconfidencialdigital.com/opinion/jesus-ortiz-lopez/cultura-de-la-vida/20220329005624043470.html

 

 

 

lunes, 28 de marzo de 2022

Los sueños de san José

La vida de San José fue una aventura o sueño precedido por algunas interrupciones del sueño, cuando un ángel le informa acerca del embarazo de María y le indica su misión de protección a la Madre y al Hijo, avisado para huir a Egipto y más tarde para volver a Galilea. En verdad, no tuvo una vida tranquila aunque sí una vida feliz por ser como la sombra del Padre celestial que confía en la valentía y libertad de José.

Sale de su tierra, Belén hacia Galilea, encuentra a María y más tarde acepta a Jesús como hijo concebido del Espíritu Santo con la entrega del mejor y más responsable de los padres; es perseguido y protege a su familia: actuó en momentos tan difíciles con una fe que supera a la de Abrahán o de los antiguos patriarcas.

Desplazados ahora

Haciendo un salto y con una limitada comparación al momento actual vemos que millones ucranianos son desplazados de su tierra por la horrenda invasión de los ejércitos rusos y asociados. Sin embargo, cuando se extiende el peor de los males, también destaca la ola de solidaridad y humanidad de todos, la vergüenza por esos crímenes de lesa humanidad, y el clamor internacional contra el invasor.

Ahora, el Papa Francisco anuncia la Consagración al Inmaculado Corazón de María, para el próximo día 25, Anunciación de la Virgen María, como recurso extraordinario al que los hombres hemos acudido frente la barbarie que desata los jinetes apocalípticos de la guerra, la muerte y el hambre.

La conocida obra de Jan Dobraczynski titulada «La sombra del Padre»[1],  se acerca a la figura del custodio de María y de Jesús. Una historia sobre los sucesos que vivió la Sagrada Familia bajo la protección de José. Nacido en Belén como descendiente de David, en una tribu venida a menos, primogénito de su padre Jacob, que pasará por esperas, dificultades y dudas que afianzan su fe en Dios. Un hombre bueno de verdad entre los hombres que busca cumplir la Voluntad de Dios. Y una novela que daría para una buena película pues hace asequible al lector «la prosa de cada día» de esta Familia del Salvador, ya que los Evangelios son tan parcos en dar noticia de José y de la infancia de Jesús con María.

Hombre fiel

Nuestro tiempo no se caracteriza precisamente por la asunción de compromisos en las cosas más importantes, como el matrimonio, que se puede disolver casi con más facilidad que algunos contratos: cuesta vivir la fidelidad y con frecuencia prometemos algo y hacemos otra cosa. Por eso se rompen tantas amistades y tantas familias. Y quizá ese subjetivismo poco responsable lleva a muchos a desinteresarse de Dios y de su Iglesia, haciéndose una cómoda religión a la carta.

La fidelidad es la disposición de la voluntad que inclina al cumplimiento de las promesas hechas. Es una virtud que sostiene la unidad y la firmeza de la voluntad, por encima de las conveniencias.

La fidelidad se aproxima a la justicia, pues por la promesa de fidelidad nace un vínculo moral entre el que promete y el destinatario. Por eso cada uno tiene obligación de ser fiel en el matrimonio, fiel en el trabajo, y ser fiel a la fe recibida con la misión de transmitirla.

La fidelidad de José conjuga a lo grande el amor y la libertad. Con acierto la Iglesia confía su futuro a San José, pidiendo más vocaciones de sacerdotes, y su lealtad a los compromisos de la vocación ante un ambiente adverso a la fidelidad, al celibato y a la castidad, que no son debidos a razones funcionales sino a la identidad sacramental de estos hombres con Jesucristo Salvador y Buen Pastor que a todos busca. Pedimos para que no falten sacerdotes fieles dispuestos a servir con alegría a todos.

 

Jesús Ortiz López

 

https://www.religionenlibertad.com/blog/866530616/Los-suenos-de-san-Jose.html

 

 



[1] La sombra del Padre. Palabra, 23 ed. 2018. 131 págs.