jueves, 3 de julio de 2014

Al servicio de la estabilidad

Las palabras del comunicado de los obispos con motivo de la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI se suman los muchos agradecimientos por estos años de servicio al bien común y la unidad de los españoles. Y van más allá de lo protocolario pues son sinceras y verdaderas, al reconocer el servicio impagable de los reyes, el Rey y la Reina y ahora el heredero, en la instauración y consolidación de la vida democrática. La continuidad de la Corona en la persona del futuro rey Felipe VI garantiza también la estabilidad de las instituciones y de la sociedad, tan necesitada de ella en estos momentos.

Sin embargo no todos son capaces de ver esta realidad por ignorancia o ceguera voluntaria. Aunque es verdad que las voces pidiendo una nueva república representan sólo una gota de agua –unas treinta mil personas sumando varias provincias y días que se han manifestado con formas poco democráticas-, pocas decimos en el océano de la adhesión mayoritaria de los cuarenta y siete millones que vienen refrendando a la Monarquía parlamentaria.

A juzgar por sus proclamas esa república ficción sería el paraíso de la libertad y de la democracia popular, de la que los historiadores han estudiado sus hazañas para suprimir a los contrarios. Sin embargo ignoran que las experiencias republicanas en España han generado violencia y guerras sangrientas, manchando las libertades ciudadanas, eso sí, en nombre del pueblo pero sin el pueblo.

Los agitadores que se han envuelto en la bandera tricolor nada dicen de los periodos republicanos reales a partir de 1871 y de 1931, con cinto tipos de república, una constitución fallida, una guerra colonial y dos guerras civiles, como ha destacado el historiador Fernando García de Cortázar en un reciente artículo.

Como dijo Valle-Inclán, no es verdad que España sea republicana y menos que votara a favor de la República. Por tanto, que la izquierda marginal del bracete de sindicalistas trasnochados y amparada por los que pueden desde las redes no nos venga con cuentos para una nueva república. La triste realidad sufrida en nuestra historia invita a liberarse de la Arcadia de una nueva república ficción.


Jesús Ortiz López 

http://www.analisisdigital.org/2014/07/02/hora-de-agradecimientos-reales/

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