Las religiones del mundo van en esa dirección que permite a
los hombres superar la tentación tan frecuente del materialismo en cualquiera
de sus formas: desde el grosero hedonismo hasta el consumismo actual, pasando
por el materialismo dialéctico que sigue presente en la mente y en los hechos
de algunos aunque se disfrace de otras maneras populistas.
Defensa de la
religión
La pensadora británica Karen Armstrong recibirá este año el
premio Príncipe de Asturias por sus estudios sobre el papel positivo de las
religiones en la sociedad. En un tiempo de laicismo extendido en la sociedad
española por una mala educación en todos los sentidos, aunque también por mala
explicación de los cristianos, sus trabajos merecen un reconocimiento por defender
la religión como instrumento de paz y de convivencia.
Con este premio se ofrece una oportunidad para poner en
valor el hecho religioso, desentrañar el sentido de la religión y defender a
Dios, sobre todo del Dios cristiano que ha sido puesto en el banquillo con
falta de respeto, como señalaba el escritor también británico C.S. Lewis.
Porque no debemos acostumbrarnos a presenciar como mudos espectadores los
ataques a nuestro Dios, a Jesucristo y a la Iglesia, cuando pretender
expulsarlo de la sociedad y en concreto del espacio público, como busca la
extrema izquierda y no tan extrema, que no pierde ocasión de proponer medidas
como quitar las capillas de las universidades públicas, de los hospitales, de
los tanatorios, acabar con la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas, o impedir
la enseñanza de la religión en los institutos. Toda una cruzada laicista
sustentada por algunos partidos que todavía no han asimilado el derecho
fundamental a la libertad religiosa.
Algunas dudas
El pensamiento de la señora Armstrong parece contrario a ese
laicismo aunque me permito señalar un
inconveniente suyo para concederle ese merecer es Príncipe de Asturias. Se
trata de las veces que ha expuesto la idea de que Occidente ha contribuido en
cierta medida al desarrollo del terrorismo islámico, lo cual me perece injusto
con el cristianismo que configura nuestra historia milenaria hacia la
civilización moderna. Escribe: « Cuando miramos con horror la farsa del Estado
Islámico sería sabio reconocer que la violencia bárbara puede ser, al menos en
parte, el producto de las políticas guiadas por nuestro desdén».
El terrorismo no tienen ninguna justificación y los
cristianos no podemos callar ni dejar de actuar ante la violencia asesina de
los fanáticos. Los atentados recientes y sucesivos en el Reino Unido no invitan
a ninguna Alianza de Civilizaciones, tan querida por aquel Rodríguez Zapatero que
practicaba el buenismo con todo lo ajeno a nuestra civilización, que
intentó descomponer nuestra historia, y cambiar la democracia alcanzada desde
la Transición. Porque las ideas expuestas como las de Armstrong tienen un largo
recorrido aunque sean dichas con buena voluntad, y por eso los pensadores deben
ser más responsables en lo que difunden. No estará de más recordar que el
filósofo Heidegger fue complaciente con el nazismo.
No podemos ser meros espectadores asustados y semiadmirados
de una supuesta fe en un Dios guerrero del islam fanático. Que se lo digan a
los ciudadanos ingleses heridos en los atentados en pasadas semanas por el
zarpazo terrorista que se envuelve en la negra bandera del Daesh. Por eso sigo
teniendo dudas acerca de la oportunidad del Príncipe de Asturias par esta
pensadora británica.
Jesús Ortiz López
http://www.religionenlibertad.com/dudas-sobre-premio-karen-armstrong-57848.htm
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