El total de clérigos es de 466
mil, incluidos los más de 5000 obispos y los 45 mil diáconos permanentes. Su
trabajo sacrificado y alegre llega a millones de personas de toda edad, raza y
lengua: niños y jóvenes, ancianos, matrimonios. África, Oriente y América del
Sur en particular saben de historias conmovedoras de generosidad hasta dar la
vida. Conviene destacarlo porque parece
que algunos creen -y parece una fe ciega- que muchos sacerdotes hubieran
cometido esos crímenes. Pero esa no es la realidad.
No tendría que ser noticia
positiva que la inmensa mayoría de candidatos al sacerdocio en seminarios,
millones de jóvenes formados en colegios e internados cristianos y promovidos
por la Iglesia, manifiesten que jamás han sido víctimas de abusos. Porque ha
sido lo normal. En los seminarios mayores en España hay actualmente 1.263
aspirantes al sacerdocio, con un pequeño descenso respecto al año anterior,
siendo 250 los nuevos ingresos de semanistas mayores. Han descendido en cerca
de 30 los que se ordenan, puesto que son varios cursos de preparación. Siempre
hacen falta más sacerdotes para la evangelización.
Medidas frente a los abusos
Sin duda, cualquier abuso
cometido por un clérigo es abominable y de difícil reparación, por ser
diametralmente opuesto a su misión pastoral con niños y jóvenes. La minoría de sacerdotes que no han sido
fieles a su vocación o han abusado de jóvenes, sobre todo en años pasados, ha
manchado al resto de los clérigos, que ahora son mirados con desprecio por
algunos.
En países como Estados Unidos,
Australia, Alemania o Irlanda, las noticias con datos absolutos que abarcan más
de cincuenta años y suman agresores, contribuye a que muchos perciban los
abusos de modo distorsionado. Ante los abusos, lo primero es sin duda la debida
atención a las víctimas, y además la necesaria política de transparencia, pero
no debería significar una peculiar caza de brujas. El abogado defensor de un
sacerdote acusado con falsedad afirmaba: “En Francia hay 15.000 sacerdotes, de
los que diez están imputados. Pero, si se da crédito a algunos medios de
comunicación, se tiene la impresión de que todos los sacerdotes son pedófilos”.
La Madre Iglesia no debe desfigurar su rostro como si fuera una madrastra,
porque no es realidad de la Jerarquía ni de los fieles.
La cumbre convocada por el Papa
Francisco con los representantes de las Conferencias Episcopales ha tomado una
serie de medidas para proteger a los jóvenes de abusos, acoger a las víctimas
como prioridad, y determinar medios para acabar con estos crímenes. Se trata de
prevenir eficazmente los abusos y promover la santidad de los pastores. De
nuevo el Papa indica medidas concretas para mejorar la selección y la formación
de los candidatos al sacerdocio con criterios no solo negativos sino positivos
para conocer la idoneidad. Otros colectivos también dañados en su reputación,
como políticos, educadores, artistas, deportistas, sanitarios, instituciones
estatales, o voluntariados internacionales, pueden encontrar medidas eficaces
para acabar con los abusos.
Jesús Ortiz López
https://www.religionenlibertad.com/blog/564592561/Ante-el-dia-del-seminario.html
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