Moral y religión no están tan separadas como piensa la
izquierda, ya sean sus intelectuales o ya sean los políticos. El historiador
Fernando García de Cortázar ha escrito un artículo que desmota con razones la supuesta
supremacía moral de la izquierda española en particular. Ya saben: sólo ella
defiende la igualdad entre el hombre y la mujer con la ideología de género;
sólo ella lucha por los derechos de los trabajadores con sindicatos
abundantemente subvencionados pero con pocos afiliados; sólo ella se interesa
por extender los derechos sociales que destruyen la familia; sólo ella es
amante de la paz aunque nos meta en la OTAN.
Como botón de muestra de ese discurso habitual basta escuchar al
dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba cuando afirmaba recientemente en
Sevilla que “la derecha en esto de la igualdad no está en el siglo XIX sino en
el XVIII”.
Pues bien, el historiador argumentaba que la izquierda es
impermeable a la realidad por pereza intelectual, y se pude añadir que por seguir
una ideología sin corazón, como lo demuestra el hecho de que esa izquierda
española aprovechó el peor acto de terrorismo sufrido en la democracia para hacer
responsables de sus víctimas al Gobierno de derechas, en lugar de cerrar filas
contra la violencia. Además los historiadores del siglo XX han mostrado con
documentos la cobardía intelectual y moral de muchos intelectuales de izquierda
que han defendido el régimen totalitario en Rusia, las purgas del padrecito
Stalin más las de antes y las de después, o se han paseado con los ojos
cerrados por Cuba y otras satrapías socialistas.
Y es que la rectitud moral tiene raíces religiosas y en Occidente
específicamente cristianas. Porque si no hay un Dios real que ha intervenido en
la historia, si Jesucristo no es Dios, y si no hay inmortalidad y juicio
personal, entonces los anclajes de la moral tienden a desaparecer. De este modo
el relativismo se instala como norma moral, la propaganda sustituye a la
verdad, y el político utiliza la fuerza para conquistar y mantenerse en el
poder. La corrupción que ciertamente a todos tienta tiende a ser sistemática en
quienes no admiten más reglas que las propias ni más supremacía moral que la
del partido.
Jesús Ortiz
http://www.religionconfidencial.com/tribunas/084504/supremacia-moral-de-la-izquierda
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