Los viajes del Papa Francisco en avión proporcionan buenos
titulares a la opinión pública. A la ida a Filipinas lo del puñetazo y a la
vuelta lo de los conejos, en respuesta las preguntas de los periodistas.
Francisco no renuncia decir lo que piensa en beneficio del impacto claro para
la gente común; no ignora que algunos criticarán sus palabras y sigue adelante
con su espontaneidad de párroco mundial.
Cualquier persona con sentido común sabe distinguir entre
las enseñanzas doctrinales y morales de su elevado magisterio, como hace en la
Exhortación ”Evangelii Gaudium”, de estas declaraciones directas para fijar una
idea. El Papa Francisco no alienta ninguna violencia contra nadie pero afirma
con claridad que la libertad de expresión sí ejerce violencia contra muchas
personas mofándose de sus creencias y valores fundamentales. Francisco tampoco
propone un freno a la natalidad de los católicos pues, en sintonía con Pablo VI
y Juan Pablo II, no entiende la paternidad responsable como tener sólo un hijo
por matrimonio. No, el Papa no está en las nubes porque vuela por encima de las
nubes con la ayuda de Dios.
Jesús Ortiz
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