Conozco a una buena madre de familia numerosa muy desanimada
por las palabras del Papa Francisco en el avión de vuelta de Filipinas diciendo
que ser buenos católicos no lleva “perdonarme las palabras, a ser como conejos”.
Otra esposa y madre que espera un hijo más tiene que soportar estos días que
algunos conocidos le recuerden esas palabras del Papa Francisco como arma para
acusarla de poco responsable, aunque en
realidad envidian su valentía y altas cualidades para no someterse
borreguilmente a las opiniones ajenas.
He recordado que esas palabras no representan el pensamiento
del Papa pues son una expresión coloquial al estilo suelto de los argentinos para
expresar, quizá con poca perspectiva, que la Iglesia no impulsa a tener hijos a
mansalva. Porque antes, en y después de esas palabras poco afortunadas su
magisterio continuo es una defensa continua de la familia, del amor humano, y de
la natalidad. Alto y claro lo ha dicho con palabras bien pensadas en su
Discurso a los dirigentes del Parlamento Europeo : “La familia unida, fértil le
indisoluble trae consigo los elementos fundamentales para dar esperanza al
futuro. Sin esta solidez se acaba construyendo sobre arena, con graves
consecuencia sociales”.
El escritor Olaizola ha publicado un divertido artículo
sobre los perros y los humanos, a propósito de algunos que declaran machadas
como “Ningún ser humano vale lo que un buen perro”, otra burrada de
Pérez-Reverte. Olaizola declara que ha
tenido perros y sentido pena cuando mueren, e incluso procura no pisar
hormigas, por respeto a sus amigos budistas; se llevarían un gran disgusto ellos
pues piensan que los animales se reencarnan subiendo en la escala para acabar
siendo humanos!, con gran disgusto de los idólatras de los perros. O de los
orangutanes pues el sesudo pensador australiano Singer lleva años
enriqueciéndose publicando libros e impartiendo conferencias sobre los “derechos
de los orangutanes”, pero impulsando seriamente el aborto de las hijos humanos
concebidos.
Esos no pueden ganar al Papa en la carrera ecologista pues Francisco
enseña siempre, de acuerdo con la Biblia, el respeto al medio ambiente, el
verdadero ecologismo no integrista llamando “a la responsabilidad personal en
la custodia de la creación, don precioso que Dios ha puesto en las manos del
los hombres”, también a los políticos
europeos.
Vemos que andan juntos los orangutanes, perros, los burros, e incluso los conejos, porque les une la
naturaleza animal dominada por los instintos básicos: alimento, generación, y defensa.
En cambio el ser humano, contra lo que puede
parecer por el comportamiento de algunos, tiene un alma espiritual y por
ello dignidad y derechos, y además con la gracia es hecho hijo de Dios para la
Vida eterna. También lo ha dicho el Papa Francisco en el Parlamento Europeo: “
Promover la dignidad de la persona significa reconocer que posee derechos
inalienables, de los cuales no puede ser privada arbitrariamente por nadie”.
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