Hasta ahora Isabel Sánchez era una perfecta desconocida en los medios, pero acaba de publicar un libro titulado «Mujeres Brújula» que está teniendo gran difusión. Porque dice cosas interesantes para las mujeres y los hombres[1].
Un libro con muchos
testimonios
Estamos ante un libro testimonio
de la autora o mejor de las muchas mujeres que ha conocido a lo largo y ancho
del mundo. Son viajes motivados por su cargo de secretaria central en el
consejo de mujeres que asesora al prelado del Opus Dei para conocer, orientar e
impulsar muchas tareas de educación y asistencia social que llegan a muchos
miles de personas. Por eso sabe de qué habla y esos testimonios no se logran en
un despacho, dando por supuesto que también hay que estudiar mucho cada asunto
pues se trata del apostolado de los laicos, de las mujeres en particular, en la
gran tarea de evangelización eclesial.
Los lectores encuentran un libro
original con un lenguaje directo y fácil de entender, si bien deja huellas
profundas acerca de los problemas actuales que requieren personas-mujeres
brújula. El libro ha sido terminado durante la pandemia y precisamente por ello
con una mirada esperanzada en las capacidades de las mujeres -no la mujer
teórica- para liderar los cambios necesarios en la familia, la educación, la
defensa de la vida, y en la cultura. Avisa al comienzo -Warning!- que este
libro es más bien una muestra fotográfica con palabras, una secuencia de
escenas humanas y humanizantes que interpelan sobre la personal contribución al
bien de la sociedad.
En un bosque de retos
Propone 10 Retos o apartados,
como: Encontrar el Norte, Paz, Cuidar, Liderazgo, Solidaridad, Trascender, o
Atreverse a más. Los lectores verán un gran abanico de proyectos sociales
encauzados desde la fe y para servicio de todos, cualquiera que sea su condición,
raza o religión. «En un bosque de retos», dice el subtítulo, Isabel Sánchez
ofrece ideas para superar la adversidad.
Me permito emplear alguna de sus
observaciones y propuestas no literales, escribe: /Una buena noticia: el mundo
humano está concebido para imperfectos perfectibles. Los éxitos más importantes
se consiguen cuando existe la posibilidad de fracasar./ Se trata de mirar los
charcos, descubrir la belleza fragmentada que reflejan, alzarlos, como si se trataran
de piezas de un enorme puzle. / Un cristiano es alguien que ha conseguido, con
la razón iluminada por la fe, componer el puzle de significados de su propia
vida y tiene una explicación armónica sobre su existencia y la del cosmos. /Tenemos
dos posibilidades: o reflejamos el caos del que procedemos y al que volveremos,
o reflejamos el amor del que provenimos y al que somos llamados. O errantes o
hijos. / El coronavirus nos ha puesto ante la vida y la muerte, cambiando nuestros
parámetros de interpretación/ Otro aspecto muy interesante del liderazgo de las
mujeres es que a menudo extraer la fuerza del dolor.
En las diversas entrevistas
hechas durante estas semanas a Isabel Sánchez en prensa, revistas, radio y
televisión muestra la soltura de un espíritu emprendedor, con valentía para
hablar de cosa importantes sin tener que pedir perdón. Muestra un feminismo de
equidad, complementario y con trasfondo absolutamente cristiano, dice ella. No
ha caído en la trampa de convertir el feminismo en una ideología o arma
arrojadiza. También ha dicho que falta relevancia del laicado. Nos hemos
quedado con unas gafas oscuras que nos hacen contemplarlo todo con una visión
clericalizada de la Iglesia. Hombres y mujeres laicos tenemos que brillar.
Jesús Ortiz López
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