Un repaso correcto a la historia de nuestra nación durante los últimos siglos, una selección de obras de arte importantes y representativas promovidas por los reyes de las casas de Austria y de Borbón, y un acercamiento a la fe que ha hecho posible todo esto, son las características expuestas en la Galería de las Colecciones Reales.
La afluencia de visitantes a esta magna
colección desde el primer día indica el atractivo de esta singular muestra esperada
desde hace décadas. Gran éxito por la calidad de las obras expuestas y por la
disposición siguiendo las pautas de la museística actual.
Cinco siglos de arte y cultura
Obras de Juan de Flandes, Greco, Tiziano,
Velázquez, Caravaggio, Ribera, Luca Giordano, van Loo, Goya, Mengs entre otros
pintores; las imágenes de Bernini, Luisa Roldán y otros escultores, así como arquetas
valiosas, algunos sagrarios y vasos litúrgicos de orfebres destacados. También
ofrece una buena muestra de los mejores tapices desde el siglo XV sobre
mitología, héroes y fe cristiana. Un capacete de Fernando el Católico,
armaduras, relojes, tibores orientales, biombos, cómodas y mobiliario noble, y
un buen conjunto de carrozas muy bien expuestas. Aunque inexplicamente muchos
se quedan sin verlas por falta de una señalización adecuada.
El visitante es introducido en la
historia de España de un modo correcto y sin tergiversaciones, primero en la
dinastía de los Austrias herederos de los Trastámara, y luego en la de Borbón,
hasta llegar a nuestros días. De mucha utilidad son las pantallas que ofrecen
contexto y referencias en cada galería.
El edificio es un éxito por ser funcional
y cómodo, con rampas y espacios amplios desde el vestíbulo, así como otros
servicios de consigna o guardarropa. Ya introducidos en la muestra, recordemos
que varios audiovisuales contextualizan nuestra historia, en la que personajes
y lugares atraen la atención del público; destacan momentos estelares con un nivel
asequible que serán útiles en adelante para los estudiantes mejorando algunos
relatos tergiversados en la educación actual. Lo mismo sobre la construcción,
desarrollo e importancia de lugares emblemáticos como el Alcázar de Madrid, el
Escorial, la Granja, Aranjuez, o monasterios como Yuste y la Encarnación.
Algunas mejoras
Un pero común de los visitantes es que
los carteles junto a las obras no se pueden leer y menos el número para seguirlas,
todos parecen miopes doblados ante un cartel mínimo y oscuro. También la
audioguía deja que desear pues no está bien coordinada, es poco intuitiva,
corre con dificultad, y parece manifiestamente mejorable con una revisión
adecuada. Se puede añadir que algunos visitantes dejan de ver la galería
inferior con una muestra excelente de las carrozas reales, por falta de
señalización en la esa galería del edificio; convendría anunciarlo con mayor
claridad.
En resumen, los visitantes pueden
disfrutar del arte, pueden repasar nuestra historia multisecular, y recibir un
impulso cultural que tanta falta hace cuando muchos aspectos de la sociedad
carecen de brillo, de educación y de belleza. Enhorabuena para todos los españoles
y turistas que se pueden llevar una buena impresión de nuestra historia y del
arte fruto de grandes valores humanos que nos honran. Los pequeños defectos de
esta buena colección histórica son fácilmente subsanables sin hay deseo por
parte del Patrimonio. También se agradece la disponibilidad de las personas que
atienen y dispensan una buena atención que hace grata esta visita.
Jesús Ortiz López
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