Parece que la Iglesia es víctima de una caza de brujas en Australia. El caso de George Pell es un patinazo clamoroso que desvela las prisas por minar el prestigio de la Iglesia católica, arruinando la reputación del cardenal, que para muchos equivale a una muerte social: ha estado dos años en la cárcel hasta ser absuelto por falta de pruebas, basadas en el testimonio inverosímil de un antiguo monaguillo. Hay que pensarlo despacio para entender el tremendo daño causado. Y ahora salta otro gran patinazo por fake news sobre las finanzas de la Santa Sede, según desvela Aceprensa.
Un error contable
Las cuantiosas transferencias de dinero del Vaticano a
Australia que tantas sospechas despertaron han resultado ser un error contable
de las autoridades australianas. Tampoco se han encontrado pruebas de que se
emplearan fondos de la Santa Sede para perjudicar al cardenal George
Pell en su juicio por abusos sexuales, de los que finalmente fue absuelto, y el
eco de esta buena noticia es mínimo comparado con el escándalo anterior.
El pasado 22 de diciembre, la agencia australiana contra el
blanqueo de dinero, comunicó a la Comisión de Justicia del Senado australiano
que había detectado más de 40.000 transferencias al país procedentes del
Vaticano durante seis años hasta el 2020. Todas ellas sumaban al cambio 1.465
millones de euros. Como esa suma tan grande resultaba difícil de explicar, los
obispos australianos pidieron a la Santa Sede que aclarara los motivos y los
destinos de esos movimientos de fondos.
Esa Agencia oficial australiana y su homóloga vaticana,
revisaron las operaciones, y hace poco dieron a conocer que en realidad, las
transferencias de la Santa Sede a Australia en ese periodo fueron 362, por un
valor total de 6 millones de euros, al cambio, que según la Santa Sede se
dedicaron «a algunas obligaciones contractuales y a la gestión ordinaria de los
recursos propios». El error de la Agencia oficial australiana se debió a que
interpretó mal los códigos de las operaciones, de suerte que atribuyó al
Vaticano miles de transferencias ordenadas desde Italia. ¡Lástima!
Y de nuevo esa Agencia oficial australiana también cometió
el mismo error en sentido inverso (tendrán que buscar nuevos funcionarios
más expertos). Al principio dijo que se había transferido de Australia al
Vaticano el equivalente de 75 millones de euros cuando en verdad fueron 17
millones.
Números inverosímiles
El asunto comenzó en octubre pasado, cuando la prensa
italiana publicó que en 2017 y 2018 la Secretaría de Estado de la Santa Sede
había enviado dinero a Australia para «perjudicar» la causa de George Pell ante
la Justicia. En aquel entonces, la acusación preparaba el pliego de cargos
contra el cardenal, que en diciembre de 2018 fue condenado a prisión, donde
estuvo hasta que el Tribunal Supremo vio su recurso y lo absolvió: «Existe
una posibilidad significativa de que se haya condenado a una persona inocente,
porque las pruebas no eran suficientes».
En su día, tanto la policía de la ciudad de Victoria, donde
tuvo lugar el juicio a Pell, como el organismo anticorrupción del estado (AUSTRAC),
decidieron no examinar el supuesto empleo de fondos en contra del cardenal, por
falta de indicios suficientes. Pero la policía federal australiana abrió una
investigación, mientras el Senado, que se interesó por el asunto, pidió la
información que finalmente se comprobó errónea. Ya antes de la revisión, los
cálculos de ese organismo resultaban inverosímiles, pues suponían que la Santa
Sede habría enviado desde 2014 una cuantía equivalente a cuatro veces su
presupuesto anual.
De todas formas, siguen investigando las transferencias
supuestamente relacionadas con el proceso al cardenal Pell. También se implica ex
cardenal Angelo Becciu, que fue destituido por el Papa Francisco por unas
inversiones inmobiliarias turbias. Por ahora no se han hallado indicios de que
aquel dinero fuera para influir en el juicio a Pell.
Algo huele a podrido en Dinamarca, denunciaba Hamlet, y no
le faltaba razón: corrupción, arruinar reputación, ruptura de la unidad… Algo
huele mal en Australia, o por mejor decir, en una parte de la sociedad y cierta
parte del poder judicial.
Jesús Ortiz López
https://religion.elconfidencialdigital.com/opinion/jesus-ortiz-lopez/pasando-australia/20210202003428040921.html
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