jueves, 7 de marzo de 2013

Un Papa Emérito sigue trabajando


Escribo a la hora en que la Iglesia se encuentra en periodo de sede vacante por hacerse efectiva ya la renuncia de Benedicto XVI el jueves 28 de febrero de 2013 a las 20 horas. Estos días los cardenales han comenzado los encuentros preparatorios antes de decidir la fecha del comienzo del Cónclave. 
Se viene repitiendo que vivimos momentos históricos y, sin quitarle importancia sí quisiera dirigir la mirada a los hechos del Pontificado del Papa teólogo humilde servidor en la Viña del Señor, como manifestó hace ocho años en la loggia de la Basílica vaticana. Desde entonces podemos decir que todos los días han  sido históricos, si bien en diversa medida, y por ello podemos subrayar ahora algunos logros del gobierno pastoral en y desde el Vaticano.
Los grandes acontecimientos, como esta renuncia valiente y la próxima elección del sucesor de Pedro, podrían quedar desvinculados de la vida sin el trabajo cotidiano como Supremo Pastor con la leal colaboración del Colegio Cardenalicio y del Colegio Episcopal, así como de cientos de oficiales y empleados del Vaticano. Todos ellos han  trabajado por el bien de la Iglesia, que es tan de Dios que cuando falla en esa lealtad hay leyes y medidas positivas para enderezar la nave de Pedro.

Ha impulsado el sentido de Dios para el hombre
Hablando pues de lo cotidiano deseo resaltar algunos logros de mayor calado durante el pontificado de Benedicto XVI que podrían pasar ocultos porque no parecen asuntos urgentes para los hombres de hoy. En primer lugar el Santo Padre ha recuperado el sentido de Dios y Padre creador que implica al hombre en el desarrollo ecológico del mundo, a partir de su conciencia de criatura e hijo de Dios. Cuando la modernidad puede hundirnos en el hoyo profundo del  nihilismo, el hombre que sabe su posición en el cosmos será una barrera a las ideologías y al materialismo.
Otro gran capítulo de este pontificado podría ser su empeño por recuperar el sentido de la adoración y respeto al Dios Grande que atrae todas las cosas suaviter et fortiter,pues cuenta con la libertad responsable de los hombres, y las estructuras a favor del bien común que puede crear una sociedad abierta.
Benedicto XVI ha contribuido decisivamente al mejor desarrollo de la liturgia como adoración a Dios, como auténtica vivencia religiosa al cien por cien, y por ello con capacidad para dignificar a la Iglesia y a los creyentes. Concretamente, este Papa se ha esforzado por vivir y explicar el porqué de celebrar con el Crucifijo en el altar, con la conciencia de que el sacerdote y los fieles que salen al encuentro de Cristo que viene cada día como vendrá al fin de los tiempos. La importancia de disponer el altar, los ornamentos, y las ceremonias de modo que resalten mejor el sentido de amor y adoración a Dios, sin vulgarizar la liturgia, la fe católica y el sentido profundo de la salvación.

Ha elevado la esperanza en Dios
Nuestro tiempo necesita mucha esperanza para salir del pozo en que se la medito la modernidad cuando excluye a Dios de la vida de la. sociedad La encíclica Spes salvi es una luz ilusionante para mostrar que las pequeñas esperanzas humanas no salvan, pues sólo en Dios reside la Esperanza, con mayúscula. No son las ideologías quienes salvan sino la verdad de Dios, de la Creación y del hombre tal como se nos ha revelado históricamente mediante el proyecto universal de salvación ofrecido por Jesucristo. Que el juicio de Dios llega a cada persona al final de su vida y para toda la humanidad al fin de los tiempos, contando con la palabra de Cristo cuando advierte que los verdugos no se sentarán en la misma mesa que las víctimas en el banquete del Reino de Dios.
De manera suave pero continua no ha faltado en Benedicto XVI el recurso a la Virgen María Estrella de esperanza, Stella matutina, que guía a los hombres en medio de las tinieblas hacia puerto seguro, y la nave de la Iglesia a lo largo de la historia entre las persecuciones de los mundanos y los consuelos de Dios.

En qué trabaja un Papa Emérito
Esta renuncia de Benedicto XVI no se debe principalmente a que le fallen las fuerzas o que esté saturado de luchar contra muchas dificultades sino en su amor por la Iglesia en el tiempo actual. Es un signo dirigido a los hombres de la Sagrada Jerarquía y a todos los católicos para convertirse a Dios.
Ahora está dando la última lección como Papa Emérito dedicándose más intensamente a rezar por la Iglesia, por la Jerarquía y por todos los hombres. Ha trabajado con Dios Espíritu Santo durante estos ocho años y ahora sigue haciéndolo con más intensidad practicando a fondo el combate de la oración que sostiene la Esperanza de la humanidad ante el Padre, y acompaña fervorosamente a Jesucristo Eucaristía en correspondencia al compromiso del Señor: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta la consumación del mundo». Si, Benedicto XVI sigue trabajando con Dios a favor de los hombres.


http://www.analisisdigital.org/2013/03/07/benedicto-xvi-sigue-trabajando/

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