El pasado domingo día 12 se ha celebrado en Madrid y otras capitales la concentración de los movimientos de la esperanza bajo el lema ¡Sí a la vida! Ha destacado el ambiente festivo y alegre compatible con la denuncia de las leyes de la cultura de la muerte, si se puede hablar de cultura cuando se suprime la vida de los más débiles por el aborto y la eutanasia.
No hay nada de extremismo en defender
siempre la vida sino más bien profunda humanidad de buenos ciudadanos, como
hacen muchos jóvenes que son la esperanza de la sociedad. Naturalmente esta
concentración defiende a las mujeres frente a quienes las empujan a la
violencia sin reflexión. Como contrapunto esta misma semana tenía lugar un día
de la mujer, con manifestaciones desunidas y síntomas de cansancio. En cambio,
los miles de globos verdes de la esperanza del Sí a la Vida han inundado en
centro de Madrid.
En efecto, el mes de marzo acoge muchos
encuentros y manifestaciones a favor de la vida de los no nacidos, en torno al
día 25 cuando se celebra la Anunciación a la Virgen María, después de la fiesta
de san José a quien se le ha confiado la protección de la Sagrada Familia.
Marcha por la vida
El movimiento 40 días por la vida acoge a
varias instituciones de voluntarios convencidos y convincentes que defienden la
vida de modo pacífico, si bien a ellos no los deja en paz la policía,
cumpliendo órdenes naturalmente de las autoridades, que naturalmente siguen
órdenes del ministerio de turno[1].
El mes pasado, febrero, se celebraba en Cracovia
el Encuentro Internacional de Líderes de 40 Días por la
Vida en el que Nayeli Rodríguez, coordinadora de España, fue galardonada
como líder del año por la organización. «Es un reconocimiento para toda
España porque nuestro país tiene una responsabilidad con el mundo en la causa
provida», asegura la coordinadora nacional, según recoge Confidencial Digital[2].
Respecto a ese encuentro el joven Javier
Brioso, coordinador en Sevilla, declaraba que ha sido una oportunidad
para ver que no están solos en esta tarea, que «España es un gigante
católico que estaba dormido pero que, poco a poco, va despertando y
esto se ve en el crecimiento tan rápido que ha
tenido 40 Días por la Vida en nuestro país». Falta hace porque,
como es sabido, el Congreso ha aprobado la reforma de la Ley del aborto.
Congreso aprueba la ley del aborto.
Ya pueden descansar los 185 diputados que
votaron a favor de la ampliación de la ley del aborto de aquel Gobierno de
Zapatero. Han conseguido su objetivo político contra los 154 que la rechazaban,
pero no les será fácil dormir tranquilos, porque las criaturas abortadas a
millares pesan mucho. Si lo dudan pueden escuchar a madres que abortaron y no
logran olvidar a su hijo. Qué contraste entre la alegría por haber rescatado
del terremoto en Turquía a un bebé, unido aún por el cordón umbilical, a la
madre muerta: un superviviente, la fuerza de la vida, el asombro emocionado
para todo el mundo.
Desde hace poco tiempo el escultor Timothy
Schmatz viene instalando sus obras en la vía pública a tamaño natural con un
mensaje de apoyo a los valores que han configurado nuestra cultura. Ha
instalado en varios lugares su Monumento a la Vida, con la figura de la Virgen
María Madre de Jesús, con su seno cóncavo y con Jesús-embrión, a modo de espejo
que refleja al espectador, quedando así integrado e implicado en el círculo: él
también es hijo de María y puede agradecer a sus padres haberle dado la vida.
Lejeune padre de la genética moderna
El padre de la genética moderna, Jérôme
Lejeune, mostraba en una conferencia que «a los dos meses (in útero)
nuestro bailarín mide menos de un pulgar desde la cabeza hasta la punta de las
nalgas. Pero ahí está todo, miniaturizado hasta el extremo: las manos, los
pies, el cerebro… Todo está en su sitio y ahora solo le falta crecer. En cuanto
a su corazón, ¡ya lleva un mes latiendo!».
La filósofa Dugast hace un retrato del
genetista francés con muchos detalles sobre su vida heroica en defensa de los
pacientes con trisonomía frente a las leyes eugenésicas del aborto. Refiere la
descarada declaración pública de una importante abortista en un congreso
científico: «Queremos acabar con la civilización judeocristiana. Para acabar
con ella, tenemos que acabar con la familia. Para acabar con la familia,
tenemos que atacar su punto más débil: el niño no nacido. Por eso estamos a
favor del aborto»[3].
Revuelo mediático
En cambio, hace poco se ha levantado una
polvareda por seguir el protocolo de consentimiento informado con las
embarazadas y por ello con las que quieran abortar. Ver una ecografía en 4D y
oír el latido del corazón del feto da tranquilidad a las madres y ayuda para
intervenir si fuera preciso, incluidas las que quieran abortar. Todo ese
revuelo artificial levantado por algunos políticos tiene la ventaja de reabrir
el debate sobre el aborto y sus consecuencias personales y sociales. Porque el
silencio impuesto no beneficia a nadie, y menos a las madres.
Por otra parte, los médicos están
satisfechos con los resultados del consentimiento informado, por ser un derecho
de los pacientes y un deber profesional; sólo una minoría se ha prestado a
practicar abortos, y de esos algunos han tenido la valentía de rectificar
superando los prejuicios ideológicos anteriores o las conveniencias económicas.
En una encuesta hecha entre algunos alumnos
de la Complutense aparece el aborto como una cuestión que rechazan, señal de
lucidez y sentido moral. Ni ahora ni en lo sucesivo el aborto será un derecho
justo, como ha señalado tantas veces Jaime Mayor Oreja, unos de los destacados
defensores de la vida. Las próximas generaciones se preguntarán extrañados cómo
una izquierda política, un Tribunal Constitucional y un Gobierno pudieron hacer
tanto daño al sentido de humanidad que late especialmente en las madres.
En el Parque del Oeste, en Madrid, cerca
de la Complutense se erige un gran monumento al prócer mexicano Manuel Hidalgo
por declarar abolida la esclavitud, que desgraciadamente había sido aceptada
antes por muchos. Habrá monumentos para recordar esta batalla por defender la
vida y la dignidad de las mujeres.
Jesús Ortiz López
[2] https://religion.elconfidencialdigital.com/articulo/familia/movimiento-provida-crece-40-dias-por-la-vida-marcha-en-madrid/20230223010245045558.html
[3] Aude Dugast. Jérome Lejeune, Un retrato espiritual. Palabra,
2021. 270 págs.
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